El rescate de los espacios públicos
Desde hace tres semanas un grupo de ciudadanos y ciudadanas decidieron reunirse y rescatar el edificio del Centro Social Francisco I. Madero, ubicado en la segunda norte y segunda oriente, en el centro de Tuxtla Gutiérrez.
Este miércoles a las 5:30 horas pintarán la fachada. Están decididos a rescatar el edificio y en cada una de sus acciones lo confirman. Quieren que el lugar regrese a sus orígenes y sea un espacio cultural. Un sitio en donde las diferentes manifestaciones artísticas y culturales converjan. En donde diferentes generaciones dialoguen en un espacio dedicado a la cultura. ¿Alguien puede manifestarse en contra de este fin tan noble? ¿Alguien puede desacreditar un trabajo tan plausible?
En Tuxtla Gutiérrez se han perdido espacios públicos. Hay personas en la ciudad que recuerdan que lo que ahora son negocios de particulares eran edificios públicos. Los ciudadanos se dieron cuenta que esos sitios ya no eran parte del inventario de la ciudad cuando los vieron convertidos en otra cosa. Bajo qué circunstancias se dieron los cambios, la ciudadanía lo ignora. ¿Fue un regalo? ¿Un comodato? ¿A cuenta de qué deciden las administraciones de gobierno desincorporar un inmueble a favor de un particular?
Este grupo de ciudadanas y ciudadanos no quisieron quedarse a esperar a ver qué destino tenía este edificio público, tampoco quisieron perder tiempo haciendo antesala en dependencias de gobierno que son habitadas por personas que no están o poco escuchan a la ciudadanía.
Las autoridades de gobierno estatal han hecho declaraciones de que existe la intención de rescatar el edificio, pero que no existen recursos públicos, que confían que el próximo año se pueda echar andar el proyecto.
Las y los ciudadanos, que decidieron rescatar el edificio, no están realizando ninguna acción que se contraponga al proyecto de rescate del edificio público que según tienen planeado las autoridades. Lo que hacen cada jueves con los programas culturales afuera del Centro Social Francisco I. Madero es recordarles que este tema es prioritario para la ciudadanía de Tuxtla. Que del discurso se pasó a la acción y que esperan lo mismo de quienes están del otro lado.
El recordatorio es para todas y todos los que puedan hacer algo por el rescate del edificio: congresistas de Chiapas a nivel federal, diputados locales –que pueden destinar recursos para este tema-; autoridades de Coneculta –está dependencia tiene en comodato el edificio-; el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez.
Y ya que andamos en los recordatorios también se necesitan recursos para el Centro Cultural Jaime Sabines. El deterioro en el edificio del principal centro cultural de Chiapas continúa y hasta ahora no se ve a alguna autoridad haciendo algo al respecto.
Los conciertos, las pinturas expuestas en la banqueta, la lectura de poesía, las noches de verano de los jueves en la banqueta del Centro Social Francisco I. Madero son un recordatorio, la forma más gentil y propositiva de reclamar un derecho. No dejen de apreciarlo.
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