2024
«Un mundo marcado por el miedo y la violencia”. No es que el sentimiento del mozambiqueño Mía Couto no sea verdad; no, pero lo que sí tiene de cierto es que 2024 termina con esos dos sustantivos… y otras cosas raras más.
Desde “desquiciados solitarios” que súbitamente irrumpen en plena paz navideña para desestabilizarla, en una ciudad alemana donde ésta es precisamente una regla, y donde las elecciones anticipadas son el telón de fondo de un canciller destituido curiosamente porque se opone a que Alemania ingrese formalmente a la guerra ruso ucraniana, sumado al efecto económico producido por la carencia del gas ruso; pasa por un accidente aéreo en un contexto altamente politizado de una buena parte de la sociedad coreana, en el cual el presidente, también destituido, va a la banca después de haber implantado la ley marcial (¿no sabía el efecto?); y llega a un Estados Unidos bajo presión oscura del miedo mediante supuestos “lobos solitarios”, cayendo la violencia interrumpiendo la paz sobre una ciudad próxima a ser la anfitriona mundial del super tazón americano…
Y si le sumo el aparente “error” de la defensa antiaérea rusa que derrumbó a un avión kasajo, el lector podría tener enfrente un capítulo ya visto en una serie cualquiera y chafa, o sumergirse en una probable incredulidad sin asombro para pensar que “todo es conspiración”. Sin embargo, y como en política no existen las “casualidades”, y también porque aún hay información armándose, los momentos en que han surgido de las oscuridades estos “acontecimientos” , deja, por lo menos a muchos, pensando en su próximo viaje en avión, o ir pronto al domo de Nueva Orleans, donde por cierto, las apuestas también juegan. En los primeros casos, hay más dudas y sospechas; en el caso ruso el presidente Putin -no el vocero delKremlin-, reconoció que el disparo salió de territorio ruso, justo en el momento en que las fuerzas armadas ucranianas lanzaban un ataque con drones hacia Rusia. Muy difícil es saber si el oficial de la fuerza aérea rusa pudo equivocarse en una situación de alta prioridad como es la guerra, pero podría ocurrir, como afirmaron voces autorizadas castrenses.
En Magdeburgo, Alemania, la imaginación podría ser intensa. Según el diario Der Spiegel, el gobierno árabe habría prevenido a la seguridad alemana del “desquiciado”, que resultó ser, claro, migrante, árabe, extranjero…, y psiquiatra. Pero no lo hizo. Con ellos probablemente los ríos del odio empiecen a correr más rápido en un contexto electoral influenciado también por la guerra y por el avance de la ultraderecha. “Contra quienes pretenden sembrar odio”, diría el aún canciller Olaf Scholtz. “Acontecimiento despreciable y oscuro”, secundaría el presidente electo Donald Trump.
Y qué pensar del lamentable avionazo coreano. No sabemos hacia donde se dirigía la situación política del gobierno interino, bajo fuertes protestas sociales antiautoritarias en una democracia no occidental, aunque regida por principios liberales; pero el accidente desvía la atención y crearía como dicen los que saben, una “cortina de humo”, sobre todo por las dudas que provocan la maniobra hecha por los pilotos: aterrizar sin alerones y contra el aire…Porque con la muerte no hay nada que se oponga dirán unos, porque en política todo se vale, pensarán otros, porque en la hipnosis causada por al ántrax en aquel septiembre 11, en suelo norteamericano, terror y miedo, podrían ser hoy una bandera negra .
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