El trompo de madera, un juguete olvidado
Los juguetes son sin duda, uno de los recuerdos más preciados de la infancia
El trompo de madera, fue un juguete conocido durante décadas en México y en Chiapas, para muchos el trompo de madera fue el mejor compañero de infancia, en aquellas tardes junto con los amigos, en las que a los dedos se lastimaban de tanto enrollar la cuerda sobre el trompo.
“De diferentes colores y tamaños, existían los trompos, los precios eran variados había uno para cada bolsillo, la cosa era que todos los niños tuvieran trompo” narra Luis Martínez, carpintero.
Durante la década de los 80 y 90 y la primera de los 2000, los niños aun jugaban con trompos, llegaban a las carpinterías a preguntar si había trompos en venta, quienes no tenían dinero, buscaban un pedazo de madera y la llevaban con el carpintero, se ofrecían a ayudar a las labores del taller a cambio de un trompo, relata Martínez.
El juego del trompo consistía en arrojar el trompo hacia un punto y quien más se alejara del punto, le tocaba dejar su trompo para que este fuera empujado hacia una línea final, si alguien no lograba arrastrar el trompo con el suyo, tenía que dejar su trompo para continuar llevándolo a la línea, después de pasar la línea, llegaba el castigo, consistía en sembrar el trompo en el suelo, para posteriormente entre todos los participantes, picar el trompo del perdedor, algunos llevaban un trompo extra solo para picar, con una punta grande y afilada, para causar mayor daño al trompo perdedor.
Existían otras formas de jugar, como ver quién era el mejor haciendo bailar al trompo sobre superficies u objetos poco planas o con trucos como el trompo sobre la cuerda.
Los trompos se elaboraban de maderas de cedro, de caoba, de mango, de pino y roble, cualquier madera era buena para elaborar un trompo, la mayoría de ellos terminaba hecho pedazos, por la cantidad de picotazos que recibían, al perder la ronda.
“El trompo, junto con las canicas, y otros objetos de juego, se fueron perdiendo al paso del tiempo, fueron remplazados por tecnología o simplemente olvidados por las nuevas generaciones” dice Marcos Olivera Profesor de educación física.
“Había días que sólo nos dedicábamos a elaborar trompos, yo los hacía, y mi hijo los pintaba, le decía que les dijera a sus amigos, que en la carpintería ya teníamos trompos de venta, los precios eran los grandes a $12, los medianos a $8 y los pequeños a $5” Señala Luis quien elaboro trompos durante más de 20 años en su taller de carpintería.
El trompo ha sido desplazado, poco a poco por la tecnología y otro tipo de juguetes, hoy en día un niño reconoce y aprende a utilizar más rápido una Tablet o celular, que un trompo, esto de acuerdo a las conclusiones de Marcos Olvera, quien realizó la investigación, “Retomando Juegos Tradicionales” en el jardín de niños, “Miguel Ángel Asturias”
“Los niños de las primarias, llevaban en su mochila consigo un trompo, era como parte de sus útiles escolares, hoy casi nadie los juega, ya venden unos de plástico, pero no es lo mismo, en los pueblos grandes los niños ya no tienen trompo, en las colonias pequeñas aún se sigue jugando, aunque ya muy poco,” dice el carpintero.
Hoy en día aún existen los trompos, ahora comúnmente son de plástico y vienen huecos, con colores llamativos, pero a simple vista puede notarse su fragilidad, atrás han quedado aquellos trompos de madera, pintorescos hechos a mano.
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