Homenaje a Otto Schumann: a diez años de su partida al Xibalbá

Fuente: Recorte de la presentación del video presentado en el evento
Por Fredy Jiménez[1]
El 18 de marzo, el CIMSUR UNAM rindió homenaje a Otto Schumann Gálvez, maestro y lingüista, con un evento coordinado por sus alumnos Fernando Guerrero y Rubén Borden. Amigos, colegas y estudiantes se reunieron para celebrar su vida y legado, divididos en cuatro mesas temáticas que abordaron sus aventuras en Chiapas, su amor por las lenguas indígenas y la gastronomía, especialmente los tamales. Diez años después de su fallecimiento, el homenaje revivió su memoria con nostalgia, risas y anécdotas que sin duda habrían hecho sonreír a Otto.
El maestro que lo dio todo por las lenguas indígenas
Andrés Medina, del IIA-UNAM, recordó cómo, en los años 60, él y Otto recorrían la costa de Chiapas documentando lenguas indígenas. Destacó el don de Otto para conectar rápidamente con la gente y registrar vocabularios. También compartió una anécdota en la que Otto, tras quedarse sin ropa al bañarse en un río, improvisó un «traje» con hojas grandes para volver al lugar donde se alojaban, algo así como un vestido hawaiano.
Beatriz, otra colega de Otto, narró sus experiencias en comunidades tojolabales, donde descubrió el trato discriminatorio hacia los indígenas, como la venta de carne en mal estado en Las Margaritas, Chiapas, lo que le abrió los ojos a las injusticias que enfrentaban.
Gabriel Ascencio Franco, investigador del CIMSUR, destacó la visión de Otto sobre las lenguas indígenas como patrimonio vivo que debía preservarse. Explicó que Otto consideraba la educación bilingüe una herramienta para fortalecer las comunidades indígenas. Además, Otto criticaba a los antropólogos por su falta de avance en la promoción de la comprensión lectora, sugiriendo que no solo se trataba de enseñar a leer, sino de formar verdaderos lectores capaces de transformar su realidad.
Otto, el hombre de principios y acción
Jorge Ramón González Ponciano, de la Universidad de Stanford, compartió su experiencia con Otto en Guatemala durante un trabajo de campo. Destacó la habilidad de Otto para tratar a todos con amabilidad y naturalidad, conectando fácilmente con académicos, estudiantes y miembros de comunidades indígenas, sin importar el lugar. Además de su amabilidad, Otto era un hombre de principios. Durante el régimen de Ríos Montt en Guatemala, abrió las puertas de su casa en Ciudad de México a refugiados y exiliados políticos, demostrando su compromiso con la justicia y su rechazo a la opresión.
González Ponciano también mencionó el lado místico de Otto, su fascinación por lo sobrenatural y su habilidad para usar las malas palabras con maestría. Otto lograba mezclar lo profundo con lo cotidiano, lo serio con lo divertido, lo que lo hacía aún más querido. Tanto Ascencio como González coincidieron en que Otto no solo fue un lingüista brillante, sino un ser humano excepcional, cuyo amor por las lenguas indígenas y su compromiso con las personas lo hicieron único. “Otto no solo estudiaba las lenguas; vivía para ellas y para la gente que las hablaba”.
Los que se formaron en sus clases
Exalumnos de Otto compartieron sus recuerdos y las lecciones aprendidas bajo su tutela. Ernesto Vargas Pacheco, investigador del IIA-UNAM, describió a Otto como un maestro riguroso y exigente, pero siempre dispuesto a guiar a sus alumnos. Destacó su investigación sobre el dialecto del otomí del sur y su relación con las lenguas mayas, un tema poco explorado que Otto trató con gran profundidad.
Miguel Vasallo Rodríguez y Ana Ortiz Sánchez Renero, de la Universidad de Nueva York, hablaron sobre la sinceridad y el carácter crítico de Otto. Ana compartió una anécdota memorable: un día fueron a buscarlo a su casa para discutir un proyecto, y mientras esperaban, Otto les explicó que estaba viendo un programa peruano, Laura en América, que le fascinaba por los giros idiomáticos del español peruano. Lo curioso del programa era que trataba sobre la prostitución en la tercera edad. Otto, con su característico humor, comentó: “Es un tema interesante, ¿no? Además, nunca se sabe si a mí me podría pasar algo así”, lo que generó risas. Esta anécdota, aunque trivial en apariencia, reflejaba la capacidad de Otto para ver oportunidades de análisis sobre el lenguaje y la cultura en cualquier situación cotidiana.
Además, los exalumnos recordaron cómo Otto solía llegar a clase cargado de libros, aunque rara vez los abría, prefiriendo enseñar a través de experiencias vividas y anécdotas del campo. También destacaron su generosidad, ya que siempre abría las puertas de su casa a estudiantes que necesitaban un lugar para quedarse mientras realizaban investigaciones, sin importar su nivel académico.
El legado y el humor de un maestro inolvidable
Otto no solo era un maestro y un lingüista; también era un hombre con un sentido del humor único. Los exalumnos recordaron cómo, a pesar de las restricciones médicas que tenía debido a su salud, Otto nunca dejaba de disfrutar de la comida, especialmente los tamales. “Le decían que tuviera cuidado, que podía tener un coma diabético, pero él respondía: Mire, mientras no me dé un punto y aparte, estoy bien. ¿De qué sirve ser el muerto más sano del panteón?”, contó uno de ellos.
Al final de la mesa, quedó claro que Otto Schumann no solo fue un lingüista brillante, sino un maestro que marcó la vida de sus alumnos de maneras profundas y duraderas. Su rigor académico, su generosidad, su sentido del humor y su capacidad para ver el lenguaje en todo lo que lo rodeaba lo convirtieron en una figura inolvidable. “Otto no solo nos enseñó a ser lingüistas; nos enseñó a ser buenas personas”, resumió Ana Ortiz.
Un viaje por los archivos de Otto: entre gramática y gastronomía
El homenaje a Otto Schumann culminó con un emotivo recorrido por sus archivos, que revelaron no solo su labor como lingüista, sino también su pasión por la vida. Telma Can Pixabaj, investigadora del CIMSUR, presentó las libretas de campo de Otto, llenas de anotaciones detalladas y recetas gastronómicas, muchas de las cuales fueron sistematizadas y están ahora disponibles en la Unidad de Información de la Frontera Sur del CIMSUR. Telma destacó que estos archivos son un valioso legado para las futuras generaciones.
Juan Jesús Vázquez Álvarez habló sobre la contribución de Otto al estudio de la lengua chol, recordando cómo, en su breve estancia en Tila, Chiapas, Otto logró ganar la confianza de la comunidad y registrar datos fundamentales para entender la lengua. Finalmente, E. Cristina Buenrostro Díaz compartió cómo Otto la guio en sus investigaciones sobre el chuj, destacando su habilidad para combinar la gramática y la gastronomía, y cómo siempre encontraba formas de convertir lo cotidiano en lecciones de lingüística, recordó como “papá Otto”.
Otto, las plantas y carambola
La última mesa del homenaje estuvo a cargo del Dr. Fausto Bolom, quien destacó la vida y aportaciones de Otto, no solo en lingüística, sino también en etnobiología. Recordó cómo Otto vinculaba los elementos naturales con el estudio de las lenguas, creando un puente único entre ambas disciplinas. Fausto mencionó que Otto veía cada planta y animal como una historia por contar. También compartió anécdotas divertidas, como cuando Otto trajo la primera planta de carambola a Chiapas desde Guatemala, lo que generó un gran interés en la comunidad.
El homenaje concluyó con la proyección de un video inédito sobre la vida y obra de Otto, seguido de una sesión de micrófono abierto en la que amigos, colegas y alumnos compartieron recuerdos. Gaby, Lulú, Paty Lobeira, Paty Cruz y Antonio, trabajadores del CIMSUR, recordaron cómo Otto siempre compartía alimentos suculentos, especialmente tamales, los cuales consideraba una «ventana a la historia», aunque en realidad le encantaban comerlos. Al final, Lucy Domínguez resumió: “Otto no solo creó una escuela en la lingüística; creó una familia”.
Epílogo: Otto, el eterno
Si Otto nos ve desde el Xibalbá, el inframundo maya donde, según la mitología, descansan las almas de los grandes guerreros y sabios, seguro está corrigiendo esta crónica, “así no se escribe”. Pero más allá de sus correcciones, es probable que esté sonriendo al ver cómo su legado sigue vivo en cada uno de los que lo conocieron.
Querido lector si al llegar hasta aquí, le quedaron ganas de conocer más sobre Otto Schumann y su obra, puede buscar en YouTube “CIMSUR UNAM” o revisar la Colección Otto Schumann. Después de todo, Otto no era un hombre fácil de resumir: era un lingüista, un maestro, un bromista, un amante de la comida y, sobre todo, un ser humano que dejó una huella imborrable en todos los corazones que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Haz el bien sin mirar a quién, y que la esperanza esté con ustedes.
[1] Unidad de Información de la Frontera Sur – CIMSUR UNAM

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