Casa de citas/136 Dentro de los muchos méritos de Cenizas y diamantes (Popiól i diamen, 1958), del director polaco Andrzej Wajda, una obra maestra, está el equívoco que hace al espectador angustiarse: un joven matón va a eliminar a un viejo comunista, sin que los dos sepan que son padre e hijo. Una vuelta de tuerca termina con la confusión y uno ya puede seguir la ficción terrible de las muertes sin el agregado familiar. Que una mujer mayor y un muchacho tengan relaciones sexuales ya no asusta a nadie, salvo que, como en Edipo rey, de Sófocles, sean madre […]
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