Pox y su relación con las celebraciones, religión, pactos familiares, unificación entre lo espiritual y la fraternidad

En la actualidad, el proceso de elaboración del pox ha evolucionado, incluso los ingredientes han sido sustituidos. Cortesía: México Desconocido.

*En la época de los mayas la bebida representó todo un universo de actividades a su alrededor, tal era la importancia de ésta que, si no había aguardiente, no se empezaban o cerraban tratos. En Chiapas, hay etnias de ascendencia maya, con manifestaciones culturales diversas, una bebida que ha acompañado a estas desde tiempos antiguos es el pox, es un destilado artesanal de caña y maíz, con sabores de frutas de la región chiapaneca.

*La investigación forma parte del libro El sabor del saber de la gastronomía de los Altos de Chiapas.


Marcos Gabriel Molina López y Vicente Tadeo Ramos Cruz, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas realizaron una investigación sobre Bebidas con Tradición, de las bebidas presentadas se encuentra el Pox, mencionan que, el aguardiente es preparado por comunidades que descienden de los mayas, en la Región de los Altos es donde se consume no sólo en las celebraciones religiosas o personales, sino también está presente en rituales de sanación.

Además, en los años cincuenta, tomó mucha importancia en la región, en referencia a la historia del aguardiente en el estado, se creó un monopolio llamado Aguardientes de Chiapas que, debido a sus precios altos y mala calidad, provocaron que se buscara otras formas de elaborar el preciado líquido.

Lo anterior, dio paso al clandestinaje del aguardiente en los pueblos indígenas que lo consumían, eso generó conflictos entre los indígenas, gobierno y quienes tenían el control de la producción. Perseguían y detenían a los que se dedicaban al clandestinaje, eliminando así la competencia, estos hechos llevaron un enfrentamiento armado, provocó la intervención del gobierno federal, tomando cartas en el asunto y debilitando al monopolio.

Molina y Ramos, exponen que, los acontecimientos producidos provocaron que la relación entre indígenas y mestizos se fracturara, por lo que dejaron de confiar en personas fuera de su núcleo social.

En la actualidad, la bebida es relacionada con la fiesta, religión, pactos entre familias, alegría, unificación entre lo espiritual y lo terrenal, muerte, vida, fraternidad entre los pueblos, tranquilidad para el alma, además de tantas cosas más que guardan de manera celosa los pueblos de los municipios indígenas de la Región Altos, comentan los investigadores.

Respecto al enfoque medicinal tiene la capacidad de alterar el estado físico del cuerpo, al ser una bebida caliente, es con frecuencia usado para curar las enfermedades o malestares que producen frío. Es signo de riqueza material y espiritual, es decir, todo aquello que contribuye al mantenimiento de la vida, desde bienes materiales hasta las facultades de poder.

Los investigadores exponen que, en el municipio Chenalhó gira alrededor del aguardiente, en la fiesta de San Pedro, durante la celebración beben una abundante cantidad del líquido; es un insulto para ellos no recibir una copa de pox en esta festividad.

Según las tradiciones cuando se recibe y toma una copa de aguardiente, se agradece el regalo de esta bebida, pues es el fruto del trabajo de la familia. No es una bebida alcohólica cualquiera, le permite al indígena establecer una conexión entre el mundo material y el espiritual, un mejunje que aleja a los demonios y que cura las enfermedades del alma y del cuerpo.

Tiene más de 2000 años de antigüedad, aunque es aguardiente, el nivel de alcohol puede variar. Cortesía: Más México.

 En la Región Altos, el pox se produce desde la conquista y reemplazó a la chicha como bebida ritual para todo tipo de ocasiones, desde audiencias hasta arreglos matrimoniales. Formaba parte de todos los momentos ceremoniales del ciclo de vida, comenzando por el nacimiento y el bautismo.

“A las parteras se les pagaba con comida y aguardiente mientras que los padres celebraban el nacimiento de su hijo con vastas cantidades de la bebida. Cuando el niño se acercaba a la adolescencia, jugaba un papel central en los complejos rituales de noviazgo, se esperaba que, habiendo aceptado regalos de aguardiente por parte del pretendiente o sus representantes, los padres de la chica accederían a entregar la mano de su hija”, mencionan los autores en la investigación.

Al final, el aguardiente y la chicha estaban presentes durante velorios, procesiones funerales y entierros, en parte para aliviar tensiones. A los difuntos también se les enterraba con bebidas alcohólicas, añaden los investigadores.

En el caso de los chamanes solían verter aguardiente sobre sus pacientes o sobre rocas calientes para exponer al paciente al vapor, así como para entrar en trance y averiguar las causas de una enfermedad. Incluso los boticarios ladinos de San Cristóbal practicantes de la medicina occidental hacían uso del aguardiente y del alcohol desnaturalizado.

Molina y Ramos mencionan que, según las creencias de las comunidades, el uso curativo del pox ayuda a aliviar el dolor de cabeza, estómago, huesos. Además, sirve para el enojo, escalofríos, nervios, la tristeza; y sirve como antidepresivo.

A su vez, dicen que los jóvenes comienzan a ingerir alcohol cuando la comunidad opina que son candidatos al matrimonio; en ese momento y antes les permiten como manera de aprendizaje, participar en las rondas de aguardiente. Así los hombres inician el consumo de la bebida antes que las mujeres.

Por ello, las jóvenes son invitadas a ingerir alcohol por primera vez, cuando ayudan a preparar el alimento que se elabora para reuniones sociales, pero sólo cuando ya han contraído matrimonio.

Juan Santiz, habitante de San Juan Chamula, cuenta que, en el festejo a San Juan Bautista conocido como el patrón de los chamulas; la gente entona música regional, hace oraciones pidiendo por el agua y tiempo, para purificar la vida y dar ánimo a las personas del pueblo.

El pox siempre está presente en fiestas o ceremonias religiosas y es de gran importancia para la comunidad en los Altos de Chiapas. Cortesía: Travel Report.

Santiz, dice que, es un rito muy importante porque ellos protegen y conservan la selva, al término de la celebración, consumen grandes cantidades de pox, tamales, pescado, atol y refrescos. Su uso es importante durante las fiestas tradicionales, en especial para los habitantes de algunos pueblos, como es Chamula, Zinacantán, Oxchuc, San Andrés Larráinzar, Huixtán y Tenejapa.

En Zinacantán, el señor de Esquipulas es uno de los patronos principales, para muchos zinacantecos, es una representación diferente a la que hay en las otras iglesias. Además, juega un papel importante en el pueblo como patrono de la capilla de los juramentos, donde los miembros de la jerarquía religiosa y del gobierno civil prestan compromiso al entrar en funciones, comparten los investigadores.

El ritual en honor al señor de Esquipulas se inicia en la casa del mayordomo rey, después pasa a la capilla, en donde se celebra la parte principal de la ceremonia, terminando de nuevo en la casa del mayordomo rey.  El pox se consume durante el ritual por que posee un espíritu ch’ulel que asciende a los totilmeiletik y a los santoetik, quienes lo reciben como una ofrenda agradable.

“Algunas personas afirman que no usar pox durante el ritual es signo de mala voluntad y el santo castigará a quien celebra el ritual”, exponen los investigadores.

Por otro lado, Domingo Gómez Castellanos, habitante de San Juan Chamula, comparte que las primeras generaciones dedicadas a la elaboración del pox decían que era un proceso poco costoso, utilizaban agua para la elaboración del supiaque que se convertirá en aguardiente y para el proceso de enfriamiento que provoca la condensación; madera para calentar la mezcla y producir la evaporación; y corteza de timbre, llamado xaxib que sirve de catalizador, contiene acido tánico.

En cambio, Carlos Navarrete, escritor e investigador, plasmó en una de sus obras que, el pox se elaboraba con agua, corteza de xaxib, masa de maíz y panela o piloncillo.

Los investigadores finalizan compartiendo que, en chamula utilizan levadura para convertir el azúcar de forma rápida en alcohol, en otros lugares utilizan amoníaco y hasta naftalina, incluso le ponían un pedazo de carne dentro de los tambos de fermentación.

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