Que retornen las horas serenas…
De forma reciente he recibido muestras de solidaridad y preocupación, de lectores amigos y conocidos. Me preguntan si estoy bien. Me piden extreme precauciones. Que si acaso no siento pasos en la azotea como en el sexenio pasado cuando vivimos bajo acoso permanente.
Sin embargo, a diferencia del sexenio pasado, en esta incipiente administración del gobernador Manuel Velasco Coello no se ha desatado indicio alguno de represión a la libertad de expresión a medios o comunicadores.
Sí han ocurrido algunos casos como el del activista de las redes sociales Gustavo Maldonado López, el líder campesino de Arriaga, César Octavio Blanco o el del activista del PRD Ricardo Gómez Huerta en Tapachula.
Pero nada comparable con el sexenio sabinista que era un acoso y persecución permanente a todo aquel que disintiera por todas las vías o medios posible.
Ojalá no aparezca nunca en el aparato de gobierno el Rasputín o el “asesor” que en aras de pintar un mundo de caramelo se le dé por usar el aparato policiaco y judicial para callar la crítica y los cuestionamientos.
En nada ayudan al gobernante en turno, quienes pretenden hacerle creer que callando la crítica la situación política mejorará en Chiapas.
Ojalá tampoco echen mano de los “sicarios” de los medios, los “sicarios de la pluma” que se prestan al gobernante en turno para atacar o descalificar la labor de quienes pretendemos hacer un periodismo de crítica y de denuncias. Antaño lo vivimos, lo padecimos.
En la mayoría de los casos, quien pierde siempre en el ataque a medios y periodistas, no es el propio periodista sino el poder persecutor que pretende callarlo. El periodista termina siendo victimizado y hay casos en que hasta se le vuelve héroes. Y sus persecutores pasan a la historia como villanos. Textual se lo dije al ahora exgobernador Juan Sabines cuando en junio del 2011 me quería ver vestido de naranja en El Amate.
La reciente difusión en Youtube donde se intenta descalificar mi persona y mi labor sólo son obra de quienes se han visto aludidos por mi oficio de periodista. En nada mancha mi quehacer. En estos casos, las mentiras sólo provocan el efecto contrario de lo que esperan.
Los constantes ataques que viví en el sexenio pasado me llevaron a estrechar vínculos con mis colegas en Chiapas, con las organizaciones locales y sus líderes, con colegas de otros estados y organizaciones del centro del país que protegen y defienden a periodistas. Pero también estrechar vínculos con las instituciones federales que deben garantizar la labor de informar.
Por ello, agradezco a la fiscal para periodistas de la PGR, Laura Borbolla su atención permanente hacia mi persona; a la labor de la CNDH a través del Programa de Protección a Periodistas; y al jefe de la Unidad para la Promoción y la Defensa de los Derechos Humanos de Gobernación, Juan Carlos Gutiérrez, un amigo activista defensor de los derechos humanos que viene de una larga militancia en organismos no gubernamentales.
De las instituciones locales poco o nada puedo decir. Hasta ahora no han sido garantes de la libertad de expresión. Me refiero en concreto a la PGJE de Chiapas. Paradójico que quienes deberían velar por nuestra seguridad y protección a veces tengamos que cuidarnos de ellos mismos.
Ojalá las cosas cambien pronto y se recuperar la confianza y credibilidad de instituciones como la que dirige Raciel López Salazar, el mismo personaje que fue usado por Sabines y sus colaboradores para perseguir a cuanto disidentes se atrevieran a opinar de la corrupta administración que sigue en la impunidad.
Isain, si algo te llegara a pasar por obra del poder, yo me pongo en huelga de hambre y me encadeno en palacio de Gobierno hasta que te liberen, si es que te metieran al tambo. Si te agredieran físicamente, entonces desemplovo mi faceta de pistolero y le caigo de una a tiros a quientes te atacaran. Cuentas conmigo pa todo, brotjer.
Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario de los encargados de proporcionarnos seguridad, nos dan miedo, yo he sido sobornado por judiciales que al denunciar cantinas clandestinas en mi colonia, las granjas, me pidieron dinero para hacer mejor su trabajo, por tratarse de mi seguridad se los di y después no hicieron su trabajo y ahora me contacto con ellos para que me regresen mi dinero y me dice el jefe que me espere iday su labor donde quedó, las cantinas clandestinas siguen y yo quedé defraudado y mas temeroso aún , pensando que estos pueden inventar o fincarte cualquier cosa para que te calles, es por eso que tu labor es de agradecimiento para los que no tenemos voz y ojala se pudiera hacer algo más con la seguridad en nuestro Tuxtla y nuestro Chiapas, saludos