Ámbar se extrae y comercializa sin regulación desde hace 100 años
*Está claro que Chiapas ha sido desde tiempos remotos un lugar mega diverso, herencia que tenemos hasta hoy en día, y es por eso que es importante cuidar nuestros recursos naturales.
*Hace falta establecer mecanismos regulatorios eficientes para controlar la venta del ámbar con inclusiones biológicas.
Gerardo Carbot Chanona, doctor en Ciencias Biológicas e investigador de temas paleontológicos de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn) dijo que, el ámbar al ser un fósil debería estar protegido por la ley, sin embargo, se extrae y se comercializa en zonas indígenas de los Altos de Chiapas desde hace cerca de 100 años, y las familias viven de la industria de la extracción.
Carbot Chanona señaló que, aún siendo un patrimonio natural, dependencias de los diferentes niveles de gobiernos, promueven la venta de este a través de las “expo ámbar”, eventos que incluso llegan a ser nacionales.
El investigador reconoció que, esta actividad puede ser compleja, pues detrás hay una cuestión socioeconómica, por lo que, la venta no se puede prohibir de un momento a otro, porque hay familias que viven de ello.
Por otro lado, dijo que el ámbar es conocido por usarse para joyería y artesanía que se vende a nivel local y mundial, este a veces es llamado piedra, pero es una resina fósil, es decir, en su estructura no está presente ningún tipo de mineral, haciéndolo único.
Comentó que, el ámbar de Chiapas se mandó a analizar hace tiempo para conocer sus propiedades físico-químicas, al ser una resina de origen orgánico, su composición es de carbono, oxigeno, hidrogeno y azufre.
En la cuestión mineralógica tiene una fractura con concoidea, además no cuenta con una forma definida como los minerales que se cristalizan de forma geométrica, su punto de descomposición total es alrededor de los 476°C, pero llega a reblandecer entre los 150 y 162°C.
Algo importante es que no contiene agua o humedad en su estructura, no genera cristales, un volátil o solvente, no es un material duro y es un pobre conductor de calor y de electricidad, añadió el especialista.
El investigador mencionó que, dicho ámbar fue producido por dos tipos de árboles del género Hymenaea que son leguminosas, la especie actual es la hymenaea courbaril, un árbol grande, de ramas gruesas y que produce sus frutos en vainas, se pueden encontrar en la Depresión y Altos de Chiapas, sus parientes extintos son las especies hymenaea mexicana e hymenaea allendis, al ser muy resinosos, esta brota por los troncos o de las ramas.
Explicó que la resina les sirve a los árboles para sellar daños en su estructura exterior, ya sea una rama rota o si la corteza se desgaja, su olor llega a atraer insectos que quedan atrapados en ella o cuando escurre va atrapando cosas en su camino.
Al endurecerse en el tronco o suelo queda sepultado a lo largo de cientos, miles e incluso millones de años por sedimentos, que pueden ser transportadas hasta cuencas de ríos, lagunas costeras e incluso el mar.
Mencionó que, la acumulación de sedimentos produce altas presiones y temperaturas, esto provocaba que la resina tuviera un cambio físico-químico en su estructura molecular.
El investigador agregó que, durante la ambarización -proceso de formación del ámbar- las presiones excluían por completo el agua de la resina, asimismo, junto a las altas temperaturas, la estructura orgánica formada por moléculas con carbono, daban paso a los polímeros (cadenas).
Por ello, cuando algún organismo quedaba atrapado, las presiones hacían que también se evaporara el agua del insecto, deteniendo la oxidación y descomposición, momificándolos y deteniendo el tiempo.
Acentuó que en Chiapas, hay varios yacimientos con ámbar, el más famoso es Simojovel, el 90% de lo que se comercializa se extrae de ahí, la primera localidad en hacerlo fue Totolapa cuentan con registros hasta finales de 1800, y entre los más nuevos esta Palenque y Raudales Malpaso.
Dijo que la extracción se realiza a cielo abierto, donde van escarbando el cerro hasta llegar a los estratos que tienen el ámbar, y de manera subterránea a través de minas.
Carbot Chanona enfatizó que la edad del ámbar está establecida entre 22.8 a 23 millones de años, aunque hubo cierta discusión, hay quienes decían que pertenecía al Oligoceno y otros del Mioceno temprano, pero la realidad es que es del Mioceno inferior.
Agregó que, esto se sabe porque se hicieron estudios isotópicos, con extractos de concha original de unos cangrejos que dieron una edad de 23 millones de años, esto vino a esclarecer la duda, porque los gasterópodos pudieron adaptarse a la resina.
Puntualizó que, el ámbar permite un tipo de fosilización extraordinaria, que les permite ver a los organismos en tercera dimensión, al estar bien conservados, con estructuras delicadas, algo que es difícil en la fosilización en roca.
El investigador, añadió que en el ámbar han encontrado hormigas, abejas sin aguijón, escarabajos de muchos tipos, esto tiene que ver con el habitad, al estar relacionados a los árboles y es fácil que queden atrapados.
Al mismo tiempo, mencionó que en la mina Campo la Granja en Simojovel, se han encontrado cerca de 1000 ejemplares, representando nueve especies nuevas para la ciencia.
El ámbar no solo nos da esta información taxonómica, también a través del ámbar podemos ver esta gestión ecológica, la interacción con comunidades, es decir, piezas con muchísimos ejemplares de hormigas o abejas, o entre un depredador y su presa, y cuidados maternales, expuso el especialista.
Por último, dijo que este conjunto de fósiles, tanto los que están en el ámbar con en sedimentos, permiten hacer una reconstrucción de como fue Chiapas hace 23 millones de años.
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