La presencia y transformación en los textiles de San Cristóbal de las Casas
* San Cristóbal de Las Casas es un espacio donde se pueden apreciar las influencias de la moda del mercado mundial, convergen grupos indígenas y no indígenas (nacionales y extranjeros) que desarrollan un producto en vías de cambio.
*Esta investigación forma parte de una compilación, el libro lleva por título “Ruralidades, cultura laboral y feminismos en el sureste de México”, publicado en el 2018.
Masaya del Rasso Sáyago, maestra en Ciencias Sociales y Humanísticas por el Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica, presentó una investigación del panorama textil en el municipio de San Cristóbal de Las Casas se ha caracterizado como centro económico y cabecera regional de Los Altos, por ser la confluencia de diversos actores, tanto de origen local, como los que representan a la población regional, nacional y extranjera.
Rasso menciona que estos conforman un centro de intercambio y de comercio de diversos productos entre el campo y la ciudad, funcionan a través de mecanismos tradicionales como los tianguis, ferias y fiestas religiosas, lo que permite articular en forma regular ciertas formas de vida cultural.
La investigadora añade que, en el centro de San Cristóbal de las Casas, se observa la instauración de un comercio específico orientado a la venta de productos culturales, entre ellos los textiles regionales, que presentan una dinámica de intercambio que al paso de los años ha evolucionado.
La región Altos ha sufrido cambios acelerados y significativos en su proceso de producción y comercialización textil. Debido a la innovación promovida por agentes externos que se han ido asentando en la zona, de manera directa o indirecta influyen sobre los productores indígenas. Otro factor es la exigencia del mercado, la necesidad de ofrecer al consumidor modelos nuevos y una mayor gama para su elección, menciona Rasso.
La maestra menciona que la competencia que impone el mercado capitalista, no sólo en el campo de las artesanías textiles, motiva a los productores y los comercializadores a buscar estrategias que ayuden a la obtención de mejores ingresos y muchas veces mejores ganancias.
Rasso dice que la situación de costo-beneficio es un factor latente en la comercialización de cualquier producto. La noción de moda afecta a las prendas textiles y hace que se modifiquen los diseños de estas. La industria manufacturera, con la introducción de nuevas telas e hilos en el mercado, conforman insumos sustanciales para la transformación de los elementos que se venden en los diversos sitios textiles.
La investigadora añade otro elemento de cambio que se observa en el campo de los textiles de la región Altos y es la llegada de sujetos provenientes de otras regiones tanto del país como del extranjero, que juegan un papel importante en las transformaciones de la producción textil, “imponiendo sus ideas”. Estos personajes han brindado nuevos perfiles al textil, no sólo innovando en su presentación sino también proponiendo en los diseños.
Ante esto, Rasso hace énfasis en el productor, con perfil indígena que posee un conocimiento heredado de generación en generación. Un tipo que muchas veces se ha encontrado vulnerable ante la entrada de otros actores al proceso productivo, y que en muchas ocasiones suele ser relegado a un segundo plano, convirtiéndose en un grupo subordinado.
San Cristóbal de Las Casas además de ser un centro turístico importante, fue nombrada como “ciudad creativa” en 2015, ya que recibe un flujo significativo de visitantes al año. Cuenta con escenarios diversos para el esparcimiento y consumo del turista, entre los que resaltan sus andadores, conectan al primer cuadro de la ciudad y ofrecen un número significativo de comercios, que en su mayoría venden productos artesanales, entre éstos los derivados de los textiles, menciona Rasso.
El circuito trazado por los andadores es un eje que enmarca la distribución, circulación y consumo de la artesanía textil en la ciudad, de manera general se establecen redes para la circulación de los productos.
Rasso piensa que el valor del textil se transforma y adquiere un significado distinto al que tenía en el momento de su creación. Son un ejemplo claro de las transformaciones que sufre un “bien cultural” en su calidad de “producto”.
La dinámica de mercado conlleva cambios en la estructura textil, desde el proceso de producción, pasando por la distribución en su calidad de comercialización, hasta llegar a su consumo. En el caso del textil de la región Altos, se ha multiplicado su valor en el mercado, esto por el gran tránsito de “consumidores”, los turistas.
Rasso enlista algunos elementos complementarios de la industria creativa del textil que son relevantes para su conformación y existencia.
El patrimonio cultural, para la mayoría de los comercializadores indígenas que se encuentran en la ciudad, venden piezas artesanales que son fáciles de identificar con algún grupo étnico de la región, así como los materiales con los que se elaboran, como hilos teñidos e hilos hechos de lana con los que se fabrican figuras con diversas formas, morrales y algunas blusas, entre otros objetos.
Los festivales promueven cualquier trabajo creativo, entre sus categorías, se encuentra la de diseño de modas, un espacio que ha servido como escenario para los nuevos diseñadores, muchos de los cuales hacen uso de las piezas textiles de la región.
En relación con bibliotecas, el Museo de los Altos de Chiapas alberga una a la que se puede acceder por medio de un permiso; el acervo se encuentra a resguardo del INAH. El museo Na Bolom también cuenta con una pequeña biblioteca que posee algunos ejemplares relacionados con el estudio textil de la zona.
En medios impresos, revistas y periódicos de circulación estatal y nacional, hablan y subrayan algunos alcances de la producción textil de la región.
Lo anterior, son algunos de los elementos. Estos suelen estar orientados al campo económico y político, pero también pueden tener un alcance mayor.
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