Mercado Viejo, un referente transformador en los espacios de convivencia

Mercado publico del centro. Cortesía: México en fotos

*Tuxtla Gutiérrez tiene más de dos docenas de mercados públicos, los más antiguos, el Mercado Juan Sabines -conocido como Mercado Nuevo-, y el Mercado Rafael Pascacio Gambia, llamado también Mercado Viejo.


Jorge Alejandro Sánchez Flores, cronista e investigado,  compartió durante la presentación virtual del libro “El mercado viejo y sus alrededores de Tuxtla Gutiérrez” de la escritora Sara Isabel Martínez Rincón, un material de los elementos significativos que conforman a un mercado.

Sánchez Flores añadió que, es un libro que de manera histórica lleva al lector de la mano en cómo se van fundando los mercados en la ciudad, se hacía debajo de una frondosa ceiba que se ubicaba donde ahora es la explanada del Parque Central.

Narró que, hubo una pochota que se perdió en los siglos, no saben quién la sembró, lo que sí es que bajo sus frondosas ramas se hacia el tianguis, esto desde que Tuxtla Gutiérrez era considerado un pueblo, pero fue derribada hace unos 200 años.

El cronista señaló que, Francisco León, militar oaxaqueño y exgobernador del estado, auspició junto al municipio la edificación del primer mercado hoy conocido como “Mercado Viejo o Mercado Rafael Pascacio Gamboa”, en aquellos años tuvieron que tomar ciertos terrenos que había al lado de la Iglesia del Calvario, eran terrenos rústicos.

Dijo que, según cuentan estos era de una natural zoque, ahí se hace la edificación, un mercado de madera, sin embargo, no era muy higiénico y en cada Feria de Guadalupe y de San Marcos, las autoridades municipales pasaban ese mercado al centro para que la gente comprara y aprovecharan las festividades.

Sin embargo, en la administración de Rafael Pascasio Gamboa, político y exgobernador del estado, derribó el edificio y mando a construir uno de acuerdo a las exigencias de la época, moderno e higiénico.

Cuentan que el mismo llegaba a supervisar la obra, con el tiempo van adquiriendo su local las primeras mercaderas, en esa época había cocinas tradicionales zoques, la gente llevaba su producto al mercado casi a diario, detalló el cronista.

Contó que su vecina, Doña Josefa vendía huevos de rancho, un día al mercado y vio una persona con 5 cajas de huevo de granja (Huevos El Calvario), y los vendió rápido, alcanzó al señor hasta Oaxaca, con hizo un trato.

Añadió que, a Doña Josefa le dieron 10 cajas de huevo de granja, es así como fue una de las primeras en vender este producto, nadie más lo hacía en Tuxtla Gutiérrez, a la semana llegaban a su casa alrededor de 4 tráileres cargando y descargando las cajas, convirtiéndose en una gran empresaria.

Mercado, ese sitio bullicioso, lleno de aromas, colores y sabores. Cortesía: Ernesto Gómez Pananá

El investigador indicó que, Humberto Gamboa ha pasado por muchas administraciones y sigue ahí, incluso contaba con un puesto de veladoras, uno de los personajes que conocen mucho de la historia del mercado.

Asimismo, mencionó que «El Cochinito» fue un super, de los primeros en dar bolsas de papel, eso le hizo ver como la tecnología ha sido destructivo con la implementación de las bolsas de plástico.

Enfrente del mercado estuvo El Candado una ferretería, antes ahí estuvo el cuartel y dejo de serlo porque se edificó la Escuela Industrial, el local luego lo adquirió un alemán quien puso la ferretería y se encontraba de todo, y donde ahora esta Granda, era un gran terreno donde vendían pan, concluyó el cronista.

Por otro lado, el cronista Roberto Fuentes Cañizales, cronista, dijo que desde la historia los mercados mejor llamados tianguis, es el lugar donde se reúnen las personas para intercambiar sus mercancías, y no es casualidad que se use el centro de los pueblos o ciudades para establecerlos.

Mercado Dr. Rafael Pascacio Gamboa. Cortesía: Foursquare

Subrayó que, en inicio se intercambiaba leña por sal, el trueque fue una situación complicada hasta que llegó el dinero, pero lo que no ha cambiado desde la época prehistórica es que se centran en los corazones de los poblados y un punto económico.

Fuentes Cañizales mencionó que los mercados inducen a la convivencia, tienen un papel trascendental en la sociedad.

Sara lleno ese vacío histórico, a pesar de que hay muchos escritos de mercados, este es el único que se fundamenta en la vida interna de este mercado y de sus alrededores, hace un recuento de como ha venido funcionando los locales y evolucionado los comercios, la idea de ir desgranando la actividad comercial estuvo bien, cumple con preservar, expuso el cronista.

Añadió que los mercados van a subsistir para siempre, por la necesidad de consumir productos frescos, pues antes a la gente no le gusta congelar ni guardar los alimentos, indicó que muchos de los actuales comerciales son nietos o bisnietos de locales, es decir, se transmite a las futuras generaciones.

Desde el principio de la historia, el comercio y la comida han sido dos actividades fundamentales para hacernos humanos. Cortesía: Ernesto Gómez Pananá

Fuentes Cañizales reconoció que la autora utilizó la entrevista para plasmar bien la información, donde se aprecia como muchas de las locatarias sacaron a su familia con ese trabajo honrado y duro.

El cronista enfatizó que, la gente no iba no solo por el producto, sino para socializar con la gente y obtener las noticias desde temprana hora, es decir, tener conocimiento de su entorno.

A su vez María Enriqueta Burelo Melgar, periodista y promotora cultural, comentó que el libro se hace mención de Asunción Cal y Mayor como primera empresaria, su esposo Pedro Cueto tenía una fábrica de cigarrillos, cuando muere ella toma el mando e introduce innovaciones.

El pozol, del nahuatl pozolli, es una bebida espesa, a base de cacao y maíz de origen mesoamericano que sigue siendo consumida y muy popular al sur de México. Cortesía: Ernesto Gómez Pananá

Cal y Mayor renombra la fábrica como La Vencedora, muy emblemático, asimismo, recordó las tiendas alrededor del mercado como el “El Cochinito” que era de Adrián Duarte, la Ferretería Castillejos, hoy ocupa su lugar una Farmacia del Ahorro.

La promotora cultural acentuó que la fisonomía alrededor del mercado ha ido cambiando, pero quienes viven en Tuxtla Gutiérrez, recuerdan esos momentos que fueron importantes para su niñez.

El almacén de música del señor Lozano también fue muy importante, aquí se crearon los primeros supermercados, El Central y El Cochinito, los primeros en donde podíamos encontrar embutidos y carnes frías, que no eran muy comunes en nuestra niñez, dijo la periodista.

“Va a usted llevar su pozolito chula”, “Va a llevar su alcancía”, “Va a llevar usted su melcocha”, Burelo Melgar  señaló que estas expresiones típicas de los mercados se pueden escuchar hasta nuestros días.

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