Dintel 25, representación de la reciprocidad y el autosacrificio como forma de ofrendar energía propia
*La antigua ciudad maya que hoy se conoce con el nombre de Yaxchilán, se ubica en el margen occidental del río Usumacinta, en una alta cordillera de piedra caliza que, por sus características, era defendible.
*La pieza arqueológica se encuentra en el Museo Británico y no fue la única que sacada de Yaxchilán.
Omar Espinosa, arqueólogo y docente, dio a conocer que el Dintel 25 (681-808 d. C), pertenece a un conjunto de dinteles y estelas en el sitio arqueológico de Yaxchilán. Es especifico a la Estructura 23, donde provienen también los Dinteles 24 y 26.
Dicha pieza fue descubierta por el explorador británico Alfred Maudslay hacia 1882, quien mandó a cortar los Dinteles 24 y 25 para enviarlos a Reino Unido.
Por lo que, el Dintel 25 saldría de México hacia un museo británico en Inglaterra en 1883, donde permanece ahora. Espinosa subrayó que, de manera lamentable esas múltiples alteraciones al Edificio 23 han ocasionado que se deterioren y tengan problemas estructurales desde 1960.
Además, dicho Dintel es un monumento conmemorativo para un espacio semiprivado, al ser uno de los elementos arquitectónicos más importantes en las entradas. También, sirve para sostener el muro superior de ventanas o puestas.
La imagen esculpida, data del período de 61 años del gobierno de Itzamnaah Kokaaj B’ahlam, en español “Escudo Jaguar el Grande”, del año 681 d. C. En él se pueden ver dos grandes personajes para Yaxchilán.
Como personaje principal se ve a la señora K’ab’al Xook, quien realiza un rito de invocación con un cuenco en su mano,: depositada un poco de su propia sangre obtenida por un autosacrificio con una espina de raya y un punzón de obsidiana.
El autosacrificio en ciudades estado maya era común y en general lo era en la época prehispánica, era una relación de reciprocidad donde se daba un poco de vida por los dones del mundo recibidos, muchas veces se asociaba al poder político que conllevaba el linaje, es decir, que había mucho peso en los ancestros reales o míticos, explicó el arqueólogo.
Aunado a ello, buscaban tener experiencias sensoriales debido al dolor generado, en algunas ocasiones esto era una vía para entablar conversaciones con los ancestros. Es decir, una vía experiencial, que se compararía con el uso de sustancias psicotrópicas, de esta manera aparece la personificación de la entidad divina fundadora de Yaxchilán.
Mientras que, el segundo personaje se ve con la forma de una serpiente bicéfala, en la cabeza superior se observa que su boca se abre y sale guerrero, pero no cualquiera, pues hay algunos signos teotihuacanos que hablan de la relación entre regiones en ese momento de apogeo.
Ese personaje se asume como heredero de la esencia de los ancestros y por supuesto de las divinidades fundadoras de la ciudad, agregó Espinosa.
El gobierno de escudo Jaguar el Grande terminó en el año 742, cuando falleció. El arqueólogo mencionó que ese periodo de gobierno fue parte del apogeo de Yaxchilán, entre los años 681 y 808.
La importancia del Dintel 25 está en la representación de la reciprocidad y el autosacrificio como forma de ofrendar energía propia para un bien común e invocar la sabiduría de los ancestros y deidades fundadoras.
Entre 1882 y 1887, Alfred Maudslay retiró de Yaxchilán 6 dinteles, cinco de ellos se mantienen en Inglaterra, el último se depositó en el Museum für Vólkerkunde de Berlín, donde desapareció después de la Segunda Guerra Mundial. Este junto a otros dinteles y estelas, se lee la historia política y cosmológica de Yaxchilán.
Por otro lado, María Elena Vega Villalobos del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que, dentro de la amplia gama de obra plástica que se poseen de los mayas antiguos, una serie de dinteles de piedra tallados se han convertido en ejemplo del arte precolombino y ha cautivado a académicos y al público en general, por su labrado en altorrelieve como por los detalles que se observan en los individuos representados.
Esas esculturas, conocidas hoy como dinteles 24, 25 y 26, fueron colocadas en tres de los cinco vanos de acceso del Edificio 23, y muestran impresionantes escenas narrativas sin paralelo en toda la creación artística de Yaxchilán.
La epigrafía permite nombrar e identificar a los escultores que tallaron los dinteles, así como a la pareja real que se observa en ellos: el gobernante Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II y la señora K’ab’al Xook, su consorte principal.
Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II, también conocido como “Escudo Jaguar el Grande”, fue uno de los gobernantes más destacados de la antigua ciudad de Yaxchilán, sus diversos monumentos —en un principio estelas, dinteles y una escalera jeroglífica— cambiaron por completo la forma de representación del poder real que existía en el sitio desde el periodo Clásico Temprano.
Vega Villalobos agregó que, los dinteles tallados que comisionó, a diferencia de los de sus predecesores, fueron los primeros en presentar escenas rituales, bélicas y políticas narrativas. Uno de los temas más recurrentes en las esculturas de Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II fue la guerra y toma de prisioneros.
A diferencia de otros sitios, como Palenque, Dos Pilas, Copán o Tikal, las inscripciones de Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II rara vez conmemoran fechas de final de periodo, y cuando lo hacen, éstas no se relacionan con acontecimientos de gran importancia ritual, como se encuentran en los textos comisionados por su hijo y sucesor, Yaxuun B’ahlam IV (752 ca. 768).
Según los textos jeroglíficos que se poseen, el gobernante Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II se entronizó el 20 de octubre de 681 y gobernó Yaxchilán durante 60 años hasta su muerte, el 15 de junio de 742.
Sin embargo, al igual que K’ihnich Janaab’ Pakal de Palenque, Itzamnaah Kokaaj B’ahlam II, amplió la duración de su reinado debido a necesidades políticas, pues Yaxchilán, desde finales del Clásico Temprano, entró en una época oscura provocada, al parecer, por su antagonismo y rivalidad con la cercana ciudad de Piedras Negras, generando que la historia de Yaxchilán que hoy podemos reconstruir muestre un desarticulado desarrollo político, finalizó la investigadora.
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