Pueblo mam se resiste al plástico y continúa con la producción de artículos de mimbre
Estudios refieren que en México se emplean las fibras de alrededor 80 especies vegetales, entre nativas y algunas exóticas con fines artesanales.
Nancy Mariel Casanova Palomeque, Vincenzo Bertolini, Erín Ingrid Jane Estrada Lugo y Fredy Archila Morales del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) realizaron un estudio explorativo con el objetivo de recaudar información acerca de las especies nativas del volcán Tacaná empleadas para fibra, con énfasis en las aráceas (mimbre), a través de una metodología de estudio social aplicada a integrantes de la comunidad mam que todavía viven en las faldas del Tacaná.
En México, las artesanías de origen prehispánico hechas a partir de fibra vegetal se diversifican en función de las zonas geográficas del país, dependiendo de las actividades comerciales y de los recursos naturales del mismo entorno, produciendo una muy amplia diversidad de formas y de tipo de utensilios
De acuerdo a Roberto De la Cerda Silva, investigador por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); el grupo mam que se asentó en las faldas del volcán Tacaná usaba diferentes tipos de fibras naturales, como el petate para sus camas, el carrizo y el mimbre para hacer canastos de tapisca, así como para amarrar las vigas de las casas; el uso frecuente de estos materiales abrió el mercado local del mimbre.
Sin embargo, en las últimas décadas, la influencia de la globalización y la comercialización de otros materiales más resistentes y rentables como el plástico, han ocasionado el desuso de las fibras naturales como el mimbre, y con ello una progresiva pérdida cultural.
Por ello, Casanova Palomeque, Bertolini, Estrada Lugo y Archila Morales basándose en que los estudios acerca este grupo étnico son escasos y no existen registros bibliográficos acerca del mimbre y la cultura mam, consideraron que el conocimiento local acerca del uso y manejo de las aráceas útiles para la elaboración del mimbre en el Soconusco.
Pues señalan que es fundamental para recuperar una importante práctica artesanal local que debe ser rescatada, transmitida de generación en generación y reapropiada por la descendencia mam en beneficio de toda la sociedad.
La investigación de campo se llevó a cabo en cinco comunidades del Soconusco, cuatro dentro de la Reserva de la Biosfera Volcán Tacaná y una en el municipio de Tapachula a través de entrevistas semiestructuradas que fueron aplicadas durante un periodo de tres meses, mismas que se acompañaron con recorridos de campo, fotografías y pláticas con las personas locales para identificar las especies útiles.
Los investigadores entrevistaron a 58 informantes residentes, 30 hombres y 28 mujeres de las siguientes comunidades: Agua Caliente, Chiquihuites, Benito Juárez, El Plan, Fracción Barrio Nuevo y Ejido Guadalupe; dentro de los cuales mencionaron que hace 15-20 años, el mimbre se comercializaba como materia prima y como productos artesanales (canastos).
De igual manera, indicaron que los canastos eran vendidos en las fincas cafetaleras de Tapachula o en las comunidades aledañas. El precio del kilo de mimbre oscilaba entre $30 y $50 pesos (moneda nacional), el precio del canasto entre $20 y $30 y el precio de la docena de canastos pequeños entre $10 y $20.
Gracias a la investigación, se lograron identificar dos especies de aráceas empleadas en la producción de mimbre y detectar el interés de los informantes por usar, producir y conservar el mimbre en las comunidades de estudio, a pesar de las limitantes sociales, económicas y ecológicas que se deben enfrentar.
Es así como la especie más conocida para la producción del mimbre resultó ser la Monstera deliciosa, también conocida como “Ceriman” o “Costilla de Adán”.
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