Conservación de suelos permite invertir menos y producir más confirman productores chiapanecos
*El proyecto impulsado por el CIMMYT busca desarrollar y fortalecer las capacidades de los productores.
Villaflores fue conocido en algún momento como el “granero de Chiapas”. En la actualidad, se enfrenta a suelos degradados, reducción de la superficie agrícola y la creciente vulnerabilidad de los pequeños agricultores. Con frecuencia, tienen dificultades de capital, capacitación organizativa y técnica, acceso a crédito, liderazgo, información de mercados y migración, indicó el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
Para cambiar la situación, el CIMMYT impulsaron el proyecto “Fortalecimiento del Acceso a Mercado para Pequeños Productores de Maíz y Leguminosas en Oaxaca, Chiapas y Campeche”, fomenta la adopción de prácticas de agricultura sustentable, en particular la diversificación de cultivos, y promueve la asociatividad.
Dicho esto, Víctor Manuel Martínez Durán, productor de El Rancho El Vergel en esa región, participa en el proyecto. Trabaja en el campo con su familia, al inicio levantaban el rastrojo para el ganado. Ahora, ya no mueven la tierra, hacen camas permanentes y los residuos son usados como cobertura.
A mucha gente le ha gustado la forma cómo vamos trabajando porque cosechamos más y nos queda un poquito más de recurso. Así ya hasta podemos hacernos de otra maquinaria, aunque sea año con año, ya tenemos una seguridad para irla pagando, comentó el productor.
Al productor, le llamó la atención las compras consolidadas, un esquema de adquisición en conjunto, permite obtener precios más bajos. A esto se suman, los ahorros significativos en la nueva forma de trabajar la tierra.
En lo que es agricultura de conservación sí es un buen beneficio para nosotros como campesinos, porque ya no aramos, solo hacemos camas una vez y les damos mantenimiento los siguientes años. Así ya no gastamos en el arado que es caro, que nosotros lo hacemos, pero es un costo, comentó Martínez Durán.
Sobre la salud del suelo, indicó que es fundamental asegurar que los beneficios se sostengan con el tiempo. Por eso, los ingenieros que integran el proyecto, solicitaron a los productores analizar el suelo. Al hacerlo, el resultado reveló como fertilizar, ahora su cultivo es más sano y uniforme.
En el Ejido Villa Hidalgo, miembros de la Sociedad de Producción Rural Las Casitas, también coincidieron en la utilidad de apostar por la salud de los suelos. En particular, Rigoberto Alfaro Rosales comentó que la conservación de suelos permite invertir menos y producir más, y la materia orgánica que dejan, ayuda a que la maleza no salga.
Hemos visto el beneficio que nos ha dado estos cursos, de todo lo que es asociatividad, subsoleo (una técnica que permite aflojar el suelo, pero sin removerlo) que es primordial, porque los terrenos estaban muy compactados, detalló Alfaro Rosales.
El impacto del proyecto, se refleja en una mejor economía y más salud, este último, por el consumo de alimentos menos contaminados, enfatizó Adaín Vázquez Sánchez, miembro de la sociedad Las Casitas. Así mismo, Hermilo González Gómez y Eliobenay López Cruz, visibilizaron la importancia del cambio.
Estamos en toda la disponibilidad de seguir adelante con el proyecto y que nos sigan asesorando, queremos avanzar, queremos innovar más que nada, tener nuevos conocimientos para que esto mejore y que el día de mañana las nuevas generaciones tengan esto como una plataforma de cambio, indicaron los miembros de la sociedad Las Casitas.
Larráinzar
En la comunidad de Talonhuitz del municipio de Larráinzar, Bernardino Hernández González y su familia cultivan maíz, frijol y hortalizas. Antes de participar en el proyecto, sembraban por surco, una brazada más lenta y larga, ahora respetan las distancias.
La diversificación de cultivos, esta presente en el tomate y la papa. Del maíz, aprendió sobre la fertilización, manejo de la semilla y la selección de los maíces. En el caso de los tomates, qué abono se les puede dar.
En tres años, han aprendido y compartido conocimientos. Antes, la calidad del grano para consumo estaba en un 50%, ahora sin una picada de gorgojo. Hay un aumentado en la producción del maíz y frijol, así como la durabilidad de la semilla, comentó Rodolfo Hernández Hernández, hijo de Bernardino.
Ocosingo
En la ranchería San Miguel, ubicado en Ocosingo, un grupo de productores innovadores están recuperando suelos con la diversificación de cultivos, es una forma de mejorar el suelo y tener mejores oportunidades de alimentación para los productores.
Con la diversificación de cultivos empezamos hacer curvas a nivel, donde intercalamos cítricos, naranja, limón, plátano; empezamos con leguminosas como el frijol, la calabaza, todo eso intercalamos en la parcela, comentó Felipe Sánchez, uno de los productores que participan en el proyecto.
Por su parte, Manuel Vázquez Méndez resalto la enseñanza de trabajar con curvas a nivel, al permitirles retener el agua de lluvia, facilitando así la infiltración, y que el abono se quede en la tierra. Así mismo, José Moisés Rodríguez Castellanos, otro colaborador del proyecto, invitó a no quemar la milpa, y dejar que el rastrojo para la recuperación del suelo. Es decir, la materia orgánica mineralizada, regresa a la superficie y se convierte en abono.
Cuando el grupo inició con la diversificación a través del sistema Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), una práctica estructurada por investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y optimizada por productores innovadores mediante la integración de ciencia y conocimiento tradicional que impulsa el CIMMYT, nadie más lo había hecho en Ocosingo.
En la actualidad, cultivan alrededor de 20 especies diferentes con este sistema, ayudándoles a mejorar su economía, rendimientos y suelos. Además de la diversificación y el fomento de la asociatividad, el proyecto promueve otras tecnologías y prácticas, una de ellas, es la bolsa plástica hermética, capaz de conservar granos un año entero, sin que los gorgojos los dañen.
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