Tania Solís, la chiapaneca que pese a las adversidades logró triunfar como promotora cultural
*Después de ser becaria durante un año y a raíz de la pandemia, decidió dejar a su familia para aventurarse en su crecimiento profesional; hoy en día, Tania es una chiapaneca labora en Ensenada.
Villaflores es la tierra que vio nacer a Tania Gissell Solís Estrada, una chiapaneca cuyo gusto por la cultura fue notable desde muy temprana edad, a los 8 años, ella comenzó a escribir cuentos y poesías en menor medida, todo como parte de registrar su día a día, aún sin tener un acercamiento a las artes.
Allá en Villaflores realmente solo está la Casa de la Cultura y nada más. Pero no había clases de piano o creación literaria por mencionar algo. Así que fui creciendo y aprendiendo por mí misma, tratando de aprovechar lo que tenía a la mano, señala Solís.
Conforme a los años, creció su gusto por la música, la pintura y otras manifestaciones del arte, sin embargo, derivado de las pocas alternativas para desarrollarlas en aquel municipio, decidió formarse de manera profesional en el ámbito de la psicología con terminal en educación, disciplina en la que notó que eran necesarias buscar alternativas para que las y los adolescentes se interesaran por el arte y la cultura, además de encontrar maneras de expresar sus emociones.
Tania, desde su quehacer profesional, comenzó a buscar que las actividades fueran óptimas para crear vínculos con la población juvenil de su municipio natal, por lo que, por “azares del destino”; como ella señala, retomar su gusto por el arte la hizo llegar como becaria al Instituto Tuxtleco de Arte y Cultura (ITAC), oportunidad que le dio para continuar con sus sueños: especializarse en las cuestiones culturales y artísticas de Chiapas.
Me empiezan a capacitar y me convierto en promotora cultural de la Casa de la Cultura ‘Luis Alaminos Guerrero’, en donde me tocó trabajar de la mano de personas que llevan una mayor trayectoria en distintos ámbitos culturales, añade Tania.
A su vez, menciona que, comenzó a ayudar en la organización de distintos eventos, con la finalidad de acercar la cultura y las artes a la población chiapaneca, sobre todo, para quienes residen en Tuxtla Gutiérrez y sus alrededores.
Debido a su persistencia, a Tania le otorgaron una beca más, para continuar con su formación y seguir abriendo puertas en su trayectoria como promotora cultural, siendo de las pocas personas jóvenes que han ido desarrollándose en dicho ámbito.
Aproveché para especializarme en ciertas ramas del arte, por lo que en distintas instituciones o eventos culturales y artísticos me comenzaron a invitar para formar parte de todos ellos. Se siente muy bien saber que puedo compartir espacio con grandes personajes como la maestra Socorro Sirvent o el maestro José Luis Castro, destaca la promotora cultural.
Al comienzo de la pandemia, debido a la suspensión de las actividades, a Tania se le complicaron las cosas, ya que no pudo continuar con su trabajo, aunado a que, la beca por la que llegó al ITAC había finalizado, lo que significaba tener que buscar la manera de seguir ejerciendo su gusto por el arte y la cultura, además de cómo contribuir a los gastos del hogar.
A manera de sorpresa, a 2 mil 734 kilómetros de distancia, en específico Baja California, el nombre de Tania ya era reconocido por su labor de promotora de la cultura, ya que sus pasos habían sido seguidos y a sabiendas de su profesión de psicóloga, fue llamada para una nueva propuesta laboral, en la cual contribuiría a que niños y niñas en edad escolar desarrollen el mismo gusto que ella tuvo desde pequeña.
Me hacen una propuesta y mando mi currículum. Entonces me contestan que estaba contratada y dependía de mí irme o no, así que no lo pensé más y acepté viajar a Baja California y vivir esta experiencia tan bonita de estar en estos momentos como profesora de apreciación del arte en Ensenada, ‘Hasta donde has llegado’, fueron las palabras de mi papá’, añade Tania, tras haber tomado la decisión que la llevó a dejar atrás sus raíces y a su familia.
Para Tania haber dejado a sus familia ha sido difícil, pero es un reto que ha tomado con mucho gusto, sobre todo sabiendo que, como docente de niños y niñas de entre 6 a 12 años, puede dejar un granito de arena para la preservación de la cultura, cuando el alumnado a su cargo le pregunta acerca de cómo es la entidad, les habla acerca de las riquezas con las que cuenta la estado, tanto en lo artístico y cultural.
Es muy bueno aperturar las opciones para que nuestros niños tengan una formación cultural y artística muy profunda y personal, para que como entes sociales sea los futuros ciudadanos proactivos, finaliza Tania.
A Tania le gustaría emprender el regreso a casa, para volver a estar a lado de su familia, así mismo, llevar todo lo que ha a aprendido a las manos de niñas, niños, adolescentes de Chiapas que no tiene el dinero para tomar clases profesionales de arte o cultura y, apoyarlos a tener el acceso como le hubiera gustado tenerla cuando era niña.
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