Retadores
Pasajera o no, el bloque territorial formado por gobernadores panistas y el de Jalisco, muestra síntomas de una crisis. Una notable inconformidad no vista desde el sigo XIX la cual podría volverse una fuerte disputa política por estos estados convertidos prácticamente en “feudos” partidistas y familiares en poder de la oposición desde hace mucho tiempo, como en Hidalgo, Estado de México, Guanajuato, Chiapas. Un hecho que recuerda la forma en cómo la nobleza terrateniente en Europa era propietaria de ciudades y territorios. (El director de cine LuchinoVisconti mostró una parte de esto en el sur de Italia en su espléndida película, El Gatopardo, 1963.) Porque la unión de los gobernadores noreste-pacífico (Jalisco, Colima, Michoacán, Durango, Nuevo León, Coahuila, y Tamaulipas) es una alianza política significativa tomando en cuenta el curso tenso que toma la situación post pandemia. El resultado lo veremos en la arena electoral, cuya objetivo será, en algunos casos, mantener o perder esos estados donde la política pareciera ser “herencia” de su antecesores, como por ejemplo, Guanajuato en poder del PAN. El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro del partido Movimiento Ciudadano, fue en uno de los participantes.
Sin corbata y entre dos banderas, la nacional y la de su estado, de color oro y azul con el escudo de armas con un árbol y dos leones aferrados a éste, un retador gobernador, dice no tener miedo al presidente de la República, a partir de las ríspidas relaciones agrandadas por haber responsabilizado a Morena de la violencia en Guadalajara, después de que policías municipales se llevaron y mataron a un joven albañil. Esto ocurrió en el momento en que en Estados Unidos arreciaba también la protesta social por el asesinato en vivo de un negro por un policía blanco. En ambos casos la violencia policiaca. Sin embargo, el problema ha sido la secuela de una crisis que ha escalado asimismo al espacio económico. Al final será la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la que, de acuerdo a la controversia constitucional presentado por el gobernador Alfaro en la SCJN contra el gobierno federal, como parte del acuerdo hecho con sus aliados gobernadores. El motivo de esto fue la decisión del gobierno federal de restringir la inversión extranjera en energías renovables y al parecer contratos irregulares. Pero la nueva política energética del gobierno pretende darle también espacio a la CFE en esta área en poder de empresas europeas y canadienses desde 2017. Si bien es cierto que la decisión gubernamental impide que esos proyectos significarían inversiones de 388 millones de dólares y mil 660 empleos, y apostar por energías renovables, lo cual está muy bien, como la fotovoltaica construida por una empresa española en un parque; pero de acuerdo con la prensa, esa inversión ha generado problemas de otro tipo en la región Altos: “bautizado como Potrero Solar sobre una superficie de 640 hectáreas, que sería uno de los más grandes del mundo y que según habitantes de Lagos de Moreno y Unión de San Antonio ha provocado un ecocidio para su construcción”. Y en opinión del académico Roberto Castelán de la universidad de Guadalajara, “desde el año pasado fueron provocados dos incendios con la intención de preparar el terreno a máquinas y a hombres, quienes se han dedicado a deforestar grandes extensiones de tierras provocando la mortandad de distintas especies de animales que ahí habitan”. (Juan Carlos G. Corresponsal de La Jornada, 16 de junio de 2020).
Este fenómeno de serios impactos sociales para priorizar la inversión extranjera -que no tiene por la mayoría de la prensa la difusión como el tren maya-, se puede ubicar en lo que algunos sociólogos denominan “extractivismo” en el continente iberoamericano, en el que por cierto, Chiapas no es ni ajeno ni el único en esta región, debido a los proyectos mineros existentes. No es únicamente priorizar las energías renovables sobre las de combustión fósil, porque el imperialismo no le ha importado que su nueva etapa sea diferente a las anteriores.
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