La cremación de cuerpos en la época prehispánica antes de su prohibición por el cristianismo
*A pesar de la actual popularidad de la práctica , la cremación es muy antigua y hubo épocas en que incluso fue prohibida y castigada.
Por Redacción Alma Martínez
Javier Montes de Paz, antropólogo físico e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Chiapas, presentó la conferencia “El acto de cremar al cadáver. Huesos cremados de origen prehispánico y actual: una costumbre funeraria”, donde resaltó la importancia histórica que tiene la cremación.
El investigador explicó que la práctica consiste en desintegrar a un individuo humano muerto, quemándolo en un crematorio. Junto con el entierro, es una alternativa cada vez más popular para la disposición final de un cadáver, entre otras razones por sus costos más económicos. En otras palabras, la cremación es el proceso de incineración total del cuerpo a temperaturas extremas y llamas. Todas las sustancias se consumen y se evaporan con excepción de los fragmentos óseos (huesos) y cualquier material no inflamable. Estos fragmentos pueden ser pulverizados aún más después de enfriarse. Los restos pesan entre 1,8 kg a 4,5 kg.
La incineración o cremación mas antigua que se conoce es la del lago Mungo en Nueva Gales del Sur, Australia y date de hace aproximadamente 26.000 años. Se trata de los restos de una mujer, expuso el antropólogo.
Mencionó que la cremación tiene su origen en Asia, extendiéndose desde allí a Europa en la marcha de los pueblos hacia Occidente. A partir de ahí, la mayoría de las investigaciones se enfocan hacia el 3, 000 A.C., en las zonas del Europa del Este. Con el advenimiento de la Edad de Bronce (2500-1000 a.C.), la cremación se extendió a las islas británicas y a lo que hoy se conoce como España, Portugal e Italia. Después, Durante la Edad Micénica – 1000 A.C. pasó a ser parte integral de las costumbres griegas, ya que fue alentada por razones de sanidad y el rápido entierro de los guerreros, que eran muertos en las batallas, defendiendo las ciudades atacadas.
Por otro lado, Montes de Paz señaló como lo que se suele llamar “cenizas” no es en realidad la ceniza propiamente dicha sino partículas óseas (restos de los huesos). El término correcto para estos restos después de la cremación es restos mortales cremados. Agregó que la iglesia, sostiene que los restos sean tratados con el mismo respeto dado al cuerpo antes de la cremación, lo que incluye el uso de un “recipiente digno” o urna para los restos mortales cremados.
La cremación de cadáveres en México tal vez sea una práctica más añeja a 1909. Fray Bernardino de Sahagún documentó cremaciones en la cultura nahua destinada para nobles, gente del pueblo y aquellos muertos por enfermedades, pero el cristianismo prohibió la práctica y obligó a realizar las inhumaciones en las iglesias, con las ganancias económicas que ello significaba, dijo el investigador.
Detalló que para muchas civilizaciones antiguas y contemporáneas, la cremación de sus muertos tiene implicaciones religiosas y sociales, por lo que cada una de ellas tiene sus formas de llevarla a cabo. En ese sentido, explicó la clasificación de las características de huesos con exposición a diversas temperaturas: exposición al fuego, quemados, cremados, y pulverizados. Por su parte, La exposición al fuego está relacionada con el manejo ritual del cuerpo, sin descartar que esta afectación haya sido accidental o producto de las costumbres funerarias en algunos casos. Mientras que, huesos quemados corresponde a afectaciones, pero no destructivas.
Contrario a los cremados, que es un caso extremo del quemado, pero la transformación física es tal que el hueso pierde todas sus propiedades y se vuelve débil. En tanto que los pulverizados, se han convertido en ceniza.
El trabajo de analizar material prehispánico es importante, porque incluso lo podemos utilizar coadyuvando en la cuestión legal, lo prehispánico nos da la pauta para poder trasladarlo a lo actual y obtener grandes resultados, concluyó el investigador.
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