El panteón de mascotas fue fundado en el 2010 por Ivonne Santos, una animalista de Chiapas. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

La entrada al panteón de mascotas Cannino al Cielo en Berriozabal. Fotos: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

No sólo hay perros y gatos en el panteón de mascotas, también han sido enterrados conejos y hasta un borrego. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

Los dueños de las mascotas le demuestran de esta forma el cariño y el aprecio que les tuvieron en vida. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

El camposanto es un rincón donde cada 2 de noviembre, Día de Muertos, los dueños de las mascotas pueden llegar a convivir con otros amantes de sus mascotas muertas. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

El panteón de mascotas ya cuenta con el crematorio. En dos horas y hasta cuatro horas, según el tamaño, puede quedar incinerado el cuerpo de la mascota para que sus cenizas puedan ser entregadas a los dolientes. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO

Sergio Álvarez es el fiel guardian de las mascotas que descansan en el camposanto «Cannino al Cielo», en la imagen posa junto al crematorio. Foto: Isaín Mandujano/Chiapas PARALELO