«Necesitamos apoyar a otros, haciéndoles saber la importancia de aún tenerlos vivos»; Ninfa Torres

Autorretrato titulado “Arreglo”, óleo sobre lienzo. Cortesía: Ninfa Torres.

*“Feminidad-es” se exhibió en la sala de exposiciones del Museo de la Ciudad, se expusieron 17 cuadros de las 20 que integra la serie.

 “Necesitamos apoyar a otros, estar en contacto con los seres queridos de manera virtual, haciéndoles saber la importancia de aún tenerlos vivos, de tenerlos aún en la distancia, es una invitación a la reflexión desde las condiciones que necesitamos, para enfrentar otros posibles episodios como éste, que tiene que ver con la generación de una sociedad más justa, más igualitaria”, compartió.


Ninfa Torres Lagunes, Licenciada en Artes Plásticas, originaria de Misantla, Veracruz, lleva alrededor de 11 años radicando en la capital del estado chiapaneco, en la actualidad labora en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH) y por otro lado lleva su obra pictórica de manera paralela en la producción artística.

Torres platicó sobre su inició al arte, menciona que la mayor parte del territorio del país, el acercamiento y el acceso a las artes sobre todo en las niñas, es una cuestión fortuita, fuera de las capitales hay una nula práctica de las artes.

“En mi pueblo, no habían museos, no llegaban exposiciones, el arte que conocía era el de la iglesia y  las imágenes que ilustraban los libros de texto, era el acceso que tenía sobre la pintura, primero estaba interesada en la literatura, por lo que desde corta edad estuve leyendo cuentos clásicos infantiles, me estímulo a intentar escribir, después de esa afición y generar historias y tener como referencia los libros ilustrados, quería hacer ilustraciones de estos textos, así empecé un poco a dibujar”, expresó.

Añade que, en su infancia siempre tuvo una información autodidacta de manera constante, se dedicaba a dibujar, a hacer réplicas de las obras que veía en los libros, eso le permitió generar una práctica en el dibujo y después a la pintura, es hasta su formación oficial, que tuvo una instrucción formal en la educación en arte.

“Hasta la fecha en general, no hay una formación artística integrada al modelo educativo en nuestro país”, dijo.

La pintora mencionó que alrededor de los 14 años empezó a pintar con materiales profesionales de óleo, pero de manera formal fue hasta los 19 años en su ingreso a la universidad, donde comenzó a tener participación en las exposiciones colectivas en la escuela.

Asimismo, comparte que, en su primera obra, un hallazgo importante para ella fue el color, lo pictórico, dibujaba y coloreaba con lápices en el papel.

“Para mí si fue como importante conocer el óleo, intentar hacer una reproducción pictórica y ver todas las posibilidades que tenía, de ahí decidí no pintar más no me satisfacía la línea o la monocromía del dibujo a lápiz, me acuerdo que hice un bodegón, saque de la biblioteca municipal un pequeño de libro de pasos de cómo pintar, trate de seguir como la estructura del ejercicio haciendo unas manzanas, era un ejercicio muy sencillo con unas frutas pero que me animo, me hizo sentir que estaba sucediendo algo importante”, añadió.

Además, Torres mencionó que, lo que la inspira a pintar es una noción romántica de un estado mental mágico, sucede de repente para la creación de algo, es como una ensoñación.

“Hay muchos detonantes creativos, pero la constancia y conciencia de lo que se quiere hacer y cómo se quiere hacer, te permite tener una producción constante, como todas las artes, no contamos con un contexto idóneo, por ejemplo la mayoría de los jóvenes en lo económico, no tienen el dinero para un curso especializado, un recurso tecnológico de fotografía o de video, para material de pintura, lo otro a las condiciones sociales, se consideran las artes como un privilegio” mencionó.

En su caso, los últimos años se ha ocupado en abordar el tema de la identidad femenina y de la belleza como una categoría que, se ha manejado inherente al rostro de las mujeres, la identidad y la violencia simbólica asociado a ella, una manera de reflexionar en cómo se ha representado de forma tradicional, haciendo reflexión alrededor de ello.

Torres expresó que es muy lineal y metódica en el trabajo, toma una pieza y le da seguimiento hasta las últimas consecuencias, por lo que puede tener una obra en un máximo de un mes, por la complejidad y circunstancias, sin embargo, los murales tienen una exigencia mayor respecto a la demanda de trabajo.

“Lo que más demanda y a lo que más tiempo se dedica, me refiero a jornadas extenuantes tiene que ver con el mural, si hablamos de días podría llevar una pieza de caballetes, el mural es demandante físicamente en horario, en circunstancias, en la temporalidad, sería un mural las obras que se llevan este récord en mi caso”, mencionó.

La pintora menciona que, todas las obras tienen una importancia por el hallazgo que pueden representar, por el detonante que significa una serie, tiene obras que no pensaba que fuesen tan relevantes, pero han tenido mayor repercusión por la manera en la que se asimilan.

“Hice un Judith con un Trump, Judith la figura bíblica, un tema recurrente durante el barroco, es una heroína judía que decapita al opresor, en este caso yo realice una versión de Judith con la cabeza de Trump, previo a que fuera elegido como presidente, francamente yo no pensé que fuera a ganar las elecciones cuando hice esta pieza, esa tuvo como mucha relevancia, recientemente hice el retrato de mi hija, que en este caso hay una mayor carga emotiva, hay otro tipo de conexión con estas piezas”, expresó.

Para Torres, el arte no es planteado de manera literal, no debe ser un objetivo dirigir la forma en que el espectador recibe un mensaje en la obra porque es abierto, cuanto más variante e interpretación tiene en la percepción de quienes la ven la obra es mayor en relevancia.

“Desde mi punto yo trato de transmitir el mensaje con mucha honestidad de lo que veo o sobre el tema que quiero abordar, es como uno de los objetivos que ese mensaje sea honesto y que tenga la posibilidad de cuestionar aquel que la ve, más que darle como respuestas sólidas” añadió.

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La pintora compartió que, las ilustraciones de los libros de texto cuando era pequeña fueron una motivación importante para hacer cosas, recuerda que se quedaba en casa de su abuela, al hojear una revista, encontró una imagen de una obra de arte de René Magritte, pintor surrealista.

“Era una imagen surrealista, un personaje en un caballo entre el bosque y el caballo de repente se veía adelante de los árboles luego detrás, me resultaba una imagen bastante intrigante, perturbadora de alguna manera porque no lograba entender cómo se estaba interpretando esta realidad, me motivaba muchísimo, porque sabía que eso había salido de la mente de alguien, y que lo había podido materializar en la pintura, me quede pensando cómo podía imaginar eso y luego tener las herramientas plásticas, técnicas, para convertirlo en una pintura”, dijo.

Compartió que, en su examen de admisión, ella estaba enamorada del trabajo de Tamara de Lempicka, artista polaca, en ese momento la adulaba en el tratamiento del claro oscuro, participó con una réplica de su obra, procura revisar obras de mujeres que no abundan en publicaciones accesibles para todo el público, dijo que de alguna forma son negadas en la historia del arte o sus obras han sido atribuidas por cientos de años a sus compañeros varones.

“Han estado como en el anonimato, esta búsqueda, esta reflexión que mi obra también pretende pensar en cómo somos representadas las mujeres, me ha llevado a indagar mucho en las obras de las artistas femeninas y como se representan a sí mismas y a las mujeres”, comentó.

Torres expresó que, la pintura es una forma de vida, una trayectoria irrenunciable, no le queda claro en qué punto ella decidió ser pintora o aprender a pintar, a su corta edad, no tenía conciencia de lo que significaba de forma profesional, pero ella se sentía bastante comprometida y atraída, como para poder renunciar.

La técnica que maneja es el óleo, técnica tradicional con mayor tiempo de hegemonía en la historia tradicional de la pintura.

“Cuando estudiaba presenciaba técnicas más accesibles y portátiles, como el acrílico o el pastel, en el caso del mural siempre exige una mayor apertura a la técnica que se va a emplear por el espacio, el soporte arquitectónico que decide y obliga siempre a indagar en procesos, son limitados, en ese sentido si he tenido la oportunidad de tener algún desarrollo en otras técnicas, pero para mí la técnica que es imprescindible para lo que yo quiero hacer es el óleo”, expresó.

La pintora compartió que tiene un trabajo que goza y disfruta mucho, además de tener reconocimiento y poder vivir de este, es un privilegio que la llena de satisfacción cada día.

“Se presentan circunstancias como las actual, como la pandemia, con las dificultades inesperadas que esto conlleva he podido mantener una producción, aunque están aquí mis hijas encima de mí brincándome, interrumpiéndome, de alguna manera han adaptado esta forma de vida, verlo como algo natural, como algo inherente a mí, a mi identidad y bueno creo que eso es algo que bueno, no la mayoría puede tenerlo” añadió.

Torres menciona que, su etapa en la docencia es interesante, es una experiencia tener contacto con jóvenes, debido a que la actividad dinámica no se repite, está asociada al arte y al trabajo colectivo, el cual ofrece sorpresas y demandas.

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La pintora compartió que hace dos años en el Museo de la Ciudad, expuso una selección de obras con el tema que ha trabajado durante más tiempo, las feminidades, aunque ya tenía alrededor de 10 años viviendo acá, no había realizado una exposición en Tuxtla Gutiérrez de este tamaño.

“La importancia que le di es que la mayoría de las y los modelos estaban presentes, era un suceso importante en ese sentido, que la mayoría de las personas representadas estaban en esta ciudad y podían asistir al evento, hay muchas formas de que estas exposiciones te den cierta visibilidad, cierto éxito en las ventas o a veces en la proyección se puede dar al trabajo”, mencionó.

Por otro lado, Torres compartió su opinión acerca de la situación que se vive en el país por la pandemia generada por Covid-19, ella tomó esta circunstancia con respeto y precaución, inició el confinamiento desde el día 13 marzo, aunque la jornada aun no era oficial, era importante resguardarse, al inicio tuvo dificultades para sobrellevar los días en el encierro.

“Estaba con el trabajo pendiente, también con un esfuerzo para poder producir, porque no son vacaciones, es un tiempo libre que puedo disponer para la creación, era uno de mis objetivos poder acomodar las circunstancias”, dijo.

Añade que este momento tiene que generar precedentes, no solo en el manejo de la salud pública, también en la educación, en la generación de un debate alrededor de los modelos educativos, si son vigentes en el contexto de las tecnologías que se tiene al alcance, así como en la educación de la creación artística, es necesario replantear aspectos referentes a la vida, a la salud, a la colectividad, a lo público.

 “En lo que me concierne en las artes, nosotros tenemos los pintores tenemos muchas ventajas, los artistas plásticos en estas circunstancias, si tenemos material ahorrado, soportes, con las condiciones económicas que permitan hacerlo, podemos producir, a diferencia de los artistas escénicos, creo que están en circunstancias más difíciles, otra reflexión que debe darse alrededor de las artes, de estos proyectos sustentables que permitan retribuir a este sector artístico”, expresó.

Asimismo, estos días de resguardo en el hogar, Torres se ha dedicado a la convivencia en familia, a la producción de arte y a las actividades escolares.

“Las dificultades del encierro con niños, es otro tema de la maternidad, eso ha absorbido digamos de manera irremediable mi tiempo, he procurado tener un espacio para la creación, que aunque ha sido el mínimo, me siento afortunada de que ha sido posible, me gusta mucho cocinar, la cocinada en ese aspecto parte de la demanda de la casa, me ha permitido tener como un espacio de recreación a través de cocinar, de comer, con mi hija mayor, entonces ha sido como un poco didáctico”, compartió.

Las medidas preventivas que la pintora ha tomado es estar en confinamiento absoluto con sus hijas, su pareja es quién sale a hacer las compras, tienen un filtro en la entrada de su hogar.

“Los zapatos que van a la calle no entran a casa, se lava todo lo que entra de fuera, se desinfecta, el dinero, los accesorios, llaves, etcétera, bueno las medidas que nos han indicado son las necesarias y pertinentes, hemos tratado de mantener el mayor cuidado posible”, expresó.

Torres, dijo que le cuesta dar consejos para sobrellevar el confinamiento, porque se encuentra en un sitio privilegiado, al tener un sueldo, un techo, un refrigerador lleno, material para producir, así que hace un llamado a concientizar.

 “Necesitamos apoyar a otros, estar en contacto con los seres queridos de manera virtual, haciéndoles saber la importancia de aún tenerlos vivos, de tenerlos aún en la distancia, es una invitación a la reflexión desde las condiciones que necesitamos, para enfrentar otros posibles episodios como éste, que tiene que ver con la generación de una sociedad más justa, más igualitaria”, compartió.

Por último, dentro de sus proyectos continúa trabajando con su con obra, tuvo una pequeña serie pictórica de vanitas, piezas con cráneos y otro tipo de objetos, esta retomando los retratos femeninos, así como vincularse con sus compañeras feministas, ha tenido algunas invitaciones para la producción de material en videos para la difusión de su trabajo y para leer poemas.

“He tenido bastante actividad, ahorita los planes de exhibición, moverse y proyectar en espacios físicos, pues esta como en pausa, entonces para mi es importante mantener la producción, eso es ahorita lo que me ocupa”, finalizó.

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