De mis días en la zona de tolerancia de Tuxtla

A las mujeres que trabajan la zona de tolerancia de Tuxtla…las que estuvieron y las que están. Las abrazo a todas con el corazón.

De manera simbólica colocaron el nombre de las mujeres que han sido victimas de feminicidio tanto en Chiapas como en México.
Foto: Joselin Zamora. Archivo

Cualquier imaginario que pudiera tener sobre cómo era la zona de tolerancia de Tuxtla Gutiérrez ese día se me borró por completo. Llegamos muy temprano y la mayoría de las trabajadoras sexuales estaban enfocadas en limpiar su cuarto, que más bien son pequeños cubículos en donde apenas cabe una cama. Por todos lados olía a aromatizante de piso.

Algunas de las trabajadoras tenían televisión adentro de su cuarto. Recuerdo muy bien el cubículo de una de ellas, en toda la pared había pósteres de mujeres desnudas y masturbándose, en ese mismo muro  había un  altar  que tenía una imagen del papa Juan Pablo II y otra de la Virgen de Guadalupe con una veladora encendida. En ese lugar tan pequeño todos cabían.

No recuerdo con precisión cuántas veces fui a la zona de tolerancia acompañando a Gustavo García Sarmiento, en ese entonces director del Colectivo Integral de la Familia (CIFAM) como parte de las brigadas de salud sexual que realizaban en el lugar. “Vamos. Las señoras quieren denunciar porque desde que empezó el gobierno de Sabines ya no les dan condones”  me dijo hace unos 12 años Gustavo para que lo acompañará a la zona de tolerancia, no tuvo que insistirme.

Eso de la “vida fácil” en el trabajo sexual es una falacia. Aquí no hay ni una Julia Roberts que se encuentre a su Richard Gere y “la salve”. El amor romántico, inclusive, fue una trampa para muchas de las mujeres que entrevisté en la zona de tolerancia en aquel entonces. Una mujer indígena de Oxchuc me contó que se salió de su comunidad porque su papá le pegaba mucho y  temía que cuando supiera que estaba embarazada la matara a golpes. Huyó de su casa y se vino a Tuxtla a buscar a su novio, pero jamás se quiso hacer responsable. Le era difícil encontrar trabajo con un niño en brazos así que empezó trabajando en cantinas y después llegó a la zona de tolerancia.

La señora más grande con la que conversé, en ese entonces, tenía 56 años. Padecía diabetes e hipertensión. Recuerdo que vendía bolsas y zapatos entre sus compañeras y a veces les llevaba empanadas a vender para el desayuno.

Sobre la zona de tolerancia de Tuxtla hice un par de trabajos en El Heraldo de Chiapas, pero no los pude encontrar en la red. Por ahí deben de andar en alguna hemeroteca.

Este 07 de marzo de 2019 fue encontrado el cuerpo de Berta Lilia Alvarado Leyva una mujer de 66 años que trabajaba en la zona de tolerancia. Fue víctima de feminicidio. Cuando supe de su caso recordé a las mujeres que conocí en la zona de tolerancia, sus historias, sus rostros, recordé también sus risas cuando jugábamos lotería y todas las preguntas que hacían sobre salud sexual y que terminábamos resolviendo juntas. Ahí andábamos todas aprendiendo.

El riesgo de sufrir diferentes tipos de violencia para las trabajadoras sexuales es mayor. La estigmatización del oficio las pone en riesgo y disminuye sus posibilidades de tener acceso a la justicia de ahí la necesidad de visibilizar sus problemas.

Berta es una de las 37 mujeres que han perdido la vida de manera violenta. El número rebasa los del año pasado. No podemos precisar cuántos casos de estos son reconocidos como feminicidios por las autoridades porque desde que inició el gobierno de Rutilio Escandón Cadena las estadísticas de violencia en contra de las mujeres no se han actualizado. Ni siquiera ese compromiso que asumió el gobierno con la declaración de la Alerta de Violencia Género se ha cumplido en esta administración.

Las organizaciones de la sociedad civil han exigido a los diferentes poderes y niveles de gobierno políticas públicas claras y eficientes para atender la violencia en contra de las mujeres y los feminicidios. La respuesta no ha sido favorable, por el contrario, el número de feminicidios ha incrementado y en los últimos meses se han liberado a tres feminicidas confesos por fallas en el sistema de impartición de justicia.

Hoy, es día internacional de la mujer, una fecha que busca visibilizar la situación de desigualdad que viven las mujeres en el mundo en comparación con los hombres por su condición de género. Para lograr la igualdad de oportunidades todas las personas tenemos algo por hacer.

Las mujeres estamos en desventaja en comparación a los hombres en diferentes temas, pero es difícil avanzar en ellos cuando las mujeres tenemos que seguir luchando por nuestro derecho más elemental que el Estado no está siendo capaz de garantizarnos: la vida.

Este 08 de Marzo no queremos “eventitis” organizados por los poderes de gobierno en donde no hay acciones reales y efectivas lo que exigimos es justicia para las personas víctimas de feminicidio; demandamos una agenda legislativa con perspectiva de género en donde la legalización del aborto sea uno de los puntos a discutir; pedimos que se cumplan las acciones de la Alerta para la Violencia de Género; exigimos que el presupuesto y las políticas públicas tengan una visión de género.

No queremos seguir encontrando los cuerpos asesinados de nuestras compañeras mujeres en los barrancos o en sus propias casas. No queremos a los feminicidas en la calle. Nos queremos vivas.

 

 

 

 

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  1. El periodismo militante de una feminista | Chiapasparalelo - 13 marzo, 2019

    […] somos lo que somos por una serie de sucesos que pasa en nuestra vida. A mí me hizo feminista conocer las historias de vida de las mujeres trabajadoras sexuales de la zona de tolerancia; ver a un día a una señora desplazada golpeada por su esposo porque ella se negó a tener […]

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