Lugar sagrado y no narcofosa, avanzan conclusiones del hallazgo masivo de cráneos en Comalapa
*Pero, ¿Qué hacían ahí en la cueva?, al interior, encontraron madera, así que pudieron servir para una especie de altar, con el paso del tiempo al desintegrarse dicho material, los cráneos empezaron a caer.
En marzo de 2012, efectivos de la Marina, policías estatal y municipal, así como agentes de la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado hoy Fiscalía, descubrieron una cueva en el rancho Nuevo ojo de agua, cerca de la comunidad San Juan Carrizal, en el municipio de Frontera Comalapa, ésta fue usada como cementerio clandestino. En el lugar, localizaron los cráneos de 167 personas.
Sin embargo, Javier Montes De Paz, antropólogo físico e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Chiapas, dijo que dicho hallazgo fue considerado en ese entonces como una “narcofosa”. No obstante, al intervenir el INAH, los análisis indicaron lo contrario.
Entre las evidencias encontradas, el antropólogo mencionó que el lugar sagrado era visitado por comunidades aledañas. Al interior de la cueva, se dividía en dos cámaras (dos espacios), ambas albergaban material arqueológico, entre ellos, destaca el óseo humano, cerámica y madera.
Dichos materiales, fueron depositados en el interior del inmueble de la hoy Fiscalía, con el fin de despejar dudas, expertos del INAH acudieron a esas instalaciones para realizar el primer análisis morfoscópico, donde determinaron que se trataba de material prehispánico el cual tenía que trasladarse al Instituto para hacer un estudio más profundo. Al día de hoy, aún no han concluido con los estudios.
Aun así, con los resultados obtenidos se han dado cuenta que hay una reducción en el número de cráneos. En un principio, la entonces Procuraduría contó cada uno de los fragmentos. Sin embargo, cuando comenzaron la restauración, se percataron que hay cráneos que están fragmentados hasta en 3 partes.
Además, con el análisis preliminar identificaron varios aspectos, uno de ellos, es la deformación cráneo intencionado, es decir, que no podían ser cráneos de orden legal porque la mayoría presentaba esa característica tafonómica, que no se marcan en el hueso de un día a otro, sino que tiene que pasar mucho tiempo para que se adhiera al hueso.
El más importante fue que todos los cráneos no presentan dentadura. Nos trasladamos a la la cueva Las Banquetas, otra cueva donde se encontraron 124 cráneos, ninguno de ellos presento pieza dental, eso nos llamó la atención, atribuimos que se trata de una cuestión cultural. Lo dientes son extraídos, pero no se sabe si se hacía en vida o ya muertos, un tema que debe seguir siendo investigado, indicó el investigador.
Aunado a ello, padecimientos que presentan por la dieta. En cuanto a las enfermedades, no solo está la osteoporosis y osteosarcomas, pues hay cráneos que presentan padecimientos posiblemente tumorales.
Por lo expuesto, el investigador enfatizó que esa es la información que se conoce por el momento, hasta que personal especializado del INAH no lleve a cabo el trabajo de prospección y pueda determinar con exactitud el contexto histórico de ese lugar. Además, vale la pena hacer estudios multidisciplinarios, y la colaboración de arqueólogos como historiadores.
Cabe recordar que la noche del 09 de marzo de 2012, un funcionario de la PGJE confirmó que el operativo se desplegó la tarde de ese viernes, luego de que recibieran una denuncia del propietario del rancho, a unos 18 kilómetros de Guatemala.
El ranchero buscaba una de sus vacas extraviadas y se atrevió a entrar a una cueva para cerciorarse de que ésta no hubiese caído ahí, pero al entrar se encontró con decenas de cráneos. Más tarde, reportó el hallazgo a la policía.
Peritos ingresaron a la cueva, con una profundidad de seis metros, y extrajeron en bolsas cientos de huesos, de los que 167 corresponden a cráneos humanos, al parecer de adultos.
Pobladores de la región sospecharon en ese momento, que las osamentas podrían pertenecer a desaparecidos centroamericanos, pues los caminos rurales, veredas y demás atajos del ejido San Juan Carrizal, son usados por los indocumentados para burlar a las autoridades migratorias y puestos de control del Ejército y la Policía.
Se trató de una de las más de 20 rutas que utilizan los “polleros” para pasar a los migrantes centroamericanos. “El lugar donde está la cueva se ubica a unos 10 kilómetros delante de la comunidad Santa Rosa (antiguo ex campamento de refugiados guatemaltecos)», detalló de forma extraoficial un funcionario del ayuntamiento local.
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