El arte y construcción de procesos agroecológicos, una forma de enfrentar a la industria
*La confluencia entre el arte y la agroecología es uno de esos caminos que permite imaginar y concretar nuevas maneras de relacionarnos con la tierra, desde una perspectiva que incluya saberes complejos y prácticas situadas.
Diana Lilia Trevilla Espinal e Ivett Peña Azcona, estudiantes del Doctorado en Ciencias en Ecología y Desarrollo Sustentable de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR), fueron seleccionadas para impulsar el proyecto “Bordando saberes y alternativas para la agroecología”.
A través de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del programa Arte, Ciencia y Tecnologías (ACT), llevarán a cabo durante 2021 un proceso donde confluyen el arte y la agroecología.
Las estudiantes participaron en la categoría de creación de obras originales de carácter transdisciplinar, su propuesta fue una de las ocho seleccionadas entre los 330 proyectos concursantes a escala nacional.
Trevilla Espinal mencionó que, junto a Peña Azcona han trabajado juntas desde hace 7 años, por lo que, han conformado una red con diferentes personas en especial mujeres.
Añadió que, el proyecto surgió por una iniciativa denominada “Agroecólogas en movimiento”, una colectiva conformada por mujeres indígenas y afrodescendientes quienes participan en la agroecología a través de prácticas, investigación o movimientos sociales.
Por lo que, el proyecto fue una propuesta se seguimiento de procesos que ya llevaban a cabo sobre el arte e investigación, el año pasado desarrollaron el proyecto “Hilvanando sentires en tiempos de cuidado” en el que participaron más de 50 personas, bordando lo que sentían a raíz de la pandemia.
Trevilla Espinal señaló que, al salir la convocatoria de la UNAM, pensaron que era una oportunidad para dar continuidad a un proceso de potencialidad al bordado, así como su enfoque en la agroecología, en 5 áreas temáticas que tiene que ver con: gestión y mantenimiento de agrosistemas, salud y alimentación, conservación de la agrobiodiversidad, mercados agroecológicos y, movimientos sociales por la soberanía alimentaria y defensa del territorio.
Por su parte, Peña Azcona explicó que la agroecología es una alternativa viable para distintas problemáticas originadas por el modelo industrial, desde sus principios esta siempre ha anunciado un vinculo entre la ciencia, artes y los vínculos sociales, sin embargo, mucho de los avances estan muy enfocados de manera directa con el campo desviado un poco de las artes.
En realidad hay procesos y movimientos sociales que se han hecho de las artes para potenciar, difundir y construir procesos agroecológicos esa es una triada que ya ha existido, más bien habría que impulsarse movimientos artísticos que potencien la relación de la agroecología y sus actores y actoras centrales que lo desarrollan desde los mercados, sistemas productivos y en la misma investigación, expuso la estudiante.
Añadió que, el arte tiene un gran potencial, y que convocatoria que emitió la UNAM enuncia un llamamiento ante el contexto de la pandemia del COVID-19 y como marcan que el quehacer agroecológico tiene un desafío, construir procesos en dicho escenario de distanciamiento social.
Lo anterior, debido a que el campo de acción esta ligado a los espacios de siembra, gestión de huertos, espacios de comercialización, mercados agroecológicos locales y los procesos de investigación.
La pandemia sigue siendo un problema central, aún con este escenario se pueden construir procesos y sobre todo apoyándonos de las artes, como una estrategia también para contrarrestar los efectos psicoemocionales del confinamiento y las complicaciones que tienen en la vida, consideramos que el arte es una herramienta para ello que permite construir en colectivo, dijo Peña Azcona.
Las investigadoras puntualizaron que, el proyecto tendrá una duración de enero a junio de 2021, previo a la notificación de selección, han mantenido relación y diálogo en plataformas virtuales con las personas que quieren trabajar.
Por otro lado, ambas dijeron sentirse contentas de ser seleccionadas, que seguirán juntas y con más personas.
Peña Azcona acentuó que, es el producto de un esfuerzo de 6 años, de ir acompañando procesos, de prepararse, de participar con la Alianza de Mujeres en la Agroecología, como de formarse, construir y tejer con otras mujeres aprendizajes colectivos.
En especial, la posibilidad de fortalecerse con las agroecólogas en movimientos.
Por último, la estudiante dijo que, el bordado es una herramienta de dialogo interdisciplinar, que se retoma de un conocimiento dado por las abuelas.
Chiapas y el sureste mexicano ha tenido aportes importantes en cuanto al bordado y de guardar registros, mucho de lo que ya se construye, aunque no esté enfocado en la agroecología, es el trabajo de hombres y mujeres que estan tejiendo, consiguiendo colores y generar prendas. En este caso hacemos uso del bordado para hacer visible la reflexiones, aprendizajes y discusiones entorno a la agroecología, finalizó Peña Azcona.
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