La trabajadoras domésticas migrantes en Chiapas
*En el mundo existen 244 millones de migrantes internacionales, de ellos 150 millones son trabajadores. De esos, 11.5 millones son trabajadores domésticos, uno de los grupos más vulnerables, y más del 70% de ellos son mujeres. Estos datos demuestran que el trabajo es un gran factor dentro de la migración.
Un importante sitio de concentración de migrantes de carácter económico es el país, en específico la zona sur por la proximidad con Centroamérica. Los estados del sur que colindan con otros países tienen características precarias, como es el caso de Chiapas, que tiene el mayor rezago de desarrollo humano en México, además de 78.5% de las personas viviendo en condiciones de pobreza, indica la investigación “Las trabajadoras domésticas migrantes en Chiapas” de José Pablo Hernández Ramírez.
Sin embargo, por la cercanía del estado chiapaneco a la frontera sur es un lugar de trabajo para muchos migrantes. A pesar de la pobreza de la entidad, existe la posibilidad de emplear a varias de estas personas en las tareas domésticas. Este tipo de ocupación es común a lo largo del territorio nacional y es feminizado.
Así pues, las condiciones en las que se desempeñan los trabajos son precarios, el 70% de la población en la entidad gana dos salarios mínimos o menos. Además, solo alrededor del 10% tiene acceso a servicios de seguridad social, debido a que el resto se desempeñan en la economía informal, la cual no provee estos esquemas de seguridad social.
Se podría pensar que emigrar a Chiapas no representa mejores condiciones de trabajo, pero es el principal destino de migrantes provenientes de Centroamérica. En muchos casos, ya que las migrantes no cuentan con documentos que las permitan laborar legalmente en México, éstas son empujadas al sector informal en donde se trabaja irregularmente, precariamente, con salarios bajos y en sectores subvalorados, expuso Hernández Ramírez.
En ese sentido, al ser un trabajador migrante, además de los riesgos y violaciones a derechos a las que se exponen en el mercado informal, se reúnen otros factores negativos, algunos son: las cuestiones raciales o étnicas, nacionales y el estatus migratorio, que pueden provocar discriminación, que resultan ser obstáculos para acceder a sus múltiples facultades.
Desde la historia, Chiapas ha tenido relaciones económicas con la región de San Marcos en Guatemala. Por lo que hoy, podría considerarse que son un mercado regional o binacional, es común que la frontera sea cruzada por comerciantes, trabajadoras domésticas y trabajadores agrícolas guatemaltecos.
Así mismo, la mayoría de los migrantes consideran que en México hay trabajo seguro, por lo que éste es el motivo principal para emprender el viaje, ya que suelen dedicarse a labores similares a las que desarrollan en casa y la remuneración no varía. Por otro lado, dejan su hogar en Centroamérica hacia Chiapas por la cercanía que encuentran.
Dicha proximidad, permite a los migrantes seguir en contacto con sus círculos sociales. Además, las ciudades chiapanecas son conocidas por centroamericanos, quienes las consideran seguras por las personas en movilidad y sus familias. Por esa razón, recibe personas en movilidad permanentes, transfronterizas y temporales.
Según cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) en 2010, la población en territorio mexicano comprendía a 961 mil 121 extranjeros, que represento 0.86% del total en ese momento. De esta cifra, la mayoría provenían de Estados Unidos de América con 738 mil 108, seguido por España con 77 mil 069.
En ese mismo año, había 15 mil 323 mujeres migrantes viviendo en Chiapas, 11 mil 678 de las cuales eran de origen guatemalteco, representando más del 75 por ciento. Para 2009, las mujeres trabajadoras transfronterizas eran 81 mil 337, el 49.8% de ellas reportaban recibir uno o dos salarios mínimos y 37.2 por ciento recibían más de 2 salarios mínimos.
Por otra parte, el investigador señaló que para las trabajadoras temporales fue 325 mil 125 en 2009. En este tipo de trabajo, las guatemaltecas solo representaron el 17.6% del total mientras que de otras nacionalidades centroamericanas fueron más predominantes. Es característico de ellas, que se dediquen a actividades en el hogar o trabajo doméstico, con 70.1% dedicándose a dichas labores, seguidas de las agrícolas con 12.4%.
Acerca del salario, 53.6% reportó ganar entre 1 y 2 salarios mínimos mientras que tan solo el 5.7 por ciento gana más de 2, y 40.7% informó ganar uno. En este tipo de trabajo, 18.7 por ciento de los cruces sin distinción de género fueron con permiso para laborar mientras que 57.6% de estas trabajadoras entró de manera legal.
Es evidente, que esta migración impacta fuerte a la economía de Chiapas. Las trabajadoras del hogar ayudan a la reproducción de las familias mexicanas, ya que el país es común esta labor de carácter doméstico. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que las trabajadoras domésticas aportan 22% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Además, Hernández Ramírez señaló que en Chiapas, la precariedad en el empleo es algo común, ya que 70% de la población ocupada recibía en 2012, como ingresos 2 salarios mínimos o menos. Y, solo el 10.5% contaba con seguridad social, debido a la alta tasa de participación en el trabajo informal.
Dentro de las personas que habían nacido fuera de México y que residían en Chiapas en 2010, había 31 mil 704, es decir, 0.66% de la población de la entidad. De la población inmigrante, 86.4 por ciento nació en Centroamérica. De estos países se registró la entrada de 15 mil 323 mujeres, 11 mil 678 de ellas provenían de Guatemala.
Junto con las mujeres provenientes de Guatemala, las nacionalidades de mujeres con más incidencia en la entidad son las salvadoreñas y hondureñas. De estas, una tercera parte de está registrada como parte de la población económica activa y un tercio se dedica al trabajo del hogar.
Es importante señalar que, según la nacionalidad, se observan tendencias a realizar cierto tipo de trabajo y es así como las trabajadoras guatemaltecas en Chiapas, se dedican principalmente al trabajo doméstico y el trabajo agrícola, las trabajadoras salvadoreñas al trabajo doméstico y en el sector de servicios; como meseras y las hondureñas se ocupan el comercio y servicios, detalló Hernández Ramírez.
Por otra parte, la clasificación de trabajadora transfronteriza se asigna a las mujeres que cruzan la frontera por menos de 24 horas para trabajar en México. Los cruces hechos en 2009, fueron 81, mil 337, de estas el 64.5% eran vendedoras ambulantes provenientes de Guatemala y 30.9% empleadas del hogar. De dichas féminas, casi la mitad de ellas percibe entre 1 y 2 salarios mínimos, mientras que el 37 por ciento obtiene una remuneración superior.
Es importante señalar que el 80% de las entradas a México mencionadas, fueron hechas con la Forma Migratoria de Visitante Local. Solamente 1.7% de los cruces son hechos con el respectivo permiso o autorización para trabajar, explicó el investigador.
Otra clasificación es la de trabajadoras temporales, son aquellas que cruzan la frontera para laborar por más de un día. En 2009, fueron 57 mil 222 cruces de este tipo hechos por mujeres guatemaltecas, el 70% de esos, correspondían a trabajadoras domésticas.
De esas féminas, el 70% se ocupa al trabajo doméstico, mientras que 12.4 por ciento de ellas realiza trabajo agrícola. Este tipo de laborantes en promedio, reciben una remuneración menor a la que reciben las transfronterizas.
Aunado a ello, el 40.7% de las mujeres recibe un salario mínimo, 53.6% de ellas gana entre 1 y 2, y solo 12.4 por ciento obtiene una remuneración mayor, además ingresan con una Forma Migratoria de Visitante Local y únicamente el 18.6% fueron con un permiso de trabajo.
Trabajo doméstico
En la actualidad, múltiples trabajadoras migrantes se dedican al trabajo doméstico en Chiapas, uno de los más vulnerables y precarios. En el mundo, alrededor de 52.6 millones de personas son laborantes domésticos, esta cifra representa alrededor del 3.6% de la fuerza de trabajo asalariada.
Las mujeres constituyen la abrumadora mayoría de los trabajadores domésticos, ya que son 43.6 millones. En México, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) había 2 millones 347 mil 350 trabajadores domésticos en 2018, 95% eran mujeres. Este número fue alcanzado, ya que en el país se duplicó el número de laborantes domésticas de 1999 a 2008.
En Chiapas existían 68 mil 292 trabajadores domésticos, según las cifras de la misma encuesta y de tales 66 mil 065 eran mujeres. Es decir, esta ocupación predomina en ser hecho por mujeres en este estado.
Si bien existen cifras acerca del trabajo doméstico, por la situación migratoria irregular de muchos de los trabajadores y la informalidad, estas cifras no representan la realidad de los trabajadores migrantes de forma precisa. Es difícil calcular las cifras puesto que muchos de los trabajadores domésticos migrantes viven en las sombras, explicó Hernández Ramírez.
Dicho esto, el fácil acceso a este tipo de trabajo y la falta de calificación requeridas, hacen al trabajo doméstico popular entre los migrantes, ya sean regulares o irregulares. En 2013, 19.53% de los 2.2 millones de trabajadores domésticos que existían, estaban afiliados al Instituto Mexicano de Seguro Social (IMSS).
En promedio, trabajaban 31.5 horas a la semana. La participación femenina es muy alta en esta ocupación, en razón de la baja calificación que requiere y el hecho de que las tareas que son incluidas en dicho trabajo, histórica y social han sido características de este género.
Un gran problema que se presenta al realizar ese trabajo es que no es considerado como tal, enfatizó el investigador. En muchas ocasiones, la labor de estas mujeres es considerada una ayuda y por tanto depende de la caridad de la familia con la cual viven, sin gozar de los derechos humanos correlativos a realizar una labor subordinada.
Los migrantes, en todo tipo de situaciones migratorias son una proporción notoria de los trabajadores domésticos. Por ser migrantes irregulares, quienes lo son, y por la característica informalidad del trabajo doméstico, los trabajadores domésticos están expuestos a más abusos y violaciones a sus derechos humanos de lo habitual, indicó el investigador.
Además, están aislados de sus redes sociales y familiares, por lo que no tienen sistemas de apoyo básico, también en muchos casos no hablar el idioma del lugar donde desarrollan su trabajo ni entender por completo la cultura. De otra manera, aparte de los problemas que presenta el acceso al permiso de trabajo en México, dependen de su empleo y empleador en muchos casos, debido a deudas surgidas del viaje, estatus legal y la concurrencia entre lugar de trabajo y hogar o refugio único.
Otras violaciones pueden suceder durante el reclutamiento de este tipo de trabajadores. Se les engaña acerca del trabajo, condiciones, pago, vivienda, empleador y derecho de acabar con la relación de trabajo. Algunos aceptan las condiciones para poder sobrevivir.
En el caso de las mujeres que se dedican al trabajo doméstico, sufren dichas vulnerabilidades, aunado a ellas las que están relacionadas con el género. Estas incluyen abuso físico y sexual, privación de comida y sueño, y acoso por parte de algunos de sus empleadores.
Los abusos también son realizados por los oficiales de migración, en algunas ocasiones, al ser detenidas. Es importante mencionar, que para realizar una queja de una situación así, es necesario que las mujeres tengan apoyo administrativo y financiero, con el cual no cuentan, para realizar tales quejas, mencionó Hernández Ramírez.
La Encuesta Nacional sobre Discriminación en México de 2017, indica que 3 de cada 10 personas piensa que los derechos de este tipo de trabajadoras no se respetan. Un dato preciso es que 9 de cada 10 trabajadoras del hogar no cuentan con un contrato de trabajo.
En la misma encuesta, el principal derecho del trabajo que es vulnerado para ellas no es el salario o las jornadas, como es creído popularmente, sino la falta de seguro médico. Seguido a ello las trabajadoras del hogar sufren con falta de vacaciones, no tener tiempo para asistir la escuela o desarrollar sus capacidades, no tener un aguinaldo y la deficiencia de una jornada laboral fija.
Por último, sobre los datos específicos de Chiapas, han notado que las mujeres de origen guatemalteco son quienes predominan en el trabajo doméstico en dicho estado y por lo tanto contribuyen para la reproducción social de las familias chiapanecas con su labor.
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