Carne ¿molida o tártara?; debate que da ejemplo de la desvalorización la cultura tuxtleca
*La carne molida a la tuxtleca, una botana tradicional del municipio de Tuxtla Gutiérrez representa como todos los platillos identidad e historia.
Roberto Ramos Maza, presidente de la asociación civil “Bicentenario de Chiapas”, comentó a través su red social que, en ningún botanero de la ciudad de Tuxtla Gutiérrez hay carne tártara, sino carne molida a la tuxtleca, además desde hace un tiempo se ha difundido la idea de darle un nombre inapropiado.
Ramos Maza, explicó que, es inapropiado por dos razones, la primera tiene que ver con el desconocimiento y el segundo al desprecio a lo local.
“La carne tártara es otra cosa en sabor, ingredientes y antecedentes histórico-culturales. De ascendencia en uno de los pueblos de la diversa Rusia, la carne tártara se hizo conocida en Francia gracias a la novela Michel Strogoff de Julio Verne”, expuso el ciudadano.
Respecto al desprecio a lo local, mencionó que, se refiere a llamar con un nombre extranjero a un platillo local.
El ciudadano tuxtleco, puntualizó que, ambas tienen en común la carne cruda, la carne molida a la tuxtleca se cuece con limón y la carne tártara no siempre suele ser así, derivando con esto una confusión, pero cuando se revisa la receta y el sabor, se trata de algo diferente.
Asimismo, añadió que un elemento especifico que aparece en la mayoría de las versiones de la carne tártara es que se utiliza el huevo como aglutinante y es acompañado de otras especies.
“Todos los platillos representan a sociedades distintas, en este caso no se trata de un platillo que alguien trajo y que se naturalizó en Tuxtla, como podría suceder en muchos ejemplos que son perfectamente validos y son parte de las sociedades que lo siguen cultivando, en este caso nadie trajo la carne tártara, sino que hay coincidencia, y alguien se le ocurrió que era carne tártara”, comentó Ramos Maza.
El ciudadano explicó que, denominar con un nombre inadecuado, habla sobre el desconocimiento nuestra historia y raíces, como el aporte de la construcción de una colectividad tuxtleca.
“Mencionarla con un nombre extranjero me parece que es un autodesprecio a lo local cosa que me parece grave, porque si como sociedad tenemos una serie de problemas de gran magnitud en algunos casos, difícilmente lo podemos enfrentar con solidez, si ni siquiera tenemos conciencia de nuestras raíces históricas y culturales”, añadió el ciudadano.
Ramos Maza resalta que, aunque parece un tema menor, hablar de la carne molida, no lo es, en un plano de conciencia sobre el desprecio a lo local, resulta un problema que se debe resolver de manera colectiva.
Lo anterior debido a que, todos construyen el presente y futuro de la ciudad, en gran medida desde lo cultural, es decir, del conocimiento sobre lo que somos y hemos construido.
“Ahí es donde refleja esta cuestión aparentemente menor, un problema de mayor raíz, porque todos aceptan algo sin ni siquiera cuestionarse, no somos capaces de ver que, para empezar Tuxtla y la gente ha sido capaz de aportar cosas a la gastronomía y en lo más profundo de la historia de la ciudad”, explicó el presidente de la sociedad civil.
En el contexto del porqué al desprecio de lo local, comentó acerca del valor, ya que la carne tuxtleca no valdría lo mismo que la carne tártara.
Además, acentuó que la carne tártara llegó a los restaurantes de México, pero incluso estas derivan de una versión francesa, reafirmando el prestigio que adquiere algo que viene de otra cultura, y que de manera inconsciente es percibida como superior.
“Me parece bien comer cosas de otras culturas y conocerla, amplia nuestra visión como ciudadanos locales, lo que no me parece bien es que algo que no es lo mismo opaque una habilidad local, el problema es de cuanta importancia le damos a lo que es de nosotros, no quiero restringir la posibilidad de que conozcamos otros platillos y otras culturas”, comentó el ciudadano.
Asimismo, le parece que la receta estandarizada de la carne tártara puede no tener mucho en común con la que le dio origen en el poblado ruso.
Ramos Maza, dijo que, para crear conciencia sobre el valor local, se tiene que buscar y rebuscar la historia, para saber lo que somos y podemos ser, desde un tema de la ciudad capital como de manera general en el Estado.
“Cuales han sido los procesos que nos han llevado a ciertas situaciones buenas y algunas malas, pero que siempre nos ayudaran a que en esta memoria se identifique una identidad que nos permita proyectarnos hacia el futuro”, expuso el ciudadano.
También destacó otros temas, como es la arquitectura vernácula, mencionó que esta desaparece a pasos agigantados, porque nadie parece apreciarla, así como personajes únicos que ya nadie conoce, un ejemplo de esto es Don Romualdo Moguel, el único periodista que hacia su periódico a mano.
“Este personaje muy tuxtleco ya no lo recuerdan… tenemos que reconocer todo lo positivo, lo que ha habido, tenemos que reconocer que la ciudad es la cuna de uno de los grandes poetas de lengua castellana, por poner un ejemplo”, mencionó Ramos Maza.
Con base a lo anterior, compartió que una escritora no chiapaneca, mencionó que no entendía como Jaime Sabines pudo escribir poemas bellos viviendo en una ciudad fea, este comentario le pareció incoherente, además habla de un menosprecio externo, cuando la capital es una ciudad que tiene sus propios patrimonios y orgullos.
Por último, insistió que esto no es un tema irrelevante, tiene que ver con una situación más profunda que debería preocupar a los ciudadanos.
“Como ciudadanos del mundo tenemos que estar abiertos a todo lo que producen otros pueblos y otras culturas, pero nunca olvidar desde lo individual que es justamente este aprecio a lo local, nos da muchas más posibilidades de colocarnos en lo universal”, finalizó el ciudadano.
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