Los grafitis que gritan en el río Sabinal
Nos paramos en el puente que está en la calle central y cuarta norte en el centro de Tuxtla. El paisaje desde ahí es un muestrario de grafitis de diferentes tamaños, colores, técnicas y estilos. El propio Hugo Huizi se responde una pregunta que él mismo se formula: “¿Dónde estaba todo este talento, dónde estaba? Pues aquí estaba, siempre ha estado” dice mientras se le observa maravillado por algo que él ve a diario.
En Tuxtla Gutiérrez ha caído una de las primeras lluvias de la temporada. A unas cuadras de donde estamos todo es caos: los maestros y maestras que están en plantón se mueven de un lugar a otro tratando de que sus cosas no se mojen; los carros están atascados y la gente pareciera desesperada por salir de ahí. A solo cuatro cuadras el ambiente cambia por completo. Aquí la lluvia fue bien recibida y los vecinos y vecinas sacan sus sillas al andador del río Sabinal para disfrutar el fresco; todo está lleno de color no sólo por los grafitis que están por donde quiera, sino por lo naranja de los árboles de flamboyant y los de flor de Mayo.
Con Huitzi – artista urbano que promovió el rescate como espacio público del andador del río Sabinal mediante el grafiti- caminamos lento, nos detenemos a ver a detalle algunos de los grafitis pintados.
Hasta ahora van 40 intervenciones y se siguen sumando. Algunos de las y los artistas que se han sumado al proyecto son: Pita Sandía, Deken Kodek, Rose Elote, Sago, kazpa, Noriega, Uner, Soe, Ouer, Evelón Tormenta, Dak Pak, Alen y Niebla.
Mujeres y hombres han intervenido el espacio, lo han hecho suyo, pero también se lo han regresado a las y los vecinos, a quienes transitan por ahí, a quienes buscan-buscamos un respiro en medio del caos.
La vista en esta parte de la ciudad pareciera de repente un reflejo de lo que por ahora es Tuxtla y Chiapas. En medio está un río contaminado y con aguas negras que más de uno da por perdido, creen que ya nada se puede rescatar; pero rodeando a ese río hay un montón de árboles de diferentes colores, casas de personas que aunque tarde han decidido recuperar su espacio; y unos murales que reflejan el talento de personas que siempre han estado acá, pero que por alguna razón no habíamos visto su trabajo. Si el paisaje se ve completo no se duda que el rescate del río es algo posible, que con todo lo demás jugando a su favor esto es algo recuperable.
Hugo Huizi es artista urbano. Su tienda está ubicada en la cuarta poniente y cuarta norte sobre el andador del río Sabinal: la casa azul. Desde hace tiempo tenía ganas de rescatar como espacio público el andador del río y sabía que el grafiti era la mejor opción porque el lugar ya era usado como sitio de expresión por las y los grafiteros.
Uniendo voluntades con algunas dependencias municipales, las y los vecinos del andador y artistas visuales hace cuatro meses comenzó el proyecto “Sabinal: porque te quiero te rescato”.
La inversión económica que se ha hecho en el proyecto ha sido simbólica –unos 25 mil pesos para insumos-; el verdadero aporte aquí está en el trabajo que las y los artistas han decidido regalarle a la ciudad; la disposición de las y los vecinos de sumarse al proyecto y recuperar su propio espacio: han limpiado, reforestado y cuidado el andador.
Cada grafiti tiene su propia historia. En una pared está el rostro de una niña Oaxaqueña, es una de las sobrinas del artista que la pintó, su otra sobrina que es originaria de Chiapas está pintada en la capital de Oaxaca. Hay un mural que fue hecho por Yan, la niña grafitera más pequeña de Tuxtla junto con su mamá. Cada pared tiene vida propia, dicen cosas, platican con las y los transeúntes, invitan a la acción, susurran, pero también gritan y dice que sí “Que aún hay vida en estas aguas”.
Por favor pongan las fotos de los murales.
En Playa del Carmen, Quintana Roo, también hicimos algo similar.
En hora buena!
Sigan, el arte, la educación y la cultura pueden ayudar a rescatar los ríos, los arrecifes, los manglares y el tejido social.
Muchas gracias