El chojil de Venustiano Carranza, una pieza de lienzo delicado y fino
*Cuando la tejedora se dispone a comenzar un lienzo, tiene que adquirir la materia prima, antes en el municipio se sembraba algodón, en la actualidad son pocos los que lo hacen, si no hay madejas de algodón o de la calidad que requiere, lo adquieren en San Cristóbal de las Casas.
El Museo Nacional de Antropología (MNA) es el recinto que salvaguarda el legado indígena mexicano. Se establece como símbolo de identidad y mentor de generaciones que buscan conocer sus raíces culturales. La sede actual fue inaugurada el 17 de septiembre de 1964, por más de cinco décadas, ha cumplido con la misión de investigar, conservar, exhibir y difundir las colecciones arqueológicas y etnográficas más importantes del país.
Este recinto es un ícono de la arquitectura urbana del siglo XX, fue ideado para ser, un espacio de reflexión sobre la rica herencia indígena de la nación multicultural. Sus 22 salas y sus más de 45 mil metros cuadrados de construcción lo convierten en el museo más grande de México y en uno de los más destacados del mundo.
El museo publica la pieza del mes en su plataforma, en esta ocasión muestran el Chojil de Venustiano Carranza. María Eugenia Sánchez Santa Ana, curadora e investigadora del MNA menciona que, entre urdimbres y tramas las mujeres tejen en el telar cintura diferentes prendas utilizando hilo de algodón.
Sánchez Santa Ana añade que, con este material elaboran lienzos finos de color blanco, en algunas ocasiones los tiñen de azul. Para decorarlos emplean la técnica de trama suplementaria con la que forman figuras como arcos espinosos, gusanos, aves, ceibas, huesos de pescado, cabezas de pájaros y perritos. La tejedora tiende su telar en el patio y se prepara para tejer los lienzos, por lo delicado, fino y complejo del tejido tardan en elaborarlos, trabajando día con día, de tres a cinco horas.
Además, con los lienzos las mujeres elaboran la indumentaria femenina como masculina, como el chojil. Está formado por tres elementos rectangulares, el más ancho se dobla a la mitad para cubrir el cuerpo dejan una abertura al frente, las mangas se forman con dos rectángulos, en la orilla del escote cosen una tira para el cuello. La camisa está decorada con imágenes de aves, plantas de maíz y estrellas.
La investigadora comparte que el traje de los hombres se complementa con un pantalón muy ancho en la parte de la cadera y lleva pretina para sostenerse, va bordada con una figura en forma de ocho en diferentes colores.
La técnica del tejido en telar de cintura es un conocimiento ancestral que comparten la mayoría de las comunidades de los Altos. En estos textiles las mujeres tejen su propia visión del universo y firman todas sus prendas con una imagen que las identifica. En los textiles de Venustiano Carranza se encuentra una gran variedad de diseños que identifican a la comunidad, finaliza Sánchez Santa Ana.
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