Obra teatral aborda tema de migración femenina
Cirenia Celestino
“Las mujeres estamos acostumbradas a estar solas y a decir sí a todo”, dice doña Carmen a su hija en un reencuentro que en esta vida no pudo ser.
“¿Dónde estás mamá?” es la voz desesperada de una hija en el desierto, en un viaje en el que perdió todo, la esperanza, los sueños, su pasado, su presente y el futuro que nunca conoció.
Es la puesta en escena de Hilda Valencia –“Nueva York versus El Zapotito”–, obra que toca las vibras de mujeres migrantes y de no migrantes para voltear a ver lo que en el desierto muere.
La obra nace en 2009, año en que fallece Lucía López López, abuela materna de la dramaturga juchiteca Verónica Musalem Moreno, como un homenaje a su raíz indígena.
Es la historia del reencuentro de una hija, quien tras partir a Nueva York regresa a su pueblo natal y lo encuentra desolado, abandonado, más pobre y más oscuro que cuando partió.
“Las personas no emigran por que tengan muchas oportunidades y decidan emigrar, emigran porque no tienen nada y deben hacerlo”, refiere Musalem Moreno al relatar la andanada de mujeres oaxaqueñas hacia Estados Unidos.
El tema principal: un circo; ¿su dueña? Una anciana abandonada por un esposo que emigró y nunca pudo volver, “porque es poco probable que quien se va regrese, la gente se va para nunca más mirar atrás”.
Nicanor, un mago africano, ex trabajador de las fábricas de Chicago, concederá el más amoroso acto de magia: reencontrar a una madre y a su hija aunque sea una noche, un crepúsculo y un alma, “porque sólo a través de la magia podemos reconciliar a la humanidad”.
Entre los relatos míticos del imaginario oaxaqueño, mezcal, nahuales, mujeres que se transforman, una mujer serpiente y un hombre serruchado, la hija recuerda su infancia entre actos circenses y explotación laboral.
“En una noche nos daremos cuenta de qué paso con ella y el sueño americano que iba a buscar”. Musalem Moreno terminó en 2010 de escribir una historia de reencuentro con una misma y su historia personal, con su pasado, con sus ancestras, con la cultura mexicana y juchiteca.
El homenaje al linaje de mujeres aguerridas oaxaqueñas que hacen que la economía de los pueblos funcionen, encarnan en “la abuela”, de cuerpo fuerte, sensual y alegre, a la vez sola y vieja, decidida, alegre, cirquera y cineasta.
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