
Despojo y discriminación contra evangélicos
A tres años de permanecer fuera de casa, Lucio Gómez Gómez, de 31 años, estaba en su pueblo, de donde fue desterrado en 2010, sólo que ahora tenía el cuerpo cubierto de gasolina y esperaba que algún católico lanzara el cerillo, para que fuera consumido por las llamas. Esta ha sido la mayor muestra de discriminación y humillación que ha sentido en toda su vida. El 25 de junio, cuando se cumplían tres años de que fue echado de su pueblo, por caciques católicos, Lucio y otros 30 indígenas tzotziles miembros de una iglesia de corte pentecostés, dejaron el refugio […]