Don Jorge, maestro cohetero orgullo de Socoltenango
Los coheteros, son quien se hace cargo de la quema de cohetes y otros fuegos artificiales durante las festividades en los pueblos.
En los pueblos, los coheteros juegan un papel fundamental, antes, durante y después de las fiestas patronales y otras festividades, debido a que gracias a ellos es posible escuchar desde el cielo la explosión de cohetes que anuncian la celebración de alguna festividad.
En Chiapas, el quemar cohetes es una actividad común, ya que suele hacerse durante las ferias patronales, bodas, bautizos y xv años, si bien el uso de cohetes es una tradición, pocas son las personas que tienen el valor de ser coheteros, debido a lo peligroso que puede resultar un accidente..
Pese al peligro que representa ser cohetero, existen personas dispuestas a desempeñar la actividad, Jorge Ballinas Constantino, un adulto de 95 años de edad relata su experiencia como cohetero en el municipio de Socoltenango, en el cual fue cohetero durante más de 20 años, en los que vivió una serie de experiencias relacionadas al oficio.
Explosiones en la mano, cerca de los oídos, y quemaduras son algunos de los peligros a los que un cohetero se expone durante la realización de su trabajo, en el peor de los casos un accidente con cohetes puede representar incluso la muerte, debido a que no se acostumbra usar ningún equipo de seguridad, como gafas o guantes, al momento de encender un cohete y direccionarlo al cielo.
Don Jorge Ballinas quien es conocido por ser haber sido cohetero, señaló que los eventos para los cuales son solicitados quienes tienen la habilidad y han perdido el miedo a quemar cohetes.
A un cohetero lo llaman, a entradas de velas y flores, para celebrar algún santo o alguna virgen a bodas, xv años y a sepelios, para celebrar la vida, la unión y la despedida al momento en el que se da el último adiós, mencionó Jorge Ballinas.
Pese al riesgo que implica ser cohetero, la actividad es poco remunerada, algunas personas, como Don Jorge, no cobraba honorarios fijos por su servicio, debido a que en ocasiones quemar cohetes para celebraciones patronales, significaba honor y reverencia hacia los santos patronos celebrados, en su municipio Socoltenago, y Venustiano Carranza a los que era invitado, por ello dejaba el interés monetario a un lado.
Los años que fui cohetero, no cobraba un dinero fijo por hacerlo, lo hacía por devoción a los santos y a las vírgenes, pero no faltaba quien me pusiera un billete en la bolsa de la camisa porque yo no quería recibirlo, destacó Ballinas
Ser cohetero, es una actividad peligrosa, debido a la velocidad con la que arden las mechas y con la que explota la pólvora, por ello un descuido al momento de estar prender los cohetes puede resultar en un accidente fatal, Don Jorge es testigo de ello, debido a que hace aproximadamente 4 años, un cohete le explotó en la cara, como consecuencia de ese accidente sufrió varias lesiones en el rostro y perdió el ojo izquierdo.
Otro de los daños considerables que tienden a sufrir los coheteros, es la pérdida del oído, debido a las constantes explosiones a las que se someten durante la actividad, al momento de prender un cohete que no alcanza una mayor altura.
Pese al percance con el cohete, Don Jorge no guarda rencor a la actividad, pues señaló es un accidente que a cualquiera le puede pasar, y que no es el único que ha sufrido durante sus años como cohetero.
Si eres cohetero debes estar alerta, algunos explotan antes de tiempo, a poca altura, y te quedan chillando los oídos, otros te truenan casi en la mano y te revientan las yemas de los dedos o la palma de la mano, pero son heridas pasables, nada de gravedad, en varias ocasiones me paso, y aun lastimado seguí quemando, indicó Don Jorge.
Constantino agregó que la tradición de quemar cohetes sigue vigente, la cantidad que se quema hoy en día, no es ni la mitad a la que se acostumbraba en décadas anteriores, ya que recuerda que durante las celebraciones de la virgen de la Candelaria y de Santa Rosalía, se quemaban alrededor de 5 gruesas.
Cada gruesa equivale a 5 docenas, es decir durante el recorrido se quemaban alrededor de 300 cohetes, solo en un día de celebración, en la actualidad el uso de cohetes aún persiste, solo que se ha reducido su consumo, por distintas razones tanto de seguridad, para evitar accidentes como el de Don Jorge, y sociales, por la disminución de creyentes católicos tanto en la cabecera municipal de Socoltenago, como en sus comunidades.
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