Ariel Silva, la fotografía y el testimonio de la fugacidad
Cuando existe talento las imágenes gravitan y se cocinan en el fuero personal. Bastan el pretexto y la complicidad circunstancial para que éstas adquieran vida y se asomen con toda su carga y energía de que son capaces. Chiapas posee una emblemática tradición de los trabajos de la luz donde fotoperiodistas y artistas abrevan de sus contrastantes realidades porque en esta tierra las cosas aún no están hechas, sino que construyen por espasmos y quietudes.