Un hábito la automedicación en jóvenes universitarios de San Cristóbal de las Casas; investigadores alerta de efectos secundarios

Los investigadores resaltan la importancia de no automedicarse, sin embargo, los estudiantes universitarios lo siguen haciendo. Cortesía: Google Maps

*De acuerdo a una investigación realizada con estudiantes universitarios de San Cristóbal de las Casas, el % de la población estudiantil se automedica, principalmente si se trata de quitarse las molestias sentidas por padecimientos comunes.


La automedicación es definida como el consumo de medicamentos sin la supervisión o intervención de los profesionales de la salud. Se estima que al menos, entre el 10 y el 30% de la población mundial se automedica y se calcula que, de ese total, el 70% de las personas, suele ser víctima de reacciones no deseadas.

Automedicarse es un mal hábito, ya que cada persona tiene unas determinadas características que el médico tiene en cuenta a la hora de imponer un tratamiento, y en muchas ocasiones difiere mucho entre un paciente y otro.

La automedicación puede llegar a provocar sintomatologías propias de la alergia; como lo es el dolor de cabeza, somnolencias, náuseas, diarreas y urticarias, entre otros. En el caso de los antibióticos, la gravedad consiste en que se fortalecen las cepas víricas.

Ivett Reyes Guillén investigadora de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), junto a Raúl Vázquez Pérez, de la Red de Investigación en Salud Pública y Atención a problemas del Desarrollo y Francisco Javier Ávila Solís, del Instituto de Salud del Estado de Chiapas, llevaron a cabo una investigación entorno a dicha práctica, enfocada a los jóvenes universitarios.

“El porcentaje de automedicación encontrado en este estudio, es alarmante, y los medicamentos que mayormente consumen, corresponden a la categoría de venta libre. De modo contrario a lo encontrado en otros estudios, el principal medicamento consumido es el paracetamol, seguido de antigripales” advierten.

Ante la concepción del término automedicación en la población abierta, se refleja como un grave problema de salud pública que, como señalan Reyes Guillén, Vázquez Pérez y Ávila Solís, necesita ser estudiado y atendido desde las diversas disciplinas y en el contexto de las determinantes políticas, económicas, culturales y psicológicas que operan en el proceso global.

Al respecto es necesario recordar que los medicamentos farmacéuticos se diferencian entre los de venta libre y los de venta restringida, es decir, venta únicamente bajo receta médica. Si bien es cierto esta diferenciación obedece a los riesgos por su uso, también es cierto que los medicamentos de venta libre no necesariamente producen efectos secundarios ante un uso inadecuado, frecuencia o sobredosis convirtiéndose en un riesgo para las personas.

“La facilidad de compra y el uso de los medicamentos sin control, agudizan el problema, más aún si hablamos de la falta de hábitos de autocuidado responsable. Aunado a esto, las variables culturales relacionadas con la salud pública, dejan a las poblaciones en situación de alta vulnerabilidad ante las reacciones adversas del uso indiscriminado de medicamentos de venta libre e incluso de medicamentos de venta con receta médica, tal es el caso del uso de antibióticos, que en muchos países continúa siendo difícil su control y las consecuencias en cuanto a la drogorresistencia” añaden los investigadores.

Indican que, en México, se estima que al menos, cerca del 94% de la población mexicana se automedica, por ello, realizaron el estudio sobre automedicación en una población de jóvenes universitarios en San Cristóbal de Las Casas, con el objetivo principal de encontrar el perfil de automedicación y las variables que pueden explicarlo.

“Respecto a la frecuencia de visitas al médico para chequeos generales o de control en su salud, el 39% afirma que acude al médico periódicamente para chequeos generales; 7% no acude al médico y el 54% acude al médico únicamente cuando se siente mal de salud” destacan Reyes Guillén, Vázquez Pérez y Ávila Solís.

Además, señalan que de los casos que acuden al médico y reciben prescripción médica, solo el 66% sí adquieren el medicamento indicado; 34% no lo adquiere; no adquieren el medicamento porque no lo tiene la farmacia de los servicios públicos de salud, o bien, porque es muy caro y no cuentan con el recurso para adquirirlo. Del porcentaje que, sí adquiere los medicamentos, lo hace principalmente en la farmacia (70%); pero el 30% lo adquiere en tienda de abarrotes.

Independientemente de que tengan el hábito de visitar al médico, los medicamentos que mayormente consumen y que adquieren sin receta médica, en farmacia y/o tienda de abarrotes son, paracetamol (100%); antigripales (85%); vitaminas (42%) y antiparasitarios (10%), en porcentajes mínimos se mencionaron a los antialérgicos, antiinflamatorios y relajantes musculares (1-3%).

“Respecto a la automedicación, el 100% respondió que sí lo hace, principalmente si se trata de quitarse las molestias sentidas por padecimientos comunes, porque el medicamento es de fácil acceso y evitan la visita médica. Con relación al cuidado de leer las indicaciones y fecha de caducidad, especificadas en el medicamento, el 75% menciona que si las lee; un 25% mencionó que no las lee” exponen.

No se encontraron relaciones estadísticamente representativas entre las variables género, lengua materna, lugar de origen y la condición de automedicación.
Cortesía: Google Maps

El porcentaje de automedicación en la población de jóvenes universitarios, es alto (80%), aunque menor que el 95% encontrado en el estudio anteriormente realizado a población abierta, es decir, la automedicación en la población general de la misma zona. Así también, es más bajo que el encontrado en población universitaria de la zona centro del mismo país, México (96%).

“Algunos estudios realizados en otros países, marcan un porcentaje menor de automedicación en jóvenes universitarios (38%), y mucho menor en población abierta, 27.6%, pero existe coincidencia con los grupos de medicamentos consumidos, analgésicos y antigripales” añaden.

Para Reyes Guillén, Vázquez Pérez y Ávila Solís, es de importancia discutir sobre las características de la población de estudio, haciendo énfasis en la diversidad cultural de la zona. El estudio arrojó un 18% de población indígena correspondiente a estudiantes universitarios de habla tsotsil, tseltal o chol, cuyas costumbres se relacionan con poblaciones de origen mayense.

En esta cultura la automedicación y la medicina tradicional son una práctica constante, actualmente aplicada no solo a productos de venta libre o de especialidad farmacológica publicitaria, sino también a productos de patente y/o genéricos sin receta médica.

“En específico el paracetamol está asociado al desarrollo de neutropenia, granulocitopenia, pancitopenia y leucopenia; si se consume de modo prolongado y en dosis elevadas, puede ocasionar daño renal e incluso necrosis hepática y existen varias contraindicaciones para su uso, por ejemplo, en pacientes con daño hepático, que reciben medicamentos hepatotóxicos o que tienen nefropatía, estos datos son ajenos al conocimiento común de la población y, por lo tanto, son vulnerables a consecuencias negativas por su uso sin indicación médica específica” advierten los especialistas.

Indican que, la automedicación responsable y con conocimiento, podría ser útil para el primer nivel de atención en salud; esto si la población estuviese debidamente informada de las indicaciones, contraindicaciones y riesgos que conlleva. Sin embargo, los resultados del estudio muestran que las personas no están debidamente informadas en este sentido y un alto porcentaje no lee las instrucciones especificadas en los medicamentos que consumen.

“Los jóvenes universitarios, deben ser un foco de atención para incidir en la automedicación responsable, bajo esquemas de promoción de la salud. Es necesario diseñar programas de atención que contemplen la diversidad cultural y características propias de cada población logrando de esta manera resultados satisfactorios sin barreras culturales e incidiendo en el logro de la salud comunitaria” finalizan.

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