Sahumar, limpiar el alma
Sahumar, hacer una limpieza espiritual. Pueblos indígenas queman hierbas e incienso como una manera de limpiar los espacios sagrados y curar enfermedades.
De acuerdo a la biblioteca digital (UNAM) de la Medicina Tradicional, en Chiapas el curandero prepara el sahumerio ante su altar los días domingos, por encargo de algunas personas de su comunidad.
Para proteger la casa y a los que habitan en ella, el curandero mezcla incienso, polvo de copal, mirra (resina), laurel, ajo seco (Allium sativum) y clavo (Eugenia caryophyllata). Una vez en casa de la persona que solicitó su servicio, el curandero coloca una pequeña cantidad de la mezcla sobre un sahumerio previamente encendido, con el cual recorre la casa, ritual que acompaña con oraciones.
Con un cuchillo que ha estado sumergido en agua bendita desde la noche anterior, hace cortadas en el aire en forma de cruz dirigidas hacia los cuatro puntos cardinales. Como cierre de ceremonia, rocía toda la casa con el agua, cuidando siempre de oficiar este rito los días viernes.
Ya Esteyneffer hacía mención de la necesidad de calentar el ambiente y darle «buen olor», utilizando copal, romero y alucema. En caso de parálisis, se recomendaba el baño de la parte afectada, envolviéndola primero con paños mojados en un cocimiento y después con paños secos y sahumados.
Para curar el zumbido de los oídos, después de un lavado los tapaban con un paño aromatizado. Para mitigar el dolor, se sahumaban la ropa y las articulaciones. De igual forma se buscaba lograr el alivio de los hechizados.
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