Testimonio de un trailero: cómo es traficar migrantes a la fuerza

Ilustración: Alejandra Saavedra López

Desde el año pasado, Alberto*, un chofer experimentado,  ha venido acarreando migrantes en la caja del tráiler que conduce.  En esta entrevista describe con detalles muy pocas veces revelados cómo funciona en la carretera el negocio del transporte clandestino de migrantes desde Michoacán hasta Tamaulipas en la frontera con Estados Unidos. Su tráiler no se dedica a ello todo el tiempo, sino que suele llevar verduras y frutas y sólo cuando le piden los cárteles, transporta a los viajeros. 

 

Por Martha Olivia López

Entrevistamos a Alberto en noviembre de 2023. No revelamos ni su nombre real ni el lugar del encuentro para preservar su seguridad. Apenas hacía poco que lo habían contactado para que llevara un primer viaje,  empezando en Michoacán, un estado del centro-occidente de México, para transportar a migrantes clandestinamente en la caja del tráiler en donde solía cargar frutas o verduras. Antes, y por 25 años se dedicaba a manejar una camioneta en un ejido del norte de Tamaulipas para llevar y traer productos agrícolas. 

Se ve más viejo de lo que es. Sabe que está en las manos de la delincuencia que lo forzó a hacer estos viajes o que las autoridades lo pueden meter preso si lo detienen para justificar que hacen su trabajo. El miedo es constante. “Aunque te liberas cuando muchos compañeros te dicen que ya les pasó y que no pasa nada”, dice. De cada diez viajes que hace con el tractocamión, dice que apenas realiza dos o tres con “carga sin carga”, que es como los traileros cuando llevan personas.   

Acordado el tema y con premura de tiempo, apenas 38 minutos de entrevista aunque lo pactado eran 20 minutos, no hubo muchos protocolos y fuimos rápidamente al grano:

Escuché una noticia que desde hace tiempo había gente que lleva migrantes en los tráileres hacia la frontera. ¿Sabe usted esto?

Alberto: De hecho me ha tocado en ocasiones. Se puede decir, la mala suerte de que nos obligan a traerlos.

¿Cuánto tiene usted de trailero?

 Alberto: Empezamos desde el 2013.

¿Y habitualmente qué transportaba?

Alberto: En mi caso es lo que transportas en los refrigerados.

¿Esos trailers que características tienen?

Alberto: Son trailers de caja blanca. Caja cerrada.

¿Sobrevive siempre la gente que viene ahí encerrada?

Alberto: Sí porque les pones el ventilador y abres la ventanilla de atrás para que el aire camine.

¿Y cómo y  desde dónde se da ese tránsito?

 Alberto: Ellos (los migrantes) llegan a Tapachula, Chiapas y de ahí se transportan como pueden a la Ciudad de México.  Los que deciden venir por su cuenta no pagar transporte se vienen regularmente en autobuses de turismo. De ellos la mayoría son detenidos porque nadie los protege ni los cuida, a veces hasta son secuestrados.

Lo hacen en grupos…

Alberto: Si. Por eso regularmente se ve en la carretera que la Guardia Nacional los tiene detenidos porque no vienen con permiso.

¿En dónde se concentran para los que sí contratan el servicio y vienen en un tráiler? ¿En la Ciudad de México?

 Alberto: En la central de autobuses de la Ciudad de México están los contactos de los coyotes.

Se acercan con ellos y les dicen “saben qué, nosotros tenemos un transporte seguro desde Michoacán hasta la frontera de Matamoros o Reynosa, pero tienen que pagar de 13 mil a 13 mil 500 pesos por persona. (Esos son casi 800 dólares estadounidenses) 

¿Y después de ahí, de la central los convencen, juntan el dinero y a dónde se van?

Alberto: Se vienen por su cuenta a Michoacán. Ya en Michoacán, quienes los trafican se acercan con nosotros y preguntan si eres trailero y te dicen: “¿Sabes qué?, necesito que me lleves una carga a Matamoros, te vamos a pagar”. De primero te pueden ofrecer de 80 mil a 100 mil pesos, mil por cada migrante, trayendo de 50 a 100 personas en el viaje. (Mil pesos son unos 60 dólares). El negocio parece legal por su apariencia, sin ningún cuidado excesivo, no más con rapidez, pero por precaución para que otros cárteles no les ganen ‘la carga’.

Este tráiler para quienes circulamos en una carretera ¿cómo se ve? ¿para qué está acondicionado?

Alberto: Son traileres que acarrean pepino o sandía y cuando traemos personas no se esconden porque ellos pagan a la Guardia Nacional, 500 pesos por migrante.

 ¿Cuántas veces?

 Alberto: Las veces que te detengan. Pueden ser tres, cuatro o cinco veces que te detengan. A veces no te detienen. Entonces puedes circular libre. Y donde no te escapas, donde sí tienes que pagar, es en un retén de soldados que hay. Ahí tienes que pagar también 500 pesos por migrante.

Sigamos con la ruta. ¿Llegan a Michoacán y los suben en los traileres?

Alberto: Sí.

¿Y de ahí qué ruta toma?

 Alberto: De ahí agarras de Michoacán hacia Silao por carretera libre hasta San Luis. Luego el libramiento de San Luis y llegas a El Huizache o al entronque con Matehuala, te vienes hacia el entronque Ciudad del Maíz y Tula. Ya de ahí pues ya agarras para acá (…) ya es carretera libre para dentro del estado. Regularmente te dicen que pases a la Buenos Aires entre dos o tres de la mañana, mejor conocida como la Y griega, porque a esa hora es cuando migración no está.

¿Ese lugar de la Y griega es la de San Fernando,  la que va entre Reynosa y Matamoros?

Alberto: Si.

Ilustración: Alejandra Saavedra López

 

¿Cuántas horas hacen desde Michoacán hasta Matamoros, en promedio? 

Alberto: Depende del tránsito, pero puede ser de diez a 15 horas.

¿Cómo hacen para comer? ¿Cuáles son las paradas que hacen?

 Alberto: No tienes permitido pararte. No hay una consideración para llevarlos cómodos o bien alimentados. Ahí lo que importa es que lleguen a su destino.

¿Generalmente son hombres, mujeres o de qué edades son?
 Alberto: Vienen desde niños, bebés de brazos, mujeres, familias completas. 

¿Y por qué pasan la Y a la madrugada?

Alberto: Ándele, ahí, si no quieres pagar pesos vas en la madrugada porque si Migración te detiene o te descubre, tienes que darle mil pesos por cada migrante.

¿Y cómo se hace el pago? 

 Alberto: En Michoacán nos dan un teléfono celular. De ahí tú tienes que hablar por teléfono con quienes te contratan para traerlos. No sé si es una persona la que viene o si se les hace alguna transferencia o algo, pero mientras no se autorice el pago o mientras ellos no confirmen que tienen ese pago no te dejan pasar, aunque no te detienen. Cuando te dejan pasar es porque ya recibieron el pago.

Puede ser transferencia, seguramente..

Alberto: Puede ser transferencia. Yo me imagino que es más transferencia por ser más rápido. De hecho, a veces, cuando está muy pesada la carretera, insegura para la carga (de migrantes) te dicen: “¿Sabes qué?, tienes que detenerte en la capital del estado”. También tienen casas de seguridad.

En una segunda entrevista, Alberto explicó que las casas donde alojan por horas a los migrantes se encuentran en la orilla de las ciudades para no despertar sospechas y poder salir con mayor libertad cuando ya les dan autorización de continuar el camino hacia Matamoros.

¿Y en esas casas de seguridad para qué son? 

Alberto: Van por la gente en diferentes camionetas y los traen a las casas y ahí ya hay quien les dé de comer y los esté cuidando de que nadie se los robe. Después viene otro compañero o ellos mismos en sus camionetas pueden llevárselos de a poquito. Pero regularmente el viaje va directo y llegas. Y ahí van por ellos, ya sea en Matamoros o en Reynosa. Cuando tú entregas “el paquete” ahí mismo te pagan.

¿Cuánto?

 Alberto: A veces los primeros viajes te cumplen porque para ellos es importante que tú lo tomes en cuenta, que tú digas, “pues me conviene que me avienten otro viaje porque me voy a aventar otros 80 o cien mil pesos”. Es para engancharte, para que tú te emociones.  Un viaje que te van a pagar cinco u ocho mil pesos, normalmente de la línea, pues ellos te están ofreciendo 70, 80, hasta 100 mil pesos, que es muchísimo dinero. (100 mil pesos mexicanos son aproximadamente 6100 dólares a la tasa de cambio actual). Pero muchos compañeros sí lo hacen más regular, y cuentan que cuando te avientas el segundo o el tercer viaje ya no te dan lo que te prometen, te dan lo que lo que ellos quieren. A veces apenas 25 mil pesos y tú tienes que tomarlos.

 Me podría contar un poquito más qué es eso de cuidarlos…

 Alberto: Las casas de seguridad regularmente las cambian de lugar para que no los ubiquen, pero siempre hay personas a distancia, puede ser a una cuadra o dos cuadras que están cuidando las casas de que no lleguen vehículos desconocidos o personas que se les queden viendo las casas o que les llame la atención. Tienen que estar pendientes para que no les roben los migrantes.

¿Y eso que no les roben los migrantes, es que no llegue otro cártel y se los lleve?

 Alberto: Así es.

¿En dónde tienen casas de seguridad, digo, si venimos desde Michoacán, Silao, San Luis, en dónde tienen las casas?

 Alberto: Aparte de Michoacán, tienen otro lugar seguro en San Luis de la Paz, cruzando San Luis Potosí. Ahí la mayoría de las personas que se ven son migrantes, pero como es un ejido nadie lo toma en cuenta. Ahí también, cuando vas a cargar pepino, aprovechan y dicen: “¿Sabes qué?, te vamos a subir tantas personas, a ti no te va a pasar nada, tú nomás vas a llegar, todo está arreglado”.  Y pues no hay opción, no puedes decir ‘no me los llevo’ porque te quitan el camión.

¿Quiénes son los que manejan todo este negocio?

 Alberto: Pues los cárteles de la droga. Aquí el peligro que corres al transportar migrantes es si un grupo contrario se da cuenta o te identifican o te atrapan, porque ahí puedes perder la vida.

 ¿Que cártel es el que va controlando cada punto, Ciudad de México, Michoacán, San Luis, Tamaulipas, o se coordinan entre ellos? ¿Cuál es el cártel que está cuando llegan a Reynosa y a Matamoros?

Alberto: El Cártel del Golfo es el que se dedica a transportar migrantes. 

¿Desde cuándo empezó a darse esto del tráfico en los traileres?

 Alberto: Habíamos escuchado pláticas más no nos había tocado, pero hace un año más o menos fue cuando empezó, ya nos ha tocado tres o cuatro veces en el año.

Ellos llegan y les dicen ‘les toca hacer esto’…

Alberto: Necesito que me lleves tantas personas, tú no te preocupes, nadie te va a hacer nada, la ley está comprada, no los ocultan. Si tu trailer trae lonas los puedes traer al descubierto o con las ventanillas abiertas para que les corra el aire porque no hay peligro de que la ley los vea. La ley ya sabe al momento de que te detienen y los ven, ellos saben a quién perteneces y lo que tienen que hacer. Ellos tienen que cobrar y para ellos mejor si te los encuentran porque van a cobrar, de hecho, es más cuota.

Usted es trailero y con la amenaza no hay para donde hacerse…

Alberto: Si, no hay para donde hacerse o los llevas o los llevas.

 ¿Ha pasado con algunos compañeros de ustedes que tomen represalias?

Alberto: Les amenazan la familia. Yo no sé qué alcance tan grande tienen que cuando te ofrecen ese trabajo. Ellos te dicen “mira, si tú te niegas o si tú me traicionas sabemos que tu familia vive en tal parte” y te quedas espantado porque dices, ‘se supone que aquí donde estoy, nadie me conoce’, pero para cuando ellos hacen eso, ya te tienen ubicado completamente.

¿El movimiento es constante o ha habido meses donde no hay mucho auge?

 Alberto: Sí, regularmente está cargadito el trabajo, se puede decir que pasan al mes dos o tres mil personas por manos de ellos…En toda la frontera de México diferentes cárteles hacen lo mismo. De hecho, los 13 mil 500 pesos de inicio solo son para llegar a la frontera y ya ahí están “los coyotes”, quienes los cruzan y que les cobran de 4,500 a 5000 dólares por persona.

¿Para cruzarlos?

 Alberto: Tienen casas de seguridad en la frontera –en  Matamoros, en Río Bravo, en Reynosa –  que regularmente las están cambiando de lugar para que no los ubiquen. Ahí va cada “coyote” y se lleva de a diez de a 15 migrantes.  Le tienen que tomar fotografía a cada persona y esa foto se reparte entre los demás compañeros, entre los demás coyotes, porque se supone que al pagar los 4.500 estás asegurándote de que te cruce a los Estados Unidos y si, por algún motivo, uno de ellos se pierde o uno de ellos se ahoga, el “coyote” o el encargado pagar con su vida.  

¿Y esto es algo común?

 Alberto: Sí, es una ley que tienen de que, si tú llevas diez personas, tienes que llegar con diez personas. 

¿Una persona que se pierda se considera dinero perdido?

 Alberto: Sí. Si alguno de ellos se pierde entre todos los demás lo empiezan a buscar, porque todos tienen la fotografía hasta que dan con él y lo recuperan.

Volviendo a la “carga sin carga”, ¿cómo hacen ustedes para llevar el registro de las personas que llevan?  ¿los cuentan, saben sus nombres, saben sus celulares?

 Alberto: Es un número, nada más. Cuentan niños, personas, mujeres, ancianos y hombres por igual, es un número. Ellos te dicen, “lleva 50 personas, entre ellos van niños, bebés, mujeres, adolescentes y te voy a dar mil por persona”. Aún cuando en apariencia no se cuidan de las autoridades, la realidad es que el tráfico es penoso y sin ninguna consideración, a veces en las peores condiciones por el clima o por la salud de algunos migrantes que no se toma en cuenta.

¿Cómo van los viajeros en los tráileres?

 Alberto: Así tal cual está la caja, ahí se suben y ahí se sientan. Y ahí vienen.

¿Y para hacer sus necesidades?

 Alberto: No hay tiempo de hacer sus necesidades, así como vengan.

¿Y ellos lo saben que viajarán en esas condiciones?

 Alberto: Quiero pensar que les advierten antes de empezar el viaje. El chofer sólo se encarga de llegar y de no pararse hasta llegar. Con el teléfono celular que ellos te dan en el camino te hablan y te preguntan dónde vienes, te dicen que tienes que pararte en tal parte o darle derecho, no te pares y así. Si la ley te detiene tienes que marcar de ese teléfono y decirles que te pararon en tal lugar y si es la Guardia Nacional o los soldados u otra autoridad.

¿Qué hacen cuando hay alguna situación crítica con la gente?

Alberto: Pues ha ocurrido que cuando la situación se sale de control, los abandonan. Que te falle el camión, que te detengan otras personas y uno asegura su vida, ¿y sabes qué?, pues ahí quédate con el camión y con lo que trae, yo me voy y si tienes suerte te dejan ir y si no, pues te vas con ellos.

¿Ha habido casos de que les hayan hecho algo a los choferes como ustedes?

Alberto: Hasta ahorita no porque tienes el viaje seguro. Ahí el único detalle cuando abandonas a los migrantes, pues muchas veces estos van ciegos porque no saben hacia dónde van. Ahí es cuando los cárteles contrarios los aprovechan para llevárselos y obligarlos a trabajar. 

Una persona centroamericana nos decía hace poco que en Reynosa bajaban de los trailers en un terreno muy grande como si nada. ¿Si se da esta situación?
Alberto: Son los llamados patios, son estacionamientos de allá, puede que sea de la línea (de transportes) o puede que sea de ellos mismos. Son áreas aseguradas donde saben que nadie más los puede ver, hablando de la ley. 

¿Cuántos viajes como chofer le ofrecen al mes?

Alberto: Es eventual o que te toque la mala suerte de que tengas que ir a cargar al lugar donde ellos tienen el viaje.  Lo hacen al azar, no es que tú como trailero estés trabajando para ellos sino que ellos llegan y te dicen “necesito que me hagas este viaje, ya está todo arreglado, vete”. No te dicen vas por migrantes’, tú andas en el trabajo.

¿Nunca sabes?

Alberto: No, nunca sabes si te toca la mala suerte del viaje y pues ni modo, lo tienes que hacer.

¿Cómo fue la primera vez que hizo uno de estos viajes con migrantes?

Alberto: Estábamos en un pueblo de Michoacán cargando fruta y estábamos en el patio. Llegó una persona en una camioneta y nos preguntó para dónde íbamos y le contesté que para otro pueblo en Tamaulipas. Me pregunta: “¿Dónde está?”. Le contesté que era cerca a Río Bravo. Y me dijo que necesitaba que le hiciera un viaje, que todo estaba arreglado y que no pasaba nada…A sí te empiezan a echar un rollo y pues uno empieza a temblar por dentro, pensando lo peor, la primera vez que nos pasó, la verdad, veníamos muy asustados y con el temor de que no saliéramos de esa.

¿Cuánto ofrecieron esa vez?

Alberto: Mil por persona.

¿Y cuántos traían?

Alberto: Traíamos 62** personas.  Traíamos un vacío muy feo en la boca del estómago, un miedo porque no sabes cómo funcionan esas cosas; nunca me había tocado hacer algo así.  Crees que no vas a salir de eso.

 ¿Y qué fue lo peor? 

Alberto: El retén de los soldados fue el lugar donde creímos que nos iban a detener. Los nervios te traicionan. El Ejército te para y te dice: “¿para dónde vas?, ¿de dónde vienes?, ok, detente, te vamos a revisar”. Ya tú le dices, ‘¿sabes qué pasa?, esto y esto’. Te la regresan y te dicen que hables por teléfono y marcas al número y les dices que te detuvieron en tal parte. Te dicen que le pases al oficial y así ya ellos hacen ahí su transa y ya nada más el oficial viene y te dice que puedes avanzar. Pero fueron momentos que pensamos que íbamos a ir a parar a la cárcel o no sé. Piensas en todo, en la impotencia de que no puedes hacer nada, de que si ahí se acabó ya tu libertad. 

¿El teléfono se lo dan los organizadores y desde ahí llama cuando hay retenes?

Alberto: Si.

¿Cuando terminó el viaje, la entrega, qué sintió?

Alberto: Sentí el miedo del siguiente viaje, de pensar si a dónde vas a ir te van a estar esperando otra vez.  Empiezas a platicarlo con los demás compañeros y ya sale quien te dice “oye no, no te pasa nada, a mí me pasó ya esto y al otro y al otro” y ahí es done ya te liberas, donde dices ‘ok, bueno no va a ser todos los viajes’.

¿Están enterados por lo general los dueños de las líneas de transporte? 

Alberto: Los “coyotes” se comunican con el de movimientos, una persona que se encarga de conseguir los viajes. Esa persona está al pendiente de si tú le marcas, por ejemplo, como chofer de ellos, y le dices ‘necesito que me mande gastos porque ya no traigo para la comida’.  Él está encargado de los choferes, de decirles hoy te toca ir a cargar a Silao, hoy te toca ir a cargar a Apatzingán, a diferentes partes.  Entonces la llamada es para esa persona, “¿sabes qué?, tu tráiler va de regreso, no lleva la carga porque pasó esto, y esto”.

Entonces el trato no es con el dueño de la línea sino con el que programa los viajes…

 Alberto: La línea no trabaja para ellos sino que ellos (los coyotes) aprovechan el viaje del tráiler para que todo circule normalmente, porque si ellos se roban el trailer pues la línea lo reporta. Entonces ahí ellos corren más peligro de que los agarren por el robo.
 ¿Puede ser empleados de esa línea de transporte dueña de los tráileres los que coordinan? 

Alberto: Así es. El dueño solo recibe su dinero. Como en todas las empresas, hay encargados de diferentes áreas y ellos se encargan de los viajes, del combustible, de los gastos del chofer.  No sé si al hablar con esos encargados, se les ofrezca alguna cantidad para que no digan nada. Ahí sí desconozco.

¿Por qué cree que el paso de migrantes no se acaba en México?

Alberto: Porque es un negocio muy jugoso para los cárteles, se podría decir que ya le ponen más atención a los migrantes que a la droga.

¿Y el gobierno?

Alberto: El gobierno lo sabe, la mayoría paga la llamada cuota para poder pasar.

¿Sucede que un cártel detenga a alguien que está llevando migrantes bajo el control de otro cártel?

Alberto: Esto prácticamente no sucede pero ha habido algún caso o dos. Por eso están las llamadas plazas, porque ellos tienen controlados esos tramos y pueden circular libremente

¿Cómo se avisan entre ustedes los traileros de que llevan una carga?

Alberto: Hablas con el compañero y le dices: “Me tocó la de malas y vamos cargados sin carga”. Te dicen que vayas con cuidado y que ya sabes lo que tienes que hacer, que no te arriesgues, que trates de hacer todo lo posible para no tener ningún problema.

Obviamente la familia no lo sabe…

Alberto: No, no lo sabe.

¿Hay opciones de salirse de esa actividad?

Alberto: La ventaja, por así decirlo, es que no estamos dentro; no siempre te toca porque no eres un chofer de ellos. Es eventual, es casual que te toque un viaje así. Igual pasa lo mismo con la droga, con el cristal, te hacen operar de la misma forma.

¿Al azar?

Alberto: Sí, ellos llegan ahí contigo y te dicen: “Hey, te vamos a cambiar las pilas del trailer llegando a Matamoros, ahí va a estar una persona esperándote, tú le vas a entregar las pilas y él te va a entregar otras pilas para tu camión”. Casi normalmente te las cambian todas. Las cuatro pilas son grandes. Te dicen: “Si llegas con la carga te vamos a dar 50, 80, a veces 100 mil”, a veces más, dependiendo el valor de la carga.

¿De cada diez viajes que se hacen en este sentido, ¿cuántos calcula usted que son de migrantes y cuántos son de droga?

Alberto: Vamos a suponer que te toque la de malas, en esos diez viajes puedes echar dos de migrantes y uno de droga. Y los dos de migrantes tendrán 50 o cien personas cada uno. 

¿Por qué Migración no los detiene? 

Alberto: Lamentablemente de nada nos sirve Migración; de nada nos sirven los soldados, si no pueden detener este tráfico porque para ellos es tráfico y es ganancia. Con eso ellos alimentan todo lo que tienen, sus armas, todo del tráfico de personas.

Nota: Esta alianza periodística envió un cuestionario al Instituto Nacional de Migración, la Guardia Nacional y la Sedena para que respondieran a estas acusaciones que hace Alberto y otros testigos entrevistados. También les pedimos información sobre el número de funcionarios investigados y/o despedidos de sus instituciones por prácticas corruptas. Hasta el cierre de esta edición no habíamos obtenido respuesta del INM ni de la Guardia Nacional. Sedena respondió que “esta Secretaría de Estado carece de facultades para intervenir en el asunto que plantea”, y nos pidió dirigirnos a la Fiscalía General de la Nación o al INM.

*Alberto no es el nombre real del trailero. Lo cambiamos para proteger su identidad por razones de seguridad.

**El número de migrantes que llevó Alberto en su primer viaje está cambiado para proteger su identidad. 

Tráileres: una trampa para migrantes

Una investigación coordinada por Noticias Telemundo y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) con la participación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), Bellingcat, Contracorriente (Honduras), Plaza Pública (Guatemala), EnUn2x3-Tamaulipas, Chiapas Paralelo y Pie de Página (México). Revisión y asesoría legal: El Veinte

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