Consulta
Esta vez el presidente del INE no apareció frente a las televisiones para promover, hacer propaganda para que la sociedad -como insisten en otras ocasiones-, respondiera a la consulta, la primer en la historia en este país, en donde nos han dicho desde 2000, ingresó a la “modernidad política”, por aquella idea acuñada y cuestionable “transición a la democracia”, al permitir la alternancia del poder político al partido que no fuera el PRI. Por ello, los defensores de esto gritan a los cielos el papel del INE “ciudadanizado”, el cual coadyuvó a esa considerada igualmente histórica fecha. A partir de ahí, muchos políticos y también sus voceros en los medios de control, no han dejado de enaltecer a todos sus presidentes del IFE-INE, pero en realidad, para afirmar eso, depende de quién esté en el gobierno.
De ser cierto la opinión que rondó por la cabeza de muchos, acerca de que en la reciente consulta ciudadana el INE no se desempeñó como debiera, como por ejemplo, otorgando poco apoyo y difusión, su credibilidad, confianza e imparcialidad, serían puestas nuevamente en entredicho. ¿Por qué no apareció en horarios estelar su secretario? ¿Se notó acaso un bombardeo de difusión previos a la consulta? Ciertamente sí hubo propaganda, pero insuficiente, como afirman los morenistas.
Y es que el poder de convencimiento pasa por lo visual. La gente participa si desde los medios le machacan todos los días de algo hasta convencerla. En la actualidad esa influencia ha sido desplazada hacia las redes, por ejemplo, en Facebock, monopolio que corroboró su influencia en las elecciones norteamericanas, al grado de que su dueño fue citado frente a una Comisión, la de inteligencia, para que aclarara su intromisión hacia el comportamiento electoral principalmente juvenil.
Pero esto no ocurrió en la consulta. Cuesta dinero, dijeron sus autoridades electorales. Bueno, este instituto, es de los que más dinero recibe del presupuesto; sin embargo, esto podría parecer un alineado pretexto, por aquello de cada vez más dinero pide el INE, y prácticamente todos los llamados “órganos autónomos”, los cuales nadie está en contra de su existencia pero cuando se infectan de intereses políticos, la cosa cambia.
Imaginar a cinco expresidentes, y lo que ha significado el poder en ellos, una vez fuera del gobierno ante los ojos de la sociedad, no es una mínima cosa. Además de que pudo haber sido histórico que aparecieran sus nombres -la Suprema Corte de la Nación cambió la pregunta, quitando nombres y apellidos-, no puede omitirse ni debe ser motivo de reflexión las influencias dejadas por ellos en esos órganos durante seis años de gobierno. Y no sólo en el INE o en el TRIFE; también en otros espacios, donde los pasillos y oficinas aún se puede sentir los favores o las lealtades. Si a todo esto se le suma los medios, -ya saben cuáles, también influidos-), entonces tenemos la historia completa.
Los cierres de casillas antes de tiempo, o un tercio de las casillas instaladas, fueron algunas de las dificultades ocurridas ese domingo de verano, de acuerdo a algunos medios no tan influidos. Está claro que algunos no deseaban la masiva participación de la gente. Por eso digo: depende quién gobierne.
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