Raúl Jiménez, artesano tradicional busca reactivar la economía de Copoya con la elaboración de instrumentos musicales
*Raúl Jiménez es un joven originario de Copoya, es de lo pocos artesanos tradicionales de la región y por medio de su proyecto “La Casa del Artesano” busca que esa tradición no se pierda, enseñándole a más jóvenes, niños y niñas este oficio.
José Raúl Jiménez Velázquez, originario de Copoya, comenzó a los 10 años su trayectoria dentro del oficio de artesano, cuenta que tuvo la oportunidad de acudir a las instalaciones del Museo Zoque, ubicado en la misma delegación, para conocer más acerca de la elaboración de las piezas, lo que produjo en él las ganas de continuar con esta tradición.
Bajo indicaciones de Carlos Hernández, artesano de Copainalá, Raúl quien es popular por las y los habitantes de su localidad, bajo el seudónimo de “Kenchys”, conoció algunas de las piezas musicales icónicas en la cultura zoque, como el tambor.
Además, con la oportunidad de participación en diversos encuentros culturales, poco a poco Kenchys se familiarizó con otras piezas que eran elaboradas por artesanos de otras partes del estado.
Conforme fui creciendo y asistiendo a encuentros culturales, empezó a darse ese intercambio cultural, fui conociendo otras piezas o percusiones que se hacían en otras culturas. Así me fui especializando en la elaboración de tambores, flautas de carrizo, además de interpretar la música tradicional de nuestros ancestros, comenta Raúl Jiménez.
Jiménez Velázquez cuenta que, para la elaboración de cada una de las piezas se siguen procesos que incluso, puedan tardar años, como es el caso del “chinchín” puesto que, la pieza central de este instrumento se extrae del morro, nombre que recibe el árbol cuyo fruto es utilizado para la elaboración de las jícaras para tomar pozol y algunos instrumentos musicales zoques.
Los frutos del árbol son como una calabaza redonda, para poder utilizarla con fines artesanales, después de cortarla se le extrae la pulpa y las semillas de su interior para que quede limpia, posterior a ello, se pone a secar hasta que presente un tono a madera y debe endurecerse, por lo que esperan varios años en lo que la planta crece.
El artesano menciona que, por los encuentros a los que ha asistido, le parece interesante descubrir las variaciones que tienen los instrumentos musicales tradicionales, ya que, en algunas zonas, el decorado o pintado varía desde el origen de los elementos a utilizar.
A su vez, añade que en ocasiones añaden plumas o utilizan pinturas industriales, con el fin de darles mayor vista, sin embargo, hay lugares en los que se conserva la tradición de obtener las decoraciones de manera natural.
Soy el único artesano de instrumentos de la región, la mayoría de los tambores que circulan en Copoya, Tuxtla y sus alrededores llevan mi sello. Le he preguntado a mis abuelos si alguien en la familia hacía artesanías antes que yo y me dicen que solo se dedicaban a tocar la música zoque, por lo que soy el primero en la familia, destaca Kenchys.
Jiménez Velázquez señala que, este antecedente familiar, en el que también tuvo la dicha de formar parte de niño, pudo haber sido su principal motivación para incursionar en la elaboración de los instrumentos y, lo ha llevado a consolidarse como el único artesano en percusiones de esa región.
Además, a través de su formación profesional y desde su sentir artesano, ha tratado de reinventarse día con día, por lo que comenzó a impartir algunos talleres para las y los habitantes de su comunidad, con la finalidad de seguir promoviendo el interés por este oficio y que así, se sigan preservando las diversas tradiciones que hay a lo largo y ancho del territorio chiapaneco.
Hace casi un año que “Kenchys” comenzó con este oficio, tiempo en el que ha visto los frutos de su trabajo, puesto que, aparte de tener un lugar ya consolidado en su propia casa para la venta y elaboración de las artesanías, no solo suyas, sino de manera colectiva, han podido acercarse al comercio en línea, registrándose en una de las plataformas más conocidas en el rubro, en una sección de nombre “hecho a mano”.
Ya vendemos productos en línea, la marca se llama La Casa del Artesano. Nos contactaron para una de las pestañas de Amazon, aparecemos y hemos hecho algunas entregas de atole, chinchines y tambores que nos compran a través de esta página, destaca Kenchys.
Con motivo de la pandemia, los talleres que ofrece han tenido que ser en línea, sin embargo, no pierde la esperanza de que puedan regresar a brindarlos de manera presencial en las instalaciones de su taller, para seguir con el legado cultural zoque.
Además, al artesano le gustaría poder activar la economía de su localidad a través de lo aprendido en los talleres, debido a que, en su mayoría, son la población infantil y juvenil son quienes se acercan para preguntarle acerca de la formación y cómo pueden aprender a elaborar sus propias piezas, por lo que abre las puertas de La Casa del Artesano a cualquiera que guste aprender este noble oficio.
Me emociona el encuentro con demás artesanos, en lo particular los viejos que son los que tienen el mayor conocimiento y de ellos vamos aprendiendo. Agradezco a todos los amigos artesanos que compartimos las experiencias y las técnicas de lo que hacemos, finalizó el artesano.
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