Cestería, el trabajo más antiguo de las mujeres tojolabales
*Los tojolwinikotik conocidos como tojolabales forman parte de los grupos mayances que habitan desde la parte occidental de Chiapas hasta la frontera con Guatemala. En específico, los municipios de Las Margaritas, Altamirano, y en forma dispersa en los poblados de Independencia, Comitán y La Trinitaria.
En el municipio de La Trinitaria, las mujeres manipulan la cestería -tejido a mano-, uno de los trabajos artesanales más antiguos. Su uso ha sido imprescindible y diverso desde los recolectores y cazadores hasta la actualidad, indicó María Eugenia Sánchez Santa Ana, curadora e investigadora del Museo Nacional de Antropología (MNA).
Dicho trabajo, aún se utiliza en casi todas las regiones de México, por la abundancia de materia prima, las sencillas técnicas para elaborarlos y los fines utilitarios en la comunidad. Existen diversas técnicas, entre ellas: el enrollado, tafetán, sarga y entretejido, con las que producen canastas, recipientes, paneras, bolsas, sombreros y objetos decorativos.
Tejido de la palma
Armando Calvo, instructor del taller artesanías de la casa de cultura “Antelmo Figueroa Pulido” del municipio de La Trinitaria, durante años se ha dedicado a la elaboración de diversos objetos de la vida cotidiana, usando el recurso de las palmas.
En ese sentido, dijo que la elaboración de dichas artesanías, parte de dos procesos importantes: rajar la palma y ponerla a secar, para que adquiera el representativo y característico color blanco. Posterior a ello, se teje. Indicó que se pueden aplicar palmas de diversos colores para hacer la pieza más vistosa, los más utilizados son el rosa, amarillo, verde y morado. Estos, son obtenidos de manera natural, a través de la extracción de la corteza de algunos árboles, proceso realizado por los mismos artesanos.
Cestería
La cestería está relacionada con el arte textil, resulta del tejido de cualquier fibra suave de origen vegetal o animal. Sin embargo, el tejido de fibras vegetales fue evolucionando y se convirtió en una constante dentro de las civilizaciones mesoamericanas, rodeando la vida doméstica, social y religiosa de las comunidades.
Así mismo, es una actividad que se trabaja en su totalidad a mano. Los filamentos vegetales eran de dos tipos: duras y semi rígidas, como ramas de sauce o bastones, junco, bejuco, ixtle o henequén, hojas de palma, cañas, paja, así como otros tallos de las plantas. En el tejido se utilizaban tres técnicas de confección: entrelazado, arrollado o trenzado.
Entre los artículos que se producen están: los tenates, una canasta hecha con hojas de palma o tule, útiles para transportar frutas o vegetales; los petates, grandes piezas planas hechas de caña u hojas de palma, usados para dormir, enterrar muertos o envolver paquetes; los tompeates, canasta de palma; y los canastos.
Hacia los años 1300 a 800 antes de Cristo (a. C.), incrementó el uso de las fibras para la elaboración de vestimenta y piezas de cobijo, la consecuente producción de los primeros textiles en México.
A pesar de que los materiales de la cestería son biodegradables, se han conservado algunos restos de objetos tejidos, encontrados por arqueólogos en cuevas secas y rocas, muchos con evidencia de diversos estilos artesanales, incluidas cuerdas y bolsos.
En la actualidad, se trabaja en casi todo el país y con una gran producción, en la que se utilizan alrededor de 80 especies de plantas. Pero, de manera desafortunada la cestería afecta a los ecosistemas, por lo que es importante fomentar la conservación de las especies, y su uso racional y mejorado.
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