Desde pelos de gato hasta plumas de aves; así elaboran sus pinceles pintores tradicionales de Chiapa de Corzo
*Adriana Elizabeth Ruiz Hernández, artesana de Chiapa de Corzo explica que los pinceles tradicionales son elaborados a base de productos naturales, como el pelo de gato y plumas de gallinas o de guajolotes, lo cual, da un mejor acabado que los pínceles comerciales.
El principal producto artesanal de Chiapa de Corzo es la laca, técnica de pontado con la que son elaboradas diversas piezas de todos los tamaños, que van desde aretes hasta grandes centros de mesa.
De acuerdo con la Secretaría de Turismo (SECTUR) Chiapas, Guerrero y Michoacán son los únicos estados que siguen produciendo en México objetos laqueados, técnica que data de la época prehispánica.
Adriana Elizabeth Ruiz Hernández, artesana tradicional de dicho municipio explica que, existe una técnica para la elaboración de los pinceles tradicionales, los cuales han sido desplazados por los comerciales pero que, son los preferidos de los artesanos debido a su calidad y su precisión, sobre todo a la hora de delinear y contornear las flores de los decorados.
“Para la elaboración de un pincel tradicional necesitamos pelo de gato, una pluma de gallina o guajolote, hileras, agujas, unas tijeras y un pequeño recipiente con agua” señala la artesana.
Ruiz Hernández menciona que, los pelos de la parte del lomo del gato son los que mejor funcionan puesto que, además de no lastimarlo, son más rígidos para conformar el pincel, lo que hace que éste sea de una buena calidad para poder pintar las piezas artesanales con facilidad.
Para ello, es importante primero cortar la punta de la pluma y posteriormente ponerla a remojar, con la intención de que se suavice y después, con ayuda de la aguja, pueda removerse el resto de la misma que queda en el interior, para poder crear el espacio en donde será llenada con los pelos de gato.
“Cuando ya tengan ustedes el pelito cortado lo van a introducir en un libro para que de esta manera queden compactados. Después vamos a tomar una porción y vamos a introducirlo en nuestro recipiente con agua, donde se va a compactar más” añade.
Posteriormente, se procede a jalar en cada uno de los extremos del ramillete, para que se vayan desprendiendo los pelos más finitos y así, queden el acabado de ambas puntas; la que se va a introducir en la pluma y la que servirá como pincel.
Dependiendo del grosor de la pluma de ave, será la cantidad de palos a utilizar, por lo que Adriana señala, queda al gusto y las necesidades de cada persona que elabore sus pinceles.
“Para amarrarlos necesitaríamos hilo o hilera. Se hace un pequeño nudo sin apretar completamente, nos tiene que quedar un circulito de en el hilo esto lo vamos a poner sobre la mesa, agarrarnos a porción de pelo e introducimos en el círculo que quedó en el hilo y aquí sí ya apretamos para asegurar nuestro ramillete” destaca.
Una vez completado ese paso, se procede a cortar el resto de la pluma que se está utilizando, para introducirla a maneja de que empuje por completo el hilo y le brinde al pincel el soporte que necesita para mantenerse en su lugar.
“Es acabado que éste nos da es mejor que los pinceles comerciales, por lo que muchos artesanos aun optan por elaborarlos de la manera tradicional” finaliza.
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