Elizabeth Bess, la muralista que decidió enfrentar al machismo

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Desde el 2016, Guadalupe Elizabeth Pérez Sánchez, mejor conocida como “Elizabeth Bess” en el mundo artístico, se ha abierto paso como artista en Chiapas.

La desigualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos sociales no es una tarea sencilla, por lo que, Elizabeth es de las pocas mujeres chiapanecas que se han atrevido a ir más allá y dar a conocer su talento artístico en la sociedad.

Dentro del medio, he recibido mucho apoyo por parte de los compañeros hombres. Como es muy raro ver a una mujer que pinte, como que les llama mucho la atención y quieren motivarte, siempre están dispuestos a ayudarte para que pintes, menciona Bess, señalando que, desde la universidad, siempre recibió buenos consejos de sus compañeros.

Egresada de la licenciatura en Artes Visuales por la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), cuando inició a pintar, lo hacía sola, únicamente con sus materiales de trabajo y alguna silla que tuviera a la mano para salir a recorrer las calles y encontrar un espacio de trabajo, y cuando lo encontraba, solía tardar varios en días en el mural.

En sus inicios, recuerda haber sido víctima de algunas agresiones leves por parte de otras personas; hombres en su mayoría, quienes a manera de “hacerle una travesura”, solían empujarla, o incluso mover las escaleras en las que ella se subía aún mientras ella estaba usándolas para llegar a las zonas más altas del mural, algo que a ella le hacía sentir extrañada por ser blanco de estos ataques.

A pesar de las agresiones, nunca se ha detenido; sigue realizando murales en diversos puntos de la ciudad. Cortesía: Elizabeth Bess.

No faltaba el que me decía: ¿qué haces aquí? Vete a lavar trastes a tu casa o algún otro tipo de comentarios machistas, los que no tomaba en cuenta y yo continuaba trabajando. Igual había quienes sólo llegaban a pedirme el número, añade, por lo que un principio para ella complicado soportar esos comportamientos mientras ejercía su profesión.

Niños, niñas y adultos mayores, eran las personas que más apreciaban su arte, ya que al verla sola se acercaban a ella a brindarle comentarios positivos acerca de su trabajo, lo que la seguía motivando a continuar con la labor, siendo eso lo que dio inicio a que ella comenzara a realizar su trabajo de una manera más especializada y profesional.

Con esto, Elizabeth comenzó a organizar mejor sus tiempos y horarios, comenzando a buscar otras personas que la acompañaran a realizar los murales, optimizando así el tiempo, además, a modo de sentirse respaldada para que no se acercaran a ella para seguir haciéndole maldades mientras trabajaba.

Tenía que crecer de otras formas, así que comencé a buscar otros proyectos más grandes para poder participar y convivir con más personas que se dedicaran a lo mismo, destaca la artista.

En Chiapas, ha conocido a más jóvenes mujeres que se dedican a las artes, sin embargo, sostiene que la mayoría de ellas se encuentra dedicada al grafiti, por lo que no tienen el mismo reconocimiento que, a ella le ha costado ganarse con su esfuerzo y dedicación.

Como artista, ha logrado colaborar en diversos proyectos, incluso a nivel nacional, por lo que ha podido conocer a otras artistas de varias partes del país,, de las cuales, señala que ha aprendido mucho, puesto que hay quienes incluso han llegado a pintar sobre edificios completos.

En su trayectoria, se ha topado con comentarios negativos, los que ha aprendido a sobrellevar y, comenta, le han ayudado a seguir sobresaliendo en su disciplina, para dar lo mejor de sí y demostrar que no solo los hombres pueden llegar a ser grandes artistas.

El estilo de Elizabeth es muy singular, en sus imágenes, ya sean murales, grabados, etcétera, hace referencia a feminidad, ya que plasma mujeres en contacto con diversos elementos de la naturaleza, para demostrar que, ver el cuerpo desnudo de una mujer es muy normal y no daña a nadie.

En la universidad llevábamos clases de dibujo y nuestra modelo era, justamente, una mujer. A mí me fascinaba dibujar la figura femenina por la sutileza que tiene y que desde el ángulo que los veas siempre va a ser muy estético, señala.

Elizabeth pinta murales donde se ve la figura femenina, ese es su estilo y sello propio. Cortesía: Elizabeth Bess.

Fue así como comenzó a pintar, en sus inicios, un poco más de erotismo. Lo que fue compartiendo con otras mujeres, a las que encontraba en los eventos culturales y artísticos en los que participaba, siendo aquí donde comenzó a definir su personaje y su propio estilo, ya que buscaba que, aunque la pintura no tuviera su nombre, la gente reconociera que ella lo había hecho.

Una de las características es que, la mujer a la que ella retrata siempre va acompañada de la madre naturaleza, con rasgos muy distintivo que, no pertenece a ninguna parte del país, sino que cuenta con rasgos de todas las partes de México, además de contar historias que fueran relevantes para ella.

Para ella fue un reto, porque al comenzar a pintar y plasmar su arte en las calles, al principio notaba que la gente arrancaba sus pinturas, fruto de una evidente aberración hacia el cuerpo desnudo de las mujeres, por lo que, es aquí cuando ella comienza a plasmar su arte en paredes de todos los tamaños.

“Me toco en una ocasión que una señora ya había pasado a un lado del muro y se regresa a preguntarme: ¿son pechos? Pero como si hubiera sido muy ofensivo ver la pintura. Me quedó viendo muy enojada y se fue sin decirme nada. ¿Qué tiene de malo eso?” añade Elizabeth.

A través de estos comentarios, ella se ha seguido motivando para continuar pintando desnudos en los murales que realiza en colaboración con otros compañeros artistas, con los que forma parte del colectivo Conejos de Mictlán.

Ha tenido la oportunidad de viajar a otras partes del país, gracias al proyecto Ciudad Mural de Colectivo Tomate, por lo que visitados estados como Campeche, Puebla y Coahuila, además de haber realizado murales en Copoya y San Cristóbal, además de Tuxtla Gutiérrez.

Mural pintado por Elizabeth en Campeche. Cortesía: Elizabeth Bess.

Como artista, espera seguir colaborando con sus compañeros de Conejos del Mictlán, además de que se encuentran equipando un taller colectivo, con la finalidad de que todas aquellas personas interesadas en aprender a pintar se acerquen y de esta forma, pueda crecer el número de artistas en el Estado.

Siempre es bueno experimentar, siempre hay que estar pendiente si sale alguna convocatoria entorno al arte. Hay que tener la mente abierta y continuar aprendiendo de las personas. No dejar de intentarlo es lo mejor, finaliza.

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