Fallece Margarita Pérez, dedicó 35 años de su vida a la promoción y defensa de la partería tradicional
*La Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH), nació en 1985 en la ciudad de San Cristóbal de Las Casas, con el fin de rescatar y promover la medicina tradicional Maya.
*“Rescate de la partería tradicional Maya en las comunidades Indígenas de Chiapas, México”, es un proyecto que se produce en 11 comunidades indígenas del estado con el fin de realizar talleres de capacitación comunitarias sobre los temas de la salud sexual y materna.
El Área de Mujeres y Parteras de la Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas (OMIECH) comunicó que, el pasado 06 de septiembre del presente año, falleció Margarita Pérez Pérez, curandera, partera, hierbera, rezadora del cerro y huesera tsotsil de la cabecera de Chenalhó.
Mencionaron que, Pérez Pérez formó parte de la segunda mesa directiva de la OMIECH, participó por más de 35 años en el trabajo del Área de Mujeres y Parteras, en el rescate, desarrollo, promoción y defensa de la partería tradicional tsotsil-tseltal maya.
Los conocimientos que intercambió con otras parteras y mujeres de nuestros pueblos quedan plasmados en más de 19 boletines y 2 recetarios. En dos ocasiones, viajó con la Coordinadora y asesoras del Área de Mujeres y Parteras a diferentes ciudades de Alemania para compartir la experiencia de las parteras tradicionales indígenas de Chiapas con parteras de este país, indicó el Área de Mujeres y Parteras.
Enfatizaron que, la curandera luchó en la campaña del Consejo de Médicos y Parteras Tradicionales Indígenas de Chiapas (COMPITCH) contra International Cooperative Biodiversity Group (ICBG-Maya) y la biopiratería de sus plantas medicinales.
Y en últimos años, cuando cada vez más parteras se van a capacitar con el Sector Salud, nos ha recordado que no descuidemos la sabiduría de nuestras ancestras, que no nos dejemos engañar por los programas del ajvalil (el gobierno) que buscan dominarnos y desplazarnos con los médicos de bata blanca. Que no permitamos que se meten leyes que violan nuestros derechos como pueblos indígenas, pasando por encima la consulta previa, libre e informada, expuso el Área de Mujeres y Parteras.
Añadieron que, seguirán sembrando a través de las generaciones la sabiduría que Pérez Pérez y como les dijo “la semilla original nunca muere”, por eso el día que desapareciera “Dios buscará otra persona” quien recibirá su don como partera tradicional.
Por ello, la coordinadora, los asesores, las y los integrantes de la OMIECH, sus pacientes tanto indígenas, mestizas y extranjeras, agradecieron cada una de las palabras que la partera tuvo para con ellas y ellos.
“Yo no quiero curso”
El área de mujeres y parteras compartió su documental: “Yo no quiero curso”. Parteras Tradicionales de Chiapas en resistencia, este proyecto se basa en el pronunciamiento del 8 de marzo del 2019, donde las parteras dieron a conocer su postura, propuestas y exigencias ante la secretaria de Salud, el Programa IMSS-BIENESTAR y la Fundación MacArthur de Estados Unidos.
Las parteras tradicionales indígenas son portadoras de saberes y prácticas vinculadas a un territorio que defienden. Rechazamos que se nos culpe, por las muertes maternas que ocurren en nuestras comunidades. Estamos convencidas que el respeto, protección, continuidad y fortalecimiento de nuestros saberes y prácticas, como componentes de la cultura, contribuirán a la disminución de la muerte materna y a la pretendida transformación médico/sanitaria, cultural, moral y ética, dice parte del pronunciamiento.
El documental incluye entrevistas realizadas a Micaela Icó Bautista, coordinadora del Área de Mujeres y Parteras; a Margarita Pérez Pérez de San Pedro municipio Chenalhó y Candelaria Álvarez Ton de Carmen Yalchuch municipio Huixtán, parteras integrantes de la organización; y al Dr. Rafael Alarcón Lavín, asesor del Área.
Las entrevistadas permiten a los espectadores escuchar una perspectiva crítica de la política de la salud reproductiva en México, fundamentada en su papel comunitario y de las estrategias que utiliza el Estado para controlar a las parteras tradicionales indígenas.
ICBG-Maya
Roberto Rafael Alarcón Lavín de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas – Organización de Médicos Indígenas del Estado de Chiapas a través de su articulo “La biopiratería de los recursos de la medicina indígena tradicional en el Estado Chiapas, México – El Caso ICBG-Maya-” da un breve análisis de la biopiratería experimentada y resistida por parte de los pueblos mayas en el Estado.
Alarcón Lavín mencionó que, Brent Berlín, un joven etnobiólogo norteamericano, llegó a Chiapas hace más de treinta años, su interés era investigar el conocimiento milenario que los mayas tenían sobre el uso de las plantas medicinales.
Señaló que, trabajo de Berlín, era inofensivo y humanitario para muchos y predominante para algunos “científicos” con una visión corta de las consecuencias de su quehacer, sin embargo, era la semilla para un proyecto comercial de productos farmacéuticos de gran extensión para el país del norte.
Indicó que, durante ese periodo el joven pudo recopilar y enviar al herbario de etnobotánica, situado en los laboratorios de etnobiología en Baldwin Pasillo, Universidad de Georgia, 6 mil 570 colecciones que incluían mil 500 especies y 160 familias botánicas.
Cabe mencionar que una réplica de esta colección se encuentra en el Herbario de El Colegio de la Frontera Sur, y una parte en el Herbario del IMSS, empero no existe un solo ejemplar en México de las plantas medicinales colectadas por Berlín en Estados Unidos, agregó el investigador.
Antes de 1998, Berlín inició gestiones ante el gobierno de Estados Unidos para implementar un proyecto de bioprospección de plantas medicinales mayas en coordinación con El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) y el laboratorio Génova de Inglaterra.
A inicios de ese mismo año, 1998, OMIECH es invitada a participar en el mencionado proyecto, les explican de forma general los objetivos a la obtención y venta de fármacos, capacitación para el cultivo de plantas medicinales y desarrollo regional a través de las regalías de las patentes obtenidas por la venta de productos medicinales.
Sin embargo, la objeción de OMIECH fue en el sentido de la poca claridad y/o ausencia de leyes mexicanas en esta materia, por consiguiente, el posible surgimiento de problemas posteriores.
Además, el investigador enfatizó que decidieron que el Consejo Estatal de Organizaciones de Médicos y Parteras Indígenas Tradicionales de Chiapas (COMPITCH), participara de manera activa en estas negociaciones.
Por lo que, ECOSUR propuso realizar foros y consultas con expertos para que estas cuestiones legales quedaran claras a ambas partes y se daría inicio al proyecto, sin importar que pasaran tres o cuatro años en esta etapa.
Efectivamente se realizó un foro en este sentido, pero las cuestiones legales no se aclararon para nadie. En marzo de 1998, a petición de COMPITCH se realizó otra reunión con los encargados del mencionado proyecto. En ésta se le informó a COMPITCH sobre la elaboración de un borrador de convenio que sería firmado por ECOSUR, la Universidad de Georgia y una compañía de investigación biotecnológica de Inglaterra llamada Molecular Nature Limited, mencionó el investigador.
Al mismo tiempo, formarían un fideicomiso para recabar las regalías de las patentes y una asociación civil: PROMAYA, que incluiría a todas las comunidades y personas que así lo desearan, con la finalidad de que presentaran sus proyectos para ser evaluados por un comité técnico.
Este comité determinaría el financiamiento por parte del fideicomiso, y este empezaría a recibir proyectos cuando la venta de productos farmacéuticos descubiertos produjera regalías, lo que podía ser un lapso de tiempo largo o tal vez nunca, si no se descubría ningún producto útil a partir de las plantas investigadas.
Para julio de 1999, de nuevo COMPITCH invitó a los integrantes del proyecto para que informaran sobre los avances de actividades, en esta ECOSUR informó sobre la firma del convenio con la Universidad de Georgia y el laboratorio de Inglaterra, y que ya estaban en borradores las propuestas para el fideicomiso y PROMAYA.
El investigador indicó que, el objetivo central del convenio Ecosur-Universidad de Georgia- Laboratorio Molecular Nature Limited, era la investigación de sustancias activas derivadas de las plantas medicinales, para producir medicamentos de patente y ser comercializados.
Fue a partir de ahí que, COMPITCH inició una la lucha pública contra el proyecto del ICBG-Maya, el doctor Berlín y Mario González Espinosa, director de Ecosur en ese tiempo, nunca aceptaron la propuesta del Consejo Estatal, para discutir el problema de manera abierta y con la participación de toda la sociedad.
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