La muerte, el viaje al mequé eterno

La tradición señala que los altares sean de tres niveles, pero pueden dejarse solo uno. Cortesía

*La muerte se explica como un viaje al mequé eterno, es decir, un lugar de fiesta, donde se atraviesa por un campo y un río mientras se escucha el sonido del carrizo y de la música tradicional que guía a cada persona a un caserío donde se encuentran los familiares, que reciben con una jícara de pozol.


Juan Ramón Álvarez Vázquez, antropólogo, historiador y maestro baile de la danza de los pastores dentro de la mayordomía Zoque de Tuxtla, mencionó que el Día de Muertos es una fiesta que tiene su origen prehispánico y cada pueblo le ha dado su toque o sus particularidades, para la comunidad zoque, la fiesta del día de  comienza desde el 25 de octubre con la ensarta de la flor de muzá o animajoyó, nombre que se le da en zoque a la flor de cempasúchil, así como la flor de punupunú.

Se hace un novenario hasta el día 2 en los que se preparan para la fiesta de muertos. Se adornan los altares con los cristos, por lo que eso marca el inicio del día de muertos o la festividad en la ofrenda, describió Álvarez Vázquez.

Para la tradición del pueblo zoque, se tienen las fotos de los difuntos y conviven con las imágenes religiosas, por lo que ese es el que se renueva en esta festividad.

Una de las características es que solo se cambia el mantel, se le pone alguna tela a la que se denomina cielo, que cubre la parte de la pared de atrás y el techo, Además de poner la flores y fruta de la región, como lo son mandarinas, naranjas, limas, cacahuate, caña y dulces tradicionales como puxinú, el dulce de manzanilla, el de plátano ya calabaza.

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También suele adornarse con alimentos como los tamales de toro pinto o frijol, de mole, de chipilín con queso o de bola, los cuales son los más recurrentes en la zona de la región zoque, acompañados con bebidas que le gustaban a los familiares difuntos, como el chocolate con agua, pozol blanco o de cacao y el pan de muerto o floreado.

Se ponen velas de acuerdo a los difuntos y todo se debe de prender el día primero. Se sahuma las 12 del día y se prenden las veladoras. A las 6 de la tarde se prenden las candelas que pueden ser dos o cuatro, con esto se anuncia que los difuntos ya llegaron. añadió el experto.

Otros de los rasgos es que para la cultura zoque es que se agregan alimentos que hacen referencia a la agricultura como mazorcas y granos de frijol porque con esta fiesta se termina el ciclo agrícola, mismo que comienza en febrero. Asimismo, Álvarez Vázquez dijo que la tradición señala que con esta fiesta viene el tiempo de la cosecha.

Los colores que se utilizan son el blanco, manteles floreados, el morado o el lila para representar el luto, así como una imagen de la Virgen del Carmen, advocación de la Virgen María que es la que acompaña a las almas de los difuntos en su retorno a la tierra de los vivos. El altar se conforma de tres niveles, el supramundo, el cielo inferior o inframundo que no es el infierno y el plano terrenal.

Ya cuando estamos en este lugar van apareciendo nuestras amistades y familia. Se hace una fiesta donde estamos disfrutando la música tradicional, de la comida, del olor del incienso, de las flores, del sonido de la música y ahí nos reciben todos con pozol porque como vamos de viaje nos da sed, detalló el antropólogo.

Por ello, la fiesta del día de muertos es un anhelo para la cultura zoque, ya que simboliza que, al morir, se tiene la oportunidad de volver a convivir con los parientes y amigos  que se han adelantado en el camino.

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