En Chiapas, incrementa el presupuesto público y también la pobreza ¿por qué?
*Pese a la implementación de programas sociales para combatir la pobreza en el estado, Chiapas continúa siendo el estado más pobre del país, por lo que, a pesar del aumento de recursos, no se logran los objetivos.
Durante el sexenio pasado, la Cruzada Nacional contra el Hambre fue una estrategia implementada con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las y los mexicanos que, de acuerdo a las estadísticas, estaban identificados dentro de la pobreza extrema alimentaria, por lo cual, el 22 de enero de 2013, fue decretada en el Diario Oficial de la Federación. Cabe destacar que, desde el primer día de mandato de Enrique Peña Nieto, dicha estrategia había sido dada a conocer.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), como un programa de inclusión y bienestar social, dicha Cruzada fue planteada con la intención de que las personas que vivían en condiciones de pobreza extrema y con carencia por acceso a la alimentación superaran esta situación; para ello, se diseñó con base en mecanismos de coordinación que buscaban que las dependencias federales articularan los programas existentes en función de los objetivos y municipios prioritarios para la Cruzada.
Para el 2012, año en que se anuncia la creación de dicha estrategia, según datos de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), en este mismo año, al menos 7.01 millones de mexicanas y mexicanos se encontraban en situación de pobreza extrema y presentaban carencia por acceso a la alimentación, por lo que la Cruzada Nacional contra el Hambre, combatiría esta condición.
“Se trata de que los esfuerzos conjuntos y alineados de los órdenes de Gobierno y de las distintas dependencias del Gobierno de la República se focalicen, se orienten a esas regiones, municipios, colonias, donde hay pobreza extrema y carencia alimentaria.” declaraba Peña Nieto, entonces presidente de México.
Sin embargo, pese a los objetivos planteados durante la implementación de la Cruzada, desde un inicio la estrategia no tuvo claridad sobre el problema que buscaba resolver: el hambre en México, ya que en el diseño inicial de la misma no fue posible identificar una definición precisa de lo que se consideraba hambre o la que la estrategia adoptó para este concepto. Es así como los documentos emitidos por la Cruzada se referían de forma indistinta al hambre, al ejercicio del derecho a la alimentación, a la carencia alimentaria e incluso a la problemática de la desnutrición.
Sin embargo, pese a los alcances reportados por el CONEVAL, la realidad dista de los informes de dicha estrategia. Daniel Villafuerte Solís, investigador del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica, llevó a cabo una investigación en la que se analizan los logros y alcances de dicho programa en el estado de Chiapas, puesto que, prevalece la situación de pobreza y el hambre en Chiapas.
Para Villafuerte Solís, Chiapas constituye un ejemplo visible de las consecuencias de la crisis, un estado que arrastra un esquema productivo dominado por cultivos tradicionales, con una población de campesinos e indígenas muy significativa; una entidad con fuertes rezagos sociales y con casi el 75% de su población en condiciones de pobreza.
Cabe destacar que, Chiapas ocupa el primer lugar a nivel nacional en cuanto a pobreza extrema se trata. La pobreza extrema alcanza a poco más de 1.6 millones de personas, lo que, de acuerdo a Villafuerte Solís, coloca a este estado en una situación de alta vulnerabilidad social, susceptible a la inestabilidad y la protesta, así como a la conformación de movimientos sociales.
«Sólo para mencionar algunos ejemplos, puede afirmarse que los municipios con mayor número de pobres son San Juan Cancuc y Aldama, con el 97.3% de su población en esta condición. A estos le sigue muy de cerca un grupo de municipios con más del 96% de su población en condiciones de pobreza: Chalchihuitán, Sitalá, San Andrés Larráinzar y Santiago El Pinar. Entre los municipios con mayor número de pobres extremos se encuentran Mitontic, Chenalhó, Larráinzar, Pantelhó y Sitalá, donde más del 70% de su población se encuentra en estas condiciones”. señala en su investigación.
Además, señala que la situación de pobreza no termina ahí, ya que Chiapas registra un grupo de tres municipios que están en una situación extremadamente crítica pues alcanzan casi el 80%: Aldama, Chalchihuitán y San Juan Cancuc, mientras que, 31 municipios de la entidad tienen un alto porcentaje de su población en condiciones de pobreza, entre los que vale la pena destacar a Ocosingo, Huitiupán, San Andrés Duraznal, Nicolás Ruiz, Amatán, Pantepec, San Lucas, Teopisca e Ixhuatán, donde más del 90% de su población está en condiciones de pobreza y casi el 50% en pobreza extrema.
“La pobreza material de la mayoría de los chiapanecos es de tal magnitud, sobre todo en comunidades indígenas y campesinas, que la Cruzada Nacional contra el Hambre incluyó a 55 de los municipios de la entidad” menciona Villafuerte Solís.
De estos 55 municipios que fueron suscritos al programa de la Cruzada Nacional contra el Hambre, al menos 25 de ellos presentaban una situación de extrema vulnerabilidad, teniendo una población de 786 535 habitantes, el 16.3% de la población total del estado, cuyo nivel de pobreza general oscila en un rango del 90.2% al 97.3%, de pobreza extrema entre el 54.3% y el 80.5%, y una población con hambre que va del 31% al 60%.
“De estos veinticinco municipios, siete aportan el mayor número de habitantes con hambre, cuya suma alcanza la cifra de 180 431. Estos municipios son San Juan Cancuc, Chenalhó, Chilón, Zinacantán, Chamula, Oxchuc y Pueblo Nuevo Solistahuacán. Chilón aporta el mayor número de personas con hambre, con una cifra que asciende a 56 180 personas” señala Villafuerte Solís.
Debido a estas cifras, Chiapas, ha ocupado los primeros lugares en cuanto al presupuesto asignado para el combate a la pobreza, a pesar de los fallos en las políticas públicas. De hecho, la entidad es la segunda en importancia, después de Veracruz, por el monto de los recursos otorgados por programas sociales, tal como la Cruzada y el programa de Oportunidades.
“¿Cómo se explica que, a mayor presupuesto, mayor pobreza? Y es que el presupuesto de la entidad en los últimos siete años casi se duplicó al crecer un 88% y, sin embargo, los indicadores sociales no han avanzado en concordancia con el aumento presupuestal, sino que se emiten medidas de austeridad que hacer que los recursos sean invertidos en otros sectores o bien, en a cubrir los endeudamientos de las administraciones actuales o pasadas” finaliza Villafuerte Solís.
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