Sexenio

Conferencia de prensa matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador en el Palacio Nacional.

Algunas fuentes dan el crédito al gobierno obradorista el cumplimiento de casi todas las promesas de campaña. Por ello no debería sorprender que las promesas cobraron una  innegable realidad en los millones de votos; ni sorprender que la próxima presidenta continúe con el legado sexenal. Frente a riesgos que no tuvieron los anteriores gobiernos, como por ejemplo, la pandemia, la 4T no perdió apoyo social y devolvió al Estado una importante presencia. 10% menos en homicidios que los gobiernos anteriores.

La ruptura sexenal llegaría en 2018. El giro de timón hacia la izquierda no se vía dese el cardenismo. Quizá sea el incicio de otra época. El regreso a su status como atención de “lo social” por encima de prácticas oligárquicas, representa un salto cualitativo desde el punto  de vista de una práctica política inclinada hacia “el pueblo”. El balance del obradorismo quedará en la historia como un gobierno que despertó a la política, que la sociedad se politizó a la sociedad mexicana desde la izquierda y desde la derecha. Hasta los medios tradicionales y conservadores tuvieron que permitir debates, polémicas y griterío de una derecha por demás derrotada y anclada en los despropósitos, a falta de argumentos y porque en su momento de 12 años, no hicieron caso a las demandas tomadas por la 4T. De lado de valores políticos como  el Maderismo, la 4T removió las olas donde muchos intereses acaudillados en los Poderes no habían sido removidos. Para muestra basta un botón: el Judicial, que desde el reformismo sin congreso constituyente inició un camino in retorno en la historia política del país.

Atacado desde muchos frentes desde el primer día, (que si se reelegirá, que si  que si expropiará, que si será como Venezuela, que no Cuba, la politóloga Soledad Loaeza lo comparó con Napoleón, el pequeño, por aquello del bonapartismo, según ella), el presidente Obrador sorteó varios obstáculos. Otros pendientes quedaron, como la militar, que puso a la guardia nacional en otra grada de la demanda del ejército. Pero desde el principio de su gobierno estaba claro, en la imagen de los dos cadetes en su toma de posesión.

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