«Buenas madres», identificación de las barreras en el acceso al aborto clínico

 

Feministas frente al Congreso del Estado al término de la marcha por la despenalización del aborto. Foto: Alma Martínez

*Realizaron 14 entrevistas con acompañantes en tres regiones mexicanas: Baja California y Chiapas, ambos contextos restrictivos. Así como la Ciudad de México, donde el aborto por voluntad es legal hasta las 12 semanas.

*Artículo: “Sigue siendo un sistema precario”. Barreras de acceso a abortos clínicos: la experiencia de acompañantes en tres regiones mexicanas.


Las investigadoras Suzanne Veldhuis, Georgina Sánchez Ramírez y Blair Darney*, presentaron datos que dan cuenta de cómo una secuenciade factores dificulta el acceso a abortos clínicos: en especial a mujeres en situaciones de vulnerabilidad.

Las mujeres entrevistadas por las investigadoras, describieron características y circunstancias individuales de las mujeres que abortan, que dificultan su acceso a abortos seguros, independiente del contexto legal, tal como el hecho de no poder hablar sobre su decisión de abortar con personas cercanas o familiares o no tener redes de apoyo que les sostengan durante el proceso.

Le dicen a la pareja: oye estoy embarazada, y la pareja desaparece, entonces es afrontar todos esos gastos, todo absolutamente solas, dijo Ofelia de Chiapas.

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Así mismo, ubicaron al tiempo como un factor estratégico para que una mujer pueda acceder a una clínica legal, ya que para poder viajar a la Ciudad de México o Estados Unidos.

Mencionaron que a veces las mujeres no cuentan con la posibilidad de ausentarse de sus trabajos y hogares. Las mismas dificultades aplican para mujeres en la Ciudad o el Estado de México, a pesar de vivir más cerca de las clínicas.

No tenían posibilidades para venir, porque hay que venir temprano por la mañana y no tenían las condiciones para llegar y sacar sus citas. Los horarios laborales son tan absorbentes, no coinciden con los horarios de las clínicas. Las chicas no tienen los recursos para tomarse un día, pues prefieren irse a sus empleos, dijo Ana de la Ciudad de México.

Además, mencionaron el obstáculo de no contar con los documentos para poder ser atendidas en clínicas legales, tanto en la Ciudad de México como en los Estados Unidos, ya que para esta última opción además es necesario contar con un pasaporte y visa.

Aunque las clínicas del programa Interrupción Legal del Embarazo (ILE) son gratuitas, las investigadoras indicaron que hay costos implicados como, por ejemplo, el transporte a la clínica, y solo las mujeres que cuentan con los recursos económicos suficientes pueden permitirse el lujo de acudir a clínicas privadas, viajar a los Estados Unidos o a la Ciudad de México.

Imagen cortesía de la Colectiva Hablemos de aborto

Aunado a lo anterior, varias entrevistadas mencionaron que para ciertos grupos de mujeres el acceso a abortos clínicos es más difícil.

Las acompañantes en Chiapas mencionaron las mujeres indígenas, pobres y migrantes se encuentran en situaciones aún más complejas para el acceso.

En ese sentido, Cloe, quien pertenece a un colectivo feminista que se enfoca en el acompañamiento de mujeres que pertenecen a estos grupos, comentó:

Recordemos que las mujeres somos más pobres y en este contexto chiapaneco las mujeres son más pobres todavía, que pagues mínimo en una clínica tres mil pesos o hasta 20 mil ¿Cuánto tiene que trabajar una mujer?, voy a parir tres hijos antes de juntar los 20 mil pesos.

Varias entrevistadas, les relataron que para las menores de edad acceder a una clínica legal es más difícil por el acompañamiento obligatorio por una persona adulta: en las clínicas públicas solo puede ser madre, padre, tutor o representante legal.

En conjunto, es complicado para las jóvenes ausentarse de la escuela o sus hogares, porque no quieren que se enteren sus familiares, pareja o amistades.

Esos hallazgos, señalaron que coinciden con el cuerpo científico que describe cómo las características y circunstancias individuales de las mujeres, marcadores de desigualdades sociales, son el punto de partida, desde donde se van agregando otros obstáculos.

Honduras es uno de los seis países en el mundo que penalizan el aborto en todas sus causales. Esta situación orilla a muchas mujeres como Alejandra* a someterse a abortos clandestinos con procedimientos que además de poner en riesgo sus vidas se realizan de forma violenta.

Así pues, en las tres regiones de estudio, son las mujeres en situaciones de mayor vulnerabilidad y con menores redes de apoyo, quienes siguen teniendo menos posibilidades para acceder a un aborto clínico, inclusive en la Ciudad de México.

El estudio destacó que entrevistadas en dos regiones lejanas de la Ciudad de México consideraron que no existe una posibilidad real para acceder a un aborto legal en la capital, confirmando que existe una desigualdad jurídica importante, ya que depende de la procedencia y recursos económicos, logísticos y sociales indispensables de una mujer si logra acceder a un servicio seguro.

Falta de información, estigma y marco legal

El acceso a información, el estigma y el efecto de la (des)penalización del aborto fueron descritos como puntos claves por casi todas las acompañantes, en las tres regiones.

Pues, las entrevistadas en Baja California y Chiapas mencionaron que varias mujeres que las contactan no saben que existen causales legales para el aborto en sus estados, tampoco que existe la interrupción legal de embarazo en la Ciudad de México.

Aunado a ello, acompañantes en la Ciudad de México narraron que varias mujeres no saben que existen servicios legales, no conocen los requisitos o dónde se lo pueden realizar.

No se sabe que existen aquí tres causales para la interrupción legal del embarazo. Los medios de comunicación no hablan de estas (…) Muchas mujeres nos escriben porque no saben que es legal, ¡una década y todavía no llega toda la información! O sea ¿Qué está pasando en la Ciudad de México?, dijo Claudia de Baja California.

En las calles de las afueras de Tegucigalpa se puede observar la injerencia de grupos religiosos ocupando el espacio público como parte del mobiliario municipal. Foto: Greta Rico

Veldhuis, Sánchez Ramírez y Darney indicaron que varias entrevistadas describieron que hace falta información sobre cómo acceder a un aborto seguro, qué es un aborto seguro y cuáles son las opciones.

Al igual, mencionaron que la existencia de mitos sobre el aborto en general es un problema que identificaron tanto en las mujeres que abortan como en proveedores de servicios médicos.

Han metido el miedo que te vas a quedar estéril, que no vas a poder tener hijos, que te vas a morir en un procedimiento, lo maneja tanto personal médico como cualquier persona, mencionó Anahí de Chiapas.

La falta de información también se entrelaza con el estigma, mismo que fue mencionado por casi todas las entrevistadas como un obstáculo importante, ya que se solapan en la valoración de las mujeres: creencias religiosas que sancionan su libertad sexual y educación afianzada en estereotipos de género, donde se asume que a las mujeres desde niñas hay que educarles en el cuidado y procuración de los bebés, el adiestramiento para ser “buenas madres”.

Todo este imaginario de que son bendiciones y es lo mejor que pasa en la vida (…) todas estas frases culturales, sociales, estos estigmas en contra de la interrupción legal del embarazo. Eso es el principal obstáculo, expuso Olivia de la Ciudad de México.

Así, en las tres regiones relataron una estigmatización fuerte de la mujer que aborta, tanto por parte de ella misma, como por parte de sus amigos, pareja, familia, sociedad en general, inclusive los propios proveedores de servicios de salud.

Hay compañeras que han estado en la Ciudad de México, me han comentado que han sentido en clínicas legales, ese rechazo, ese prejuicio, aunque sea legal, no le quita lo clandestino, dijo Camila de Baja California.

Varias entrevistadas, en especial Baja California, identificaron cómo la religión católica fomenta el estigma, lo que coincide con varios estudios previos realizados en el país.

El estigma impide a una mujer hablar con otras personas sobre su decisión y dificulta la difusión de información adecuada, además de obstaculizar el acceso a servicios médicos y afectar la calidad de la atención sanitaria.

En estos servicios se atiende a quienes requieran un aborto en el primer trimestre dentro del marco legal vigente y en apego a la #NOM046.

Por otro lado, las entrevistadas consideraron que, con la despenalización del aborto, aparte de eliminar el riesgo de persecución y encarcelación, se disminuiría el estigma y aumentará el flujo de información, por lo tanto, mejoraría el acceso a abortos seguros

*Investigadoras:

-Suzanne Veldhuis de El Colegio de la Frontera Sur.

-Georgina Sánchez Ramírez de El Colegio de la Frontera Sur.

-Blair G. Darney del Centro de Investigación en Salud Poblacional del Instituto Nacional de Salud Publica.

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