«Las palabras no significan lo mismo”
#Unamásuno*
Texto: Erika Valdes
Edición: Andrés Domínguez
A mí mamá, Aura
Por tener la amorosa tarea de enseñar a leer
Que importante es la persona que nos enseñó a leer, si bien las escuelas hacen su parte, mi madre fue la impulsora para convertirme en una lectora. En mi infancia (afortunadamente) ya existían los libros para niños con imágenes coloridas, llamativas y de diversos tamaños.
La casa estaba llena de historias y para mí no era extraño. Dice Juan Villoro que «los libros son los mejores juguetes, y que en mano de buen lector se convierten en objetos mágicos».
Y por mi madre: que ama los libros para niños, hoy regreso a los ejemplares infantiles cuando el famoso «bloqueo lector» no me permite concentrarme.
Leí está semana «el profesor Ziper y las palabras perdidas» de Juan Villoro. Publicado por el Fondo de Cultura Económica.
En esta nueva aventura, los protagonistas se enfrentan a palabras que desaparecen justo cuando las quieres pronunciar o escribir: «alguien» o más bien un conjunto de intelectuales, se están apropiando del idioma, para que sea exclusivo de quién pueda pagar por usarlo o sea como ellos, una élite.
La malvada Academia de la Lengua prefiere que solo se repita lo que ellos dictan, por lo que palabras como «imaginación» y «creatividad» son las primeras en ser eliminadas.
Y ¿Qué sería de nosotros, los lectores, sin esas palabras?
¿Cómo recuperamos el idioma?
«Las palabras le pertenecen al pueblo” comentó Villoro en una de las presentaciones de este libro.
Y en su libro escribe: «Las palabras no significan lo mismo para todo el mundo»
No hay certeza que lo que puedo escribir o decir aquí, signifique una mala palabra en otro lugar.
En lo personal, la reflexión del libro nos conduce a la ubicación del vocabulario chiapaneco: siempre acompañado del típico “cantadito”.
Somos el único estado de la república que tiene su propia Academia (que al parecer no es malvada) para salvaguardar nuestras palabras cotidianas y especiales con respaldo en papel. «La Rial Academia de la Lengua».
La Rial Academia de la Lengua Frailesca es una organización social orientada al rescate y conservación de la lengua ubicada en dicha zona de Chiapas. En particular, su misión se evoca a rescatar dichos, apodos, palabras y demás anécdotas del cotidiano: tratar de entenderlas, para que luego exista una apropiación por parte de la ciudadanía.
En uno de los encuentros de la Rial, Oscar Bonifaz, un estudioso literario, dio muestra de la particularidad chiapaneca: a través de la anécdota del “Bola de humo”.
El esfuerzo de la Rial, los ha conducido a tener un Diccionario, así como diversas ediciones del mismo. Además, impulsan la discusión a través de programas de radio y televisión, festivales y eventos culturales.
Para muestra, algunas palabras frailescanas: abilocado, abusivez, achigual, acoquinado, bolenco o bolera.
A todo esto, y aun viviendo lejos, no puedo dejar de usar las palabras chiapanecas cómo «colocho», «otro uno» y el más importante «pa que picte» para desahogarme y que bonito siente el corazón.
«A las personas les sigue gustando el idioma…cada vez que alguien habla de forma apasionada, protege las palabras que está usando» Villoro
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Datos del libro
El profesor Ziper y las palabras perdidas
$95.00 en librerías.
*Un espacio libre de recomendación de libros, autores y temáticas sobre Chiapas. Todo ello, desde la visión intima de Erika Valdes y Andrés Domínguez.
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