Las serpientes

Las serpientes han estado presentes en el mundo desde antes que los humanos, y se han adaptado a casi cualquier ambiente de nuestro planeta. “Tepotzo” (Metlapilcoatlus nummifer). © Victor Moreno Avendaño.

Por Victor Armando Moreno Avendaño

Red para la Conservación y Divulgación de los Reptiles Venenosos de Chiapas

Las serpientes han estado presentes en el planeta Tierra incluso mucho antes de que el humano anduviera por este mundo, pues algunos registros fósiles de estos reptiles datan de hace 70 a 95 millones de años, mientras que algunos registros de los primeros humanos modernos se remontan a unos 300,000 años, y aun así, si tomáramos en cuenta a los primeros ancestros de los hominoideos (grupo en donde se clasifican los humanos, chimpancés o gorilas) aun los tiempos son lejanos, pues se estima que estos aparecieron hace aproximadamente entre 25 y 5 millones de años atrás.

Durante todo ese tiempo en que las serpientes han reptado por casi todo el orbe, han evolucionado presentando y perfeccionando diferentes características las cuales les han permitido adaptarse a casi cualquier ambiente en el mundo, lo que ha hecho que hoy en día exista una gran diversidad de ellas con características únicas incluso dentro del mismo grupo; desde las pequeñas culebras ciegas hasta las enormes pitones y anacondas, han logrado conquistar los desiertos, las selvas húmedas, las praderas, los árboles, el subsuelo, los ambientes dulceacuícolas y hasta los mares, exceptuando los polos.

Los ofidios se distinguen por tener un cuerpo alargado y cilíndrico cubierto de escamas, sin extremidades. “Falso coralillo” (Pliocercus elapoides). © Victor Moreno Avendaño.

Pero algo que seguramente nos preguntamos es: ¿Qué es una serpiente? ¿Qué las hace diferentes de otros grupos?

También llamados ofidios, las serpientes pertenecen al grupo de los reptiles, y se encuentran agrupadas junto con las lagartijas y anfisbénidos en el subgrupo de los escamosos o squamatos, uno de los cuatro subgrupos que junto con tortugas, cocodrilos y tuataras conforman a los reptiles.

Todas ellas se caracterizan por tener un cuerpo alargado y cilíndrico, además las extremidades (patas) están ausentes, aunque se tiene el conocimiento fundamentado por algunos registros fósiles que los antepasados de estas contaban con extremidades que fueron perdiendo a lo largo del tiempo; en la actualidad, solo algunas especies presentan vestigios de las extremidades posteriores cerca de la cola, dicha estructura se conoce como “espolón” y puede ser notorio en algunas serpientes como las pitones.

Su piel al igual que todos los reptiles, está cubierta en su totalidad por escamas, que cambian de manera periódica en un proceso llamado ecdisis, y se ve reflejada en un “calcetín” de piel vieja. Carecen de párpados, es decir, no parpadean o pueden cerrar los ojos, pero en lugar de ello han desarrollado escamas transparentes sobre el glóbulo ocular, lo cual hace que a pesar de que siempre este abierto se encuentre protegido ¡Duermen con los ojos abiertos! Además carecen de oído externo, pero pueden percibir sonidos graves con su oído interno.

A diferencia de la mayoría de los reptiles, ninguna serpiente tiene parpados. “Nauyaca de frio” (Cerrophidion tzotzilorum). © Victor Moreno Avendaño.

Todas las serpientes cuentan con una lengua bífida, es decir, con la punta dividida en dos, característica que también comparten con algunas lagartijas. ¿Esto por qué? Pues porqué mediante ese par de terminaciones en la punta de la lengua captan partículas que están presentes en el aire.

Dichas partículas dispersas en el ambiente son captadas por la lengua y son enviadas a una estructura interna dentro de la boca, justamente en el paladar, llamado órgano de Jacobson, para ser analizadas y posteriormente enviar señales al cerebro de lo que hay en el ambiente exterior; es por ello que suele verse constantemente a las serpientes sacando repetitivamente la lengua, siendo de esta manera que ellas pueden saber dónde están sus presas para alimentarse, depredadores o parejas en la época de apareamiento. Algo curioso es que los ofidios tienen más desarrollado este sentido que el olfato como tal; prácticamente por la lengua “olfatean” y por la nariz únicamente respiran.

Todas son exclusivamente carnívoras, algo impresionante es ver como las serpientes ingieren enteras a sus presas, sin masticar; siendo esto posible mediante una serie de adaptaciones en los huesos de la cabeza. Son tanto ovíparas como vivíparas; los machos presentan dos hemipenes, se trata de dos sacos bifurcados (en forma de “Y”) inmersos en la cloaca (cavidad donde confluye el final del aparato digestivo, urinario y reproductor) y estos únicamente se exponen durante la copula para penetrar a la hembra. Una característica sumamente importante, al igual que los demás reptiles es que ellas no regulan su temperatura corporal interna, son organismos ectotermos que necesitan de las condiciones climáticas del ambiente para elevar o disminuir su temperatura.

La lengua de las serpientes está dividida en dos, y su función es captar partículas del ambiente. “Nauyaca real” (Bothrops asper). © Victor Moreno Avendaño.

¿Pero cuántas serpientes hay en el mundo? Bueno pues cabe destacar que son el segundo grupo de reptiles más numeroso, con más de 3800 especies actualmente descritas distribuidas en 25 familias diferentes, y únicamente son superadas en número por las lagartijas. Algunos linajes de ellas han adquirido glándulas con la capacidad de producir sustancias toxicas; pero a diferencia de lo que muchas veces pensamos un porcentaje muy pequeño del total representa un riesgo para la salud humana. El veneno tiene la función principal de paralizar o ayudar en el proceso de digestión de las presas, pero también es utilizado como método defensivo ante depredadores y peligros potenciales para ellas.

Las serpientes cumplen un rol ecológico muy importante en el ambiente, son controladores de poblaciones naturales, especialistas en cazar roedores y otros tipos de presas ¡Pero imaginemos un mundo sin serpientes! Muy probablemente los roedores serian plagas en muchas regiones, lo que provocaría un desequilibrio en el medio ambiente y afectaría directamente a los humanos, ya que las cosechas de las cuales obtenemos alimentos se verían afectadas por estos; además las serpientes también son alimento para otras especies animales; por lo cual aprender de ellas es de suma importancia ya que son grandes aliadas nuestras.

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