Por Daniel Villafuerte Solís. Mientras los migrantes haitianos aguardan la resolución de la COMAR para ser o no ser reconocidos como refugiados, tratan de sobrevivir: los hombres se abocan al comercio (venta de accesorios para teléfonos celulares, equipos de sonido, agua, refrescos) también están vinculados a la rama de la construcción como peones. Las mujeres ocupan algunas calles de la ciudad de Tapachula, hacen “rastas” en el parque central con un costo que va de 50 a 200 pesos, dependiendo del modelo; otras opciones laborales de las haitianas son el trabajo en cocinas, lavando platos y ayudando a actividad para […]
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