Poesía bilingüe: una constante tensión entre esos dos mundos
*En México, las literaturas indígenas contemporáneas han tenido un despliegue amplio gracias a la participación de jóvenes poetas que no solo conocen a su comunidad, sino que han reflexionado a partir de sus experiencias artísticas dentro y fuera del país.
En Chiapas, las escritoras han encontrado en la poesía escrita en sus propias lenguas, la posibilidad de expresarse de manera estética y subvertir la norma literaria occidental. No obstante, la poesía es bilingüe, escrita en lengua indígena y español, indicó la escritora mazahua Susana Bautista Cruz.
Dicha escritura, afirmó que está en constante tensión entre esos dos mundos, lo que posibilita la articulación y construcción de identidades diversas e intercambios lingüísticos. Así es como emerge la poesía escrita en tsotsil, tseltal, chol y zoque, entre las doce lenguas de origen mayense y que registran un mayor número de hablantes en Chiapas.
Lo anterior, también es una muestra de la vitalidad de las propias lenguas y del posicionamiento de las mujeres indígenas del sureste en el ámbito de las letras mexicanas. Por lo que, uno de los más recientes títulos “Lenguas Madre. Antología Poética en Lenguas Mexicanas”, Boaventura de Sousa Santos introduce la riqueza de la poesía mexicana gracias a su diversidad cultural y lingüística.
En este sentido, indicó que el idioma es uno de los pilares identitarios de las comunidades y pueblos indígenas. Además, la búsqueda por recuperar narrativas en sus propios términos ha sido constante en su poesía, como lo describen los versos de “O’Lol Jme’Tik = Luna creciente” de Enriqueta Lunez, poeta tsotsil, que escribe:
Ta sbek’ jsat nak’al kimem sbi jyaya = En mis ojos se esconde el nombre de mi abuela/ta jchikin lo’il maxiletik = en mis oídos los cuentos/ta sjob ke smantal me’el-moletik = en mi boca los consejos […] /ta spa’ ch’ om kok komem ti banomil mu xtuch ta yo’one = en las plantas de mis pies, la tierra que ella amó.
Es así como gracias a la conciencia de esta herencia lingüística y cultural, las “abuelas” toman un lugar simbólico desde donde se enuncia el origen. Así mismo, se convertirán en las portadoras de la lengua y de los conocimientos ancestrales: mujeres curanderas, rezanderas, tejedoras y molenderas, dadoras de sabiduría y espiritualidad.
Mujeres que entretejerán junto a sus hijas y nietas los procesos de socialización, del mantenimiento y la resistencia lingüística, añadió Bautista Cruz.
Al mismo tiempo, subrayó que los conjuros son construcciones verbales que invocan a una divinidad para intervenir por la persona que lo solicita y tiene un carácter ritual, si bien provienen de la tradición oral, no se contraponen a la escritura. Por el contrario, coexisten y se enriquecen de manera reciproca.
La escritora mazahua puntualizó que existe una necesidad de escribir y conocer la historia desde el interior en cómo los hombres y mujeres de las comunidades y pueblos las conciben y no desde afuera, como se ha dado a través de la visión antropológica.
Así pues, “Palabra conjurada” es una antología fundacional que tanto escritores como estudiosos de esas literaturas han reconocido como punto de arranque en las historias literarias en tsotsil, tseltal y chol. Esa antología reúne narraciones y poemas escritos en la lengua de cada autor y en español de Josías López K’ana, Nicolás Huet Bautista, Juana Karen Peñate Montejo, Ruperta Bautista Vázquez y Enrique Pérez López.
Determinó que la antología es fruto de un proyecto integrado por un diplomado en Creación Literaria y talleres literarios y de promoción a la lectura dirigidos por José Antonio Reyes Matamoros, impulsor y promotor literario, y fundador del Espacio Cultural Jaime Sabines “Los amorosos” en San Cristóbal de Las Casas, sitio que albergó a poetas, pintores y escultores indígenas en formación durante varias décadas.
En las secciones poéticas “Kabäl xtyañob = Tantos poetas” de Juana Karen Peñate Montejo y “Lunex ti Ch’enalo’ = Lunes en el pozo” de Ruperta Bautista Vázquez, la escritora señaló que se aprecia la visión crítica de ambas poetas acerca de la masacre de Acteal en Chenalhó, perpetrada por paramilitares en 1997. Y años antes, el movimiento zapatista repercutió en las diferentes manifestaciones artísticas: música, pintura y letras.
El arte de los pueblos indígenas aparece en los distintos horizontes de luchas y resistencias, detalló la escritora mazahua.
En este escenario, indicó que las mujeres indígenas han logrado un posicionamiento como creadoras artísticas en un contexto que va de lo local a lo global, ejemplo es la reciente distinción a Juana Karen Peñate Montejo como ganadora del Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA 2020), con el título “Isoñil ja’al” = “Danza de la lluvia”, obra elegida entre 60 poemarios bilingües escritos en 17 lenguas indígenas de México y 9 de Argentina, Bolivia, Colombia, Guatemala y Perú.
Como pueblos indígenas se nos consideraba como parte del retroceso de un país y se nos está dando la oportunidad de demostrar que las mujeres podemos aportar mucho […]. Hemos caminado muchísimo, hemos trabajado para alcanzar un espacio en el ámbito nacional e internacional, indicó Peñate Montejo.
En las palabras de agradecimiento, la poeta chol dedicó el reconocimiento a los pueblos indígenas que sufren del despojo de sus territorios y de violencia. Así como la existencia de comunidades desplazadas en medio de la inseguridad y megaproyectos mineros e hidroeléctricos que afectan la vida económica y destruyen la “Madre Tierra”.
Otra de las poetas que ha denunciado esa problemática es Mikeas Sánchez, quien se ha convertido en referente de la poesía y narrativa en lengua zoque, obtuvo el Premio Estatal de Poesía Indígena Pat O’tan en 2004 y el Premio de Narrativa Y el Bolóm dice… en 2005. Desde hace cinco años vive en la comunidad Tujsübajk en Chapultenango.
Gracias a su alto compromiso social, Sánchez viajó a Roma para recibir a nombre de su comunidad y de la organización de activistas Lucha del Movimiento Zoque en Defensa de la Vida y de la Tierra (Zodevite), el “Premio Internacional de la Paz” en 2017, otorgado por Pax Christi. Reconocimiento por la defensa de sus bosques, sus tierras y el agua en Chiapas.
Nuevas voces y generaciones se van sumando, afirmó Bautista Cruz, ese es el caso de las poetas tsosiles Angelina Suyul y Susi Bentzulul. Así las mujeres poetas en lenguas indígenas aportan con su obra, una lucha en particular: la defensa de sus derechos culturales y lingüísticos, y en su escritura legitiman su pasado ancestral, fuente de su creación, polifonías y multitextualidades.
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