«La casa de las flores», el adiós a las telenovelas
Crecí, como la mayoría de personas que viven en México, viendo algunas telenovelas. Esos melodramones que sirvieron para ser la “escuela de la moral” en este país y en otros tantos, donde se exportó este contenido televisivo.
Este fin de semana por primera vez mi mamá a sus 60 años se aventó conmigo una serie completa de Netflix: “la casa de las flores”. Cuando la veía tan entretenida vi de manera más clara lo que se ha dicho hasta el cansancio y de manera recurrente sobre las telenovelas en México: “Ya fueron”. Su formato y contenido, tal y como lo conocemos, ya es obsoleto.
“La casa de las flores” es la nueva producción de Netflix Latinoamérica. Es protagonizada por Verónica Castro, quien para mi gusto es el mejor papel que ha hecho en toda su vida, aunque la serie se la lleva Cecilia Suárez –lo del tafil no tiene desperdicio-.
Si bien, el director de la serie, Manolo Caro no tiene historia haciendo telenovelas –se ha dedicado al cine y el teatro-, esta nueva forma de hacer “telenovelas” le salió, para mi gusto, bastante bien y creo que tiene que ver, precisamente, con que no trae esa “escuela” de los melodramones televisivos.
En “la casa de las flores” se habla de diversos temas como: la doble moral, homosexualidad, racismo, clasismo, la desigualdad social, el consumo de la mariguana, la diversidad en la conformación de las familias y también de las formas de amar y hasta hay un diálogo, por ahí, donde se crítica que siempre se juzgue la vida sexual de las mujeres.
La serie tiene algunos personajes muy bien logrados como el de: Verónica Castro, Cecilia Suárez y Dario Yazbek Bernal. Otros personajes que hasta salen sobrando como el de Paco León y Aislinn Derbez. Los primeros capítulos son los más divertidos y entretenidos –el segundo para mi gusto es el mejor-, la serie va perdiendo fuerza conforme va avanzando. De lo que más me agrado, sin duda, fue la música de toda la serie, cada canción estuvo bien colocada.
Aunque en lo general la serie se podría calificar como “palomitera”, no se puede ignorar que es un parteaguas para entender que la telenovela mexicana como la siguen haciendo las televisoras ya no convencen a nadie, ni siquiera a las generaciones que crecieron con ese tipo de contenidos y formatos.
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