Milton Hernández Moguel, El Chamaco de Oro
La radio está reventada con tanta expresión vacía y apología violenta; urge reinventarla, que deje de ser un monólogo y vuelva a la comunicación realmente humana, advierte el locutor tuxtleco Milton Hernández Moguel, El Chamaco de Oro.
Medio siglo de trabajo como locutor sitúan a Hernández Moguel como uno de los decanos de la radiodifusión en Chiapas y actual candidato para la recepción de la medalla Carlos Pickering, que cada 14 de septiembre otorga la Asociación Nacional de Locutores en la ciudad de México.
El Chamaco de Oro representa a la generación de la radio de antaño, que aprendió la profesión de manera artesanal, inspirada en la convivencia, el respeto, la tolerancia, ajena a las actuales transmisiones de apología de la violencia y narco corridos, precisa
La radio, afirma Hernández Moguel , es un oficio que aprendió con los primeros locutores profesionales forjados en el estado, a la luz del humanismo y la vocación, a partir de la década de 1950: Armando Arévalo Macías, Luis del Barco Aguilar y Ricardo Palacios, entre otros.
La vocación por las ondas hertzianas le surgió a Milton desde su niñez, en el barrio San Roque de Tuxtla Gutiérrez, donde ayudaba en el taller de sastre a su padre Pablo Hernández Álvarez, y de quien iba a heredar el patrimonio del oficio de no haberse impuesto la vocación por la palabra.
Así, con esa potencia y esa búsqueda en ciernes, de niño Milton quería ser ventrílocuo, porque quería vivir para la palabra. En la secundaria utilizaba un frasco de talco vacío como micrófono para narrar encuentros de basquetbol que realizaban sus compañeros del entonces Instituto de Ciencias y Artes de Chiapas.
Cuando caía la noche, en la quietud de su cuarto, el adolescente escuchaba en un radio receptor de onda corta, las transmisiones de la Voz de América que llegaban de Estados Unidos. A miles de kilómetros se apropiaba de las emocionadas palabras de los locutores Ramón Livi, Enrique González Rigueria y Jorge Pérez del Río, hombres y nombres emblemáticos de la radiodifusión latina en aquel país.
Ellos fueron también mis maestros, que a la distancia, me enseñaron la propiedad del idioma, la buena dicción, el contenido científico y humanístico del mensaje, recuerda.
Aquellas transmisiones que hoy son nada más un manojo de evocaciones, impulsaron a El Chamaco de Oro en su decisión de ligarse para siempre a los micrófonos, con los cuales ha recorrido 17 países en itinerarios de trabajo y estudios.
Los caminos de la radio lo llevaron a transmitir para la cadena RCN, hoy Radiorama, desde sitios tan lejanos y contrapuestos como Cabo Cañaveral, Guiza, Egipto, Santa Fe de Bogotá, Colombia, entre otros, donde, narró los antecedentes de la conquista humana del espacio con el proyecto Apolo, dos años antes de la llegada del hombre la luna en 1969, así como el esplendor de las cultura antiguas y aprendió, en Radio Caracol, la disciplina, el amor y el respeto por la radio.
El Chamaco de Oro, cuenta que la vena periodística le viene de su tatarabuelo Romualdo Moguel Orantes, Don Ruma un personaje emblemático del periodismo de las primeras décadas del siglo XX en Tuxtla Gutiérrez, quien fue reportero y editor a mano de su propio periódico La Nueva Estrella de Oriente.
Don Ruma, un Quijote tropical del periodismo, que con saco, botines, un casi bombín y bastón, trajo y mantuvo en Chiapas la idea del periodismo idealista que, al final brincó de la cordura a la rotunda locura de compartir el suceso, la letra y la vida,expresa.
Mi raíz está en la finca Morelia del municipio de Cintalapa de Figueroa, precisa Hernández Moguel. Ahí nació mi madre María de Jesús Moguel Rodas y Don Ruma, de cuyo apego sanguíneo por la comunicación y la mística por el servicio algo me habrá contagiado, señala.
Milton Hernández lamenta y critica la situación actual de la radio.
La radio está reventada, está convertida en un monólogo; el micrófono no debe utilizarse para crear rencores, odios ni violencia, sino para despertar y difundir valores, para comunicar otra vez al hombre con el hombre, ahora con la internet y los alcances de la tecnología, sostiene.
Con su bien acentuada voz, fresca y diáfana, este hombre de 70 años conduce en el sistema chiapaneco de radio televisión y cinematografía, El Radiófono un programa cultural y artístico dominical, donde difunde el trabajo de creadores, compositores y cantantes que comparten su talento, señala.
A 50 años de labor radiofónica El Chamaco de Oro asegura que hablar al micrófono es una pasión que llevaré hasta la muerte, porque hay mucho trabajo pendiente aún; los caminos de la radiodifusión son anchurosos, largos y emotivos, y hay que recorrerlos con entusiasmo, con vocación y deseo de compartir y servir, puntualiza este maestro del micrófono formado y cifrado como está por la hoguera incesante e imperecedera del verbo.
AGRADEZCO A CHIAPAS PARALELO Y AL REPORTERO QUE HIZO LA BRILLANTE LABOR DE INVESTIGACION…….HAY HOMBRES Y MUJERES MAS EMINENTES QUE YO, QUE, LOGRARON MUCHO MAS COMO EL PROFR. ARMANDO AREVALO MACIAS, ERNESTO NUÑEZ ALBORES, CARLOS FUENTES ARGUELLES, MERCEDES LEAL Y TITA JIMENEZ, VERDADEROS ARTÍFICES DE LA COMUNICACION POR MEDIO DE L A PALABRA HABLADA….. ¡¡¡ AHI QUEDA TODO ESTO EN EL TIEMPO DEL RECUERDO…..¡¡¡
aprobado¡