Misil
1.La vieja idea de la guerra fría acerca de que la URSS y ahora Rusia, es el “enemigo de Europa” se propaga como un fantasma que la recorre. Políticos europeos y también en la sociedades, atizan el recuerdo permanente de que la “amenaza” sigue estando en el Este. Un viejo sentimiento de una vieja Europa, como expresaría el ex secretario de Defensa de Estados Unidos, David Ronfeldt. Sin embargo, no es creíble, pues no ocurrió la temida y esperada invasión soviética después de la Segunda Guerra Mundial, a través del Pacto de Varsovia, la alianza militar encabezada por la URSS. Sí intervino con tropas y tanques en Checoslovaquia y Hungría, hecho que sirvió para que la propaganda anticomunista de Occidente dimensionara las imágenes urbi et orbi. Hasta allí llegaron las fuerzas armadas soviéticas dentro de su zona de influencia para defender en plena guerra fría la lucha ideológica, que incluía contraespionaje y contrapropaganda de ambos lados, pero fue una batalla en la que la URSS estaba perdiendo.
2.La razón de ser de la OTAN, la alianza militar antisoviética lidereadas por Estados Unidos-, habría sido “defensiva”, frente a lo que se creía en los círculos políticos y militares occidentales: detener esa supuesta invasión más allá de la Cortina de Hierro. Pero no ocurrió ni ocurriría; porque en 1991 esa “amenaza roja” fue desintegradas por las fuerzas centrífugas. “El trauma rojo” ocasionado por el hecho de que fue el ejército soviético y no los aliados, el primero en llegar a Berlín durante la segunda guerra mundial -después de que la Operación Barba Roja fracasara en territorio soviético-, debió haber sido muy fuerte, pues no se comprende, y más bien sorprende, cómo hasta el día de hoy los políticos europeos continúen siendo víctimas de esta “paranoia”, de Rusia a quien la ven ahora como una amenaza.
3.Con la desaparición de la URSS muchos creyeron que la denominada “guerra fría” desaparecería. Sin embargo, tampoco ocurrió porque la construcción de ese enemigo -real o imaginario- no fue del todo abolido de las mentes anticomunistas, pese a que en la realidad la URSS dejó de existir, y con ello la supuesta “amenaza”, también desaparecería. Se podría afirmar que el “perdedor” de la guerra fría fue la URSS, quien no sólo perdió vastos territorios estratégicos obtenidos y colocados dentro de su geopolítica, sino que Estados Unidos ha tratado de recuperar, incluso con presencia militar mediante acuerdos comerciales y de defensa, por ejemplo, en las antiguas repúblicas soviéticas como Azerbayán o en Polonia, y, por supuesto, en Ucrania.
4.Desde la “crisis de los misiles” en Cuba no se había presenciado una situación como la que en la actualidad se da, debido al lanzamiento del misil balístico sin cabezas nucleares hechos por Rusia; pero en realidad sí ha habido otra que no se volvió “crisis”: la de la plataforma de misiles estadounidenses en la República Checa en 2023, no precisamente apuntando hacia el sur. El aviso obligado de Rusia no era nuevo. Abre un panorama “inédito”, por el impacto material y disuasivo. El presidente Putin en calidad de comandante de las fuerzas armadas rusas, ha estado constantemente afirmando la posibilidad de usar ese tipo de armamento si el bloque de guerra Occidente-OTAN-Ucrania, persiste en continuar con su estrategia de cercar más a Rusia.
5.La obligada acción disuasiva de la estrategia militar rusa es ciertamente un aviso. Con ello, las armas nucleares tácticas ingresan al teatro de operaciones. En 2022 para la OTAN la Federación Rusa era “la amenaza más significativa y directa para la seguridad de los aliados y para la paz euroatlántica…” Un discurso no nuevo que ha intentado ser un justificante.
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