Presentan documental para concientizar afectaciones del monocultivo en América Latina.
El documental «Monocultura: La expansión de los monocultivos en América latina» tiene como fin exponer la expansión de monocultivos de palma de aceite y piña en América Latina, realizado por Aldo Santiago, periodista mexicano independiente, y Claudia Ramos, integrante de la organización Otros Mundos A.C./Amigos de la Tierra México.
En concreto, el documental muestra el avance de esta plaga en territorios de Colombia, Guatemala, Honduras y Costa Rica, donde la monocultura afecta los derechos colectivos de los pueblos a un medioambiente sano, a la salud y a la soberanía alimentaria.
Las imágenes del documental fueron grabadas durante el año 2014 en el marco de la gira de la «Caravana Climática por América latina», un proyecto de documentación de resistencias contra megaproyectos y por la justicia ambiental que llevaron a cabo periodistas independientes de México y América latina, entre los cuales Aldo Santiago, con vista a la Conferencia de las Partes del Convenio de la ONU sobre Cambio Climático (la COP 20) organizada en diciembre de ese año en Lima, Perú. Fueron complementadas con otras imágenes registradas en el 2016.
«Este documental es una denuncia de los casos de violaciones a los derechos humanos, despojo de tierra, ocupaciones de territorios de los pueblos y comunidades indígenas, campesinas y negras, que genera la expansión de monocutivos alrededor de América latina», explica Claudia Ramos.
En este material audiovisual de 35 minutos, hombres, mujeres, trabajadore/as, investigadore/as, defensores y defensoras de estos países nos cuentan cómo las empresas, entre las más conocidas la Reforestadora de Palmas del Petén, S.A. (REPSA, empresa de Guatemala a quien la compañía suiza Nestlé recién dejó de comprar aceite de palma) y Dinant (productora de palma aceite hondureña, propiedad de la familia Facussé), no solo invaden territorios y destruyen los bienes comunes naturales, sino que también impactan en la identidad cultural de las comunidades.
«Las herramientas audiovisuales nos sirven para espejearnos», comenta Aldo Santiago. «Permiten rescatar historias, contextos, procesos de la gente en distintos lugares para luego presentarlos en otro lugar donde se viven situaciones similares. Las personas que miran el vídeo no necesariamente están viviendo la misma situación, pero el material audiovisual les permite preguntarse en qué momento están, a verse a sí mismos, sin que sea su propia historia.»
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